Muchos gurús y organizaciones como el banco BNP Paribas sitúan la importancia de blockchain y bitcoin al mismo nivel que la invención de la máquina de vapor, el motor de combustión e, incluso, otros se atreven a decir que está a la altura de la creación de Internet. ¿Exageran?
¿Qué es blockchain?
El concepto de blockchain o cadena de bloques se aplica por primera vez en el año 2009, y es una tecnología que permite crear transacciones seguras, privadas, de forma fiable y –esto es lo más novedoso- sin intermediarios utilizando sistemas criptográficos.
En esencia, blockchain es una base de datos distribuida y se modela, como su nombre indica, como una cadena virtual (electrónica) de bloques o nodos, enlazados uno detrás del otro con orden, y cada uno de ellos contiene la información.
Lo interesante es que dos partes pueden llegar a realizar una cierta operación entre ellos sin intermediarios, registrarla en un bloque, y todo el mundo puede ver que se ha realizado esa transacción, pero, a la vez, se así se desea, el anonimato de quiénes son los que han intervenido.
Tecnología de blockchain
Este registro de las transacciones además se mantiene de forma fiable, inalterable y distribuido, lo que contribuye a aportar fiabilidad y seguridad.
La tecnología usada para desarrollar este sistema cae fuera de los objetivos de este artículo (que es más de concepto), pero suele montarse sobre sistemas en la nube (cloud).
Me gusta poner un ejemplo ilustrativo del concepto blockchain: supón que estamos en la piazza San Pedro en el Vaticano. El Papa oficia la misa del Angelus desde el balcón a la multitud congregada pero, en un cierto momento, se equivoca un poco, y en lugar de decir que es domingo, dice sábado.
Cientos (quizá miles) de personas han oído ese “lapsus” del Papa. Al terminar la misa, cada una vuelve a su casa en distintas partes del mundo.
Cada persona es un “bloque” de información que contiene los datos que han ocurrido y, si apuntamos sus nombres y apellidos según el orden en el que salen de la plaza por una puerta única, ya tenemos la cadena de bloques blockchain.
El Papa oficiando una misa… Ejemplo de blockchain
Si, en el futuro, se hiciese una sesuda investigación sobre si el Papa se equivocó y dijo sábado o no en la misa y les preguntásemos a al menos un 50 % de esas personas (estén donde estén en el mundo) y aunque alguna se equivoque porque le falle la memoria, haya sido sobornada por el Vaticano para que se “olvide” del error o, simplemente ya no esté localizable, podríamos saber qué ha pasado en realidad con cierta seguridad.
Es de esperar que si el número de personas es alto, se podrá llegar a conocer y recuperar con certeza la información (y con la confianza de que es lo que de verdad pasó).
En el caso de bitcoin, la moneda digital, la cadena de bloques blockchain no almacena si el Papa tuve un lapsus o no, sino que mantiene un registro de las transacciones realizadas (cobros y pagos) que se distribuye en miles de “bloques” en Internet todos ellos con la misma información.
Bitcoin y blockchain
Puede verse como un enorme libro de contabilidad distribuido, seguro y fiable.
Si una persona por ejemplo quisiese introducir en ese libro de registro un bloque falso en el que informe sobre una transacción en la que “alguien” le paga a él millones de bitcoins (y así pasar a ser millonario) puede hacerlo sin dificultad. Ese bloque puede (intentar) añadirse a la cadena, pero al no ser verdad, quedará descartado por los demás que sí saben que la transacción no se realizó a través de los mecanismos que hay de control.
Otra característica es que la base de datos de blockchain es de solo una escritura, de tal manera que un registro de una transacción no se puede cambiar, haciendo casi imposible cambiar registros históricos.
Hoy en día, con cada vez más intercambios de datos de todos los tipos a través de Internet (un canal intrínsecamente inseguro) contar con una tecnología segura que pueda dar fiabilidad en muchos escenarios es algo revolucionario, y más todavía porque es un sistema descentralizado y distribuido, resistente a ataques y pérdidas de datos.
Al ser una estructura distribuida, hay muchas copias de los datos, y, de hecho, cuantas más haya, más seguro es.
¿Para qué sirve blockchain? Usos
En sí, como cualquier tecnología o herramienta, blockchain no sirve de nada. Es solo cuando se aplica a entornos concretos con aplicaciones reales cuando aparece su incuestionable utilidad (presente y futura).
Lo que sí está claro es que sus características permiten elimina intermediarios, permitiendo a las industrias crear o redefinir modelos de negocio.
Las aplicaciones de blockchain están limitadas por la imaginación y pueden ser una auténtica revolución en muchos sectores, si bien el primer paso para innovar es cuestionarlo todo.
Ya he comentado cómo se usa en el caso de bitcoin, que usa blockchain para llevar el libro de contabilidad de registros.
Blockchain para bancos y el mundo de las finanzas o financiero
Otras aplicaciones casi obvias serían las relacionadas con el mundo de la banca y las finanzas. De hecho, este sector está investigando su aplicación práctica futura (y también intentar no perder el tren) y entidades como Abanca con Abanca Innova, BBVA, BNP Paribas, Santander y otros dedican esfuerzos y recursos a intentar incorporarlo a sus sistemas.
BNP Paribas ya realizó con éxito una prueba piloto para pagos en tiempo real usando blockchain.
Incorporar blockchain a las transacciones bancarias añadiría seguridad, fiabilidad y, ojo, la eliminación de intermediarios, reduciendo tiempos de proceso, fraudes, mejorando la eficiencia y, sobre todo, bajando costes.
Una reducción de costes e intermediarios en las transacciones podría llegar a potenciar los micropagos.
Tecnología de blockchain entre 2 sin intermediarios
A mí se me ocurre que se podrían cambiar los grandes mainframes que dan servicio a las redes de cada banco por infraestructuras más ligeras y distribuidas usando blockchain en las que la información se pueda obtener de un conjunto de nodos de la red.
Siguiendo el caso del ejemplo, sería no preguntarle al Papa qué pasó sino solo a una mayoría de las personas que estaban en la plaza San Pedro.
Aclaro que es una idea que parece conceptualmente posible y que encajaría con blockchain. Desconozco cómo son exactamente las topologías de redes y servicios en los bancos, pero por contactos, creo que mi aproximación es posible. Ya no quiero ni pensar cómo sería un blockchain entre bancos.
Blockchain para identificación de usuarios
¿Qué pasaría si en Internet, para navegar, cada uno de nosotros tuviésemos un certificado único, de confianza, universal e inmutable? La seguridad de la red podría aumentar y no serían necesarios usuarios y contraseñas que cada vez tenemos más y más y son difíciles de gestionar (y deberían ser seguros).
Si la información de cada usuario de la red estuviese en un bloque de una cadena blockchain y se pudiese consultar de forma controlada, se podría reducir ese anonimato que existe ahora en las redes, paliando en parte ataques y agresiones en redes sociales y páginas web.
Blockchain para registrar y generar contratos inteligentes (smart contracts)
Si se separase lo que son los apartados de un contrato de la información que contiene e incluso se añadiese lógica, se podría tener un blockchain en la que poder almacenarlos de forma segura e inalterada, con restricciones de acceso. Son los llamados smart contracts o contratos inteligentes.
Smart contracts
¿A quién no le gustaría que los estados fuesen totalmente transparentes a la hora de conceder obras o similares? Así se podrían intentar evitar esos sobrecostes, sobornos y similares como parte de un contrato y que todo pudiese ser consultado por Internet, cuánto ha costado cada tornillo de la obra.
La ventaja de blockchain es que da confianza, por lo que incluso se podrían programar contratos inteligentes (smart contracts) para que si se cumple una condición (verificable por un sistema informático) se realice una cierta operación.
Imagina que una persona tiene con su empresa un “contrato inteligente” de trabajo. Ha pactado y está en sus condiciones que si hace un cierto número de horas extra (que lo controla un reloj de empresa), recibe un bonus. Si el sistema está programado así con un smart contract, podría llegar a integrar y generar ese extra en el salario según lo pactado sin intervención humana, pasando directamente a los departamentos correspondientes.
Un contrato inteligente programado en un determinado bien, por ejemplo un coche, podría hacer que éste dejase de funcionar o redujese sus prestaciones (“downgrade”) si no se pagan las cuotas.
Otro ejemplo podría ser una “porra” de varias personas ante un partido de fútbol. Todas ellas depositan un dinero en un bote común administrador por el sistema (si es en bitcoins, mejor aún) y definen un “contrato inteligente”, de tal manera que según haya dicho cada uno lo que pasará en el resultado, el smart contract averiguará el resultado del partido y, automáticamente, transferirá el dinero al que ha ganado o lo guardará para el siguiente bote.
Blockchain para guardar información segura en Internet de forma distribuida
En teoría, también se podría almacenar información de ficheros nodos P2P repartidos por Internet sin necesidad de servidores dedicados como los de OneDrive, Google Drive o Dropbox, siempre intentando que se mantenga la seguridad del sistema basado en blockchain. ¿Suena a utópico?
Blockchain para realizar el seguimiento de productos y servicios
Otro posible uso de blockchain sería para poder llegar a mantener un registro del origen de un producto y saber así su procedencia y por dónde ha pasado.
Una aplicación muy práctica sería por ejemplo para conocer en todo momento el historial de un diamante, y saber de dónde procede, si es un diamante de sangre, ha sido robado, etc. a través de un identificador único.
El sistema debería garantizar en todo momento la privacidad de los que en algún momento han sido sus dueños.
Lo mismo para realizar un seguimiento de todas y cada una de las piezas que componen un móvil, tableta, TV, coche o incluso obras y proyectos.
Iniciativas como Ascribe utiliza blockchain para que artistas y coleccionistas puedan mantener un registro digital de las obras que se guardan en la nube para, de esta manera, llevar su control y seguimiento. Esto se podría llegar a usar con películas, música y demás, lo que podría permitir remunerar al autor por el uso que se hace de su obra a través de entidades independientes, fiables y seguras.
También se podría usar blockchain para registrar votos electrónicos, por ejemplo, manteniéndose la privacidad de quién ha votado o a quién pero impidiendo votos duplicados o manipulaciones.
Dejo fuera de este caso el marco legal que puede tener este asunto.
Blockchain podría ayudar a mantener un sistema de registro patentes mundial o por ejemplo de propiedades, dejando a cualquier usuario comprobar algunos solo ciertos datos.
Algunos servicios que proporcionan los notarios y otras instituciones como el registro y legalización de documentos podrían verse sustituidos por un libro global (o por país) en el que en un sistema blockchain quede todo anotado y con costes mucho menores, muy seguros y disponibles para su consulta (sin necesidad de ir a un notario físico, por ejemplo, para ver u documento).
Estos son solo algunos ejemplos de todo lo que se puede hacer con blockchain. El límite, como con cualquier tecnología novedosa, es la imaginación.
Microsoft y muchas otras empresas grandes ofrecen ya alojar servicios de blockchain en sus nubes particulares, una prueba más del interés en esta tecnología.
De nuevo, los avances tecnológicos pueden ser un terremoto de algunos modelos de negocio. Veremos qué pasa con blockchain y sus usos.
1 comentario:
https://criptodinero.es/blockchain/powerledgers-blockchain-uruguay-gonzalo-varalla/
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