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sábado, 24 de septiembre de 2016

ING. M. JARA: EN ANCAP ESTAMOS COMENZANDO A SACAR LA CABEZA DEL AGUA

Si hay un tema que en estos meses ha estado en las conversaciones y comentarios de la población uruguaya que se informa, ese es todo lo referido al gigantesco déficit de Ancap que encontró el actual gobierno, como regalo de la anterior administración. Inclusive los partidos de oposición realizaron una denuncia judicial al respecto. El destacado periodista Emiliano Cotelo le realizó el pasado lunes, una de sus impecables entrevistas a la presidenta del Ente estatal, la Ingeniera Marta Jara:


EMILIANO COTELO (EC) —Nueve meses después de que el Gobierno decidiera “intervenir” Ancap debido a su situación financiera pésima, llegaron las primeras buenas noticias. El viernes, el Ministerio de Industria informó que en el primer semestre del año Ancap redujo sus gastos en 16,7 % y logró una ganancia de US$ 78 millones. En principio es una buena noticia, luego de varios años de pérdidas que habían aumentado el pasivo a más de US$ 2.000 millones. Pero de inmediato se abrió un debate a propósito de cómo se logró ese cambio y, sobre todo, si se debe a una mejora de la gestión o al precio que los uruguayos seguimos pagando por los combustibles, un precio alto en la comparación regional.

Vamos a analizar ese tema, pero además otros, como ALUR, que estuvo en la picota hace un par de semanas, con la ingeniera Marta Jara, presidenta de Ancap desde marzo de este año.

Tengo muchas preguntas para plantearle, pero empiezo por una a propósito de la decisión que usted tomó a principios del año. Usted asumió en marzo, desembarcó en una empresa que venía de una gestión muy cuestionada, con un balance terrible, una empresa que acaparaba todas las miradas, que había pasado por una comisión investigadora. ¿Por qué decidió aceptar?

MARTA JARA (MJ) —Es una pregunta difícil de contestar. Se puede racionalizar de mil maneras, pero creo que la respuesta en el fondo es que no me pude resistir. Me apasiona mi trabajo y uno siempre busca desafíos mayores. En este caso potencialmente puede ser que el trabajo de uno tenga un impacto. Mis padres me preguntaban el otro día, preocupados: “Nena, ¿por qué agarraste eso?”.

EC —Usted viene de una larga trayectoria en el exterior. Llegó a ser presidenta de Shell México, pero últimamente venía desempeñándose al frente de Gas Sayago SA [empresa propiedad de UTE y Ancap].

MJ —Correcto. Uno siempre busca un desafío mayor; es como los maratonistas, que se les caen todas las uñas del pie y están pensando en dónde es la siguiente maratón. Espero poder hacerlo bien, es una responsabilidad enorme, son esos gustos que son difíciles de explicar, pero yo estoy muy entusiasmada con el trabajo en Ancap, con esta oportunidad.

EC —¿Sigue entusiasmada seis meses después?

MJ —Sigo entusiasmada.

EC —Vamos a las novedades más recientes y después pasamos a lo que ha sido la gestión más en general. El viernes se informó de una mejora sensible en los balances de Ancap: en el primer semestre tuvo ganancias por US$ 78 millones. Repasemos esos números.

MJ —Quiero comentar que la presentación que hicimos en la conferencia de prensa está colgada en la página web de Ancap. Como dijimos cuando presentamos el balance 2015, en ese caso no era una buena noticia, pero empezamos a recorrer ese camino de tratar de dar información de calidad y seguimos, queremos atenernos a una rendición de cuentas con la frecuencia debida. En esa presentación se explican absolutamente todas las variaciones, los ingresos que subieron, los costos de materia prima que bajaron, etcétera. Resaltamos en la conferencia misma que estos resultados, no nos podemos engañar, tienen mucho del efecto de variables macroeconómicas, que representan un alivio el precio del crudo, el tipo de cambio; hay otros efectos subyacentes que tienen que ver con el control de los costos, pero son menores que el efecto del precio del crudo.

EC —Hay varios factores: reducción de costos, el precio del crudo y los precios de los combustibles en el mercado interno, la mejora del perfil de la deuda. ¿Qué proporción de estas ganancias del primer semestre se debe a un cambio real en la gestión de la empresa? ¿Tiene cómo cuantificar eso?

MJ —Hay costos como la mano de obra que son fijos y muy difíciles de mover. Los costos como viáticos, publicidad, consultorías, los que llamamos gestionables, esos son los que bajaron 16,7 %. El tema del reperfilamiento de la deuda es muy importante, en intereses se ahorraron US$ 11 millones en un semestre. Es mucho dinero. Por supuesto, el efecto del crudo está, como aparece en algunos análisis que se hicieron, explica alrededor de US$ 40 millones.


EC —Confirma ese número. Se lo pregunto por las reacciones que hubo, las repercusiones políticas. Por ejemplo el senador del Partido Nacional Álvaro Delgado entiende que el balance parcial se debe “más a la gente que a las acciones del directorio de Ancap. Esperamos que el directorio tome algunas decisiones sobre correctivos genuinos de la gestión y no con superávits parciales y artificiales producto de un combustible más caro del que debiera ser”.

MJ —El resultado de la gestión empieza a verse. Hay muchas medidas que se tienen que ejecutar, implementar, para que permeen en los resultados, y eso va a llevar su tiempo. No entiendo mucho la referencia a superávits parciales. Como decía recién, estamos empecinados en transitar este camino de una mayor transparencia y nos pareció importante explicarlo. Son todos hechos y números.

EC —Sí, Delgado dijo después con más detalle “esto es como festejar un partido que no terminó, festejar en el entretiempo y encima con un gol que hiciste con la mano”.

MJ —Mirando las mejores prácticas de las grandes empresas, publicar balances, estados financieros intermedios es una buena práctica, explicarlos, y eso es lo que estamos tratando de hacer. Como presidenta de Ancap, pero sobre todo como uruguaya, para mí es un motivo de celebración que a Ancap le vaya bien y tener este respiro es muy importante.

Quiero hacer una comparación para que todo el mundo lo pueda entender: manejar una empresa no deja de ser un tema de sentido común. Si le debemos al almacenero, tenemos la tarjeta de crédito sobregirada y se nos están por vencer los recibos de la luz y cobramos un bono por la productividad de la empresa donde trabajamos, ¿qué hacemos? Saldamos las deudas. Viene la presión para aflojar la austeridad, pero una de las obligaciones de los administradores es actuar como un buen padre de familia o buena madre de familia. Entonces realmente lo que hay que hacer es seguir consolidando las finanzas, incluso hacer una reserva. Se te pueden romper los lentes, se te puede romper el lavarropas, y la presión es aflojar la austeridad. La respuesta es: si nos va bien, capaz que en el verano nos podemos ir de vacaciones, pero todavía no.

EC —El senador Delgado y otros dirigentes de la oposición apuntaban al hecho de que en buena medida esta mejora se debe a que la gente está pagando un combustible más caro de lo que debería. La gente y las empresas, porque acá también estamos afectando los costos, la competitividad. ¿Efectivamente usted convalida ese dato que dio El Observador que decía que solo en el período enero-julio el ente obtuvo una diferencia a favor de unos US$ 37,5 millones en el monto que desembolsó por la compra de crudo, si se compara con la paramétrica, por el desfasaje entre el precio que está cobrándose en el mercado interno y lo que estaba previsto en la paramétrico en cuanto a precios de referencia?

MJ —En orden de magnitud me parece que está bien.

EC —¿Entonces es la gente, son las empresas uruguayas quienes están rescatando a Ancap?

MJ —Estamos pagando un combustible al mismo precio que en octubre, cuando se había ajustado a la baja; en términos reales eso es un menor costo. La realidad es que tenemos que seguir consolidando las finanzas. El año que viene tenemos una parada que se hace cada cinco años y cuesta  alrededor de US$ 50 millones.

EC —Una parada de la refinería de la Teja.

MJ —La refinería se para por un par de meses y se hace un mantenimiento mayor. Eso no estaba previsionado, y lo ideal sería empezar a previsionar anualmente ese tipo de gastos que se conocen con  cierta periodicidad.

EC —¿Cómo eso? ¿Esta parada está programada con anticipación o es sorpresa?

MJ —Cada cinco años se hace una parada para mantenimiento mayor, así es en todos lados.

EC —¿Qué es lo que no estaba previsionado?

MJ —No se viene generando una reserva para afrontar este costo que se produce cada cinco años. La idea es tener el dinero para afrontar esa erogación, tener el dinero para afrontar inversiones que son necesarias para mantener la confiabilidad operativa, la integridad de los equipos, para mejorar las condiciones de trabajo en seguridad, para cumplir con la normativa medioambiental. Esas inversiones hay que hacerlas, Ancap necesita los fondos, entonces tenemos que consolidar las finanzas, porque lo más importante acá es poder seguir garantizando el abastecimiento y tener condiciones laborales, cumplimiento medioambiental como debe ser.


EC —De sus palabras me impresiona eso de que no se había previsionado el costo de la parada de la refinería que se sabe que hay que hacer. ¿Hubo una omisión de las autoridades anteriores?

MJ —No; cuando una empresa tiene un estrés financiero es difícil hacer una reserva, entonces no había una reserva para este tipo de gastos. Es lo que estamos tratando de remontar, estamos tratando de consolidar las finanzas; de última lo importante es poder fijar un precio y mantenerlo, porque si después tenemos que estar trasladando intempestivamente gastos porque no los podemos afrontar de otra manera, eso genera una volatilidad que probablemente es mucho más dañina que tener un precio sostenido.

El otro tema que también es muy importante es mejorar las finanzas, porque eso nos da acceso a crédito en mejores condiciones. Entonces uno de los resultados que vemos que sí es genuino es que la tasa de interés promedio no solamente de Ancap, sino de todo el grupo, mejoró sensiblemente. Es muy importante tener este tipo de resultados y sostenerlos, que sean sostenibles.

EC —Desde el punto de vista del oyente, ¿cuándo puede bajar el precio de los combustibles, teniendo en cuenta que el precio internacional del crudo sigue en términos históricamente bajos, y sin embargo los precios de los combustibles acá no cambian? El ministro de Economía, Danilo Astori, la semana pasada cuando visitó la Expo Prado, anticipándose a la conferencia de prensa del viernes, habló de la mejora rápida que venía dándose en los resultados de Ancap y dijo, aunque no manejó fechas, que eso se iba a ver reflejado en los precios de los combustibles.

MJ —Yo tampoco le puedo dar una fecha. Usted sabe cómo funciona el tema del precio, Ancap lo sugiere y el Poder Ejecutivo lo aprueba. En este momento no estamos innovando en ese sentido, como dije, el precio del crudo es una variable que no conocemos y que es difícil adelantar. No tengo más precisión.

EC —Por ahora no va a haber rebajas del precio de los combustibles.

MJ —Pero tampoco aumento.

EC —¿Y “por ahora” qué quiere decir?

MJ —Así lo vemos supongo que hasta fin de año.

EC —Otro de los datos que se dieron a conocer el viernes fue la baja de la deuda de Ancap, que pasó de US$ 1.230 millones en diciembre a US$ 550 millones a fines del primer semestre. ¿Cómo se logró esto? Fue uno de los asuntos en los que se insistió mucho cuando asumieron las nuevas autoridades, se iba a reperfilar la deuda y aquí había un interés especial.

MJ —Si, porque todos sabemos que los costos financieros en un momento se hacen una bola de nieve, era muy importante parar eso. Por supuesto, la capitalización del MEF a principio de año fue la gran ayuda.

EC —¿Fue el número determinante para bajar de US$ 1.230 a US$ 550 millones?

MJ —Sí.

EC —Son más de US$ 600, que fue la capitalización del MEF.

MJ —Correcto. Después se cancelaron pasivos, llevamos cancelados unos US$ 70 millones. En este balance entran los primeros US$ 30, US$ 35 millones, pero además acabamos de recibir el préstamo de la CAF, que nos ayudó a gestionar el MEF. Eso fue muy importante, una señal al mercado de confianza, porque la CAF mira la gestión para otorgar ese tipo de créditos, entonces ya se venía con un plan de adecuación financiera. Tener esos fondos hizo que todo el mercado también ajustara sus tasas tratando de mantener a Ancap como cliente, etcétera. Estamos en una posición bastante más favorable.

EC —¿Y en cuanto al plazo de la deuda?

MJ —El préstamo de la CAF es un préstamo a 10 años. Logramos reperfilar el plazo, mejorar la tasa. Todavía tenemos un deber pendiente en el tema de la moneda, quedamos totalmente en dólares; el préstamo del MEF era en UI, ahora quedó todo en dólares. Hemos recibido alguna oferta para hacer ese cambio, pero no nos convencían los términos y estamos esperando una nueva valoración de calificación de riesgo de Ancap, eso abre la posibilidad de otros instrumentos en el mercado local.

EC —Por ejemplo, ¿cuáles?

MJ —Por ejemplo, dinero de las AFAP, ese tipo de cosas. Para eso hace falta tener una calificación de riesgo, estamos un pelo abajo y estamos bastante confiados en que vamos a lograrlo en lo que falta del año.

EC —También se había anunciado que habría cambios en los costos de distribución. Por ejemplo, el ministro de Economía, Danilo Astori, ha dicho que son “extraordinariamente altos”. ¿Qué ha pasado en esta materia?

MJ —Estamos trabajando. También son cosas que hay que ir haciendo con prudencia y en orden porque hay contratos de por medio.


EC —¿De qué hablamos cuando decimos “costos de distribución”?

MJ —Ancap produce en la refinería de La Teja, importa algunos destilados, blendea la mezcla y después tiene plantas de distribución en todo el interior del país. Lo que va de esas plantas a la estación de servicio son los costos de distribución; estrictamente la llamamos distribución secundaria, es la que sale de nuestras plantas del interior a las estaciones de servicio. Ahí participan distintos actores, hay distribuidoras, que son los sellos que los venden, Petrobras, ESSO o Action y Ducsa o Ancap. Las distribuidoras son como el jugador mayorista, después están los fletes y después las estaciones de servicio. Es un modelo bastante rígido.

EC —¿Por qué lo llama “rígido”?

MJ —Porque tiene muchas barreras de entrada, porque se miran los costos promedio y a partir de ahí se garantiza un margen. Creemos que hay oportunidades para dinamizar la red e introducir un poco más de dinamismo ahí.

EC —Los contratos con las distribuidoras vencen el 8 de diciembre. ¿Van a cambiar las reglas de
juego?

MJ —Sí. Una de las cosas que hicimos fue dar el preaviso necesario para que esos contratos no se renueven automáticamente en diciembre. Estamos empezando a hablar con todos los actores. Y no puedo decir mucho más porque estamos revisando el modelo y estamos trabajando con el Poder Ejecutivo en este sentido.
EC —Algo dijo al pasar recién cuando habló de la rigidez, pero se ha informado, se ha analizado que cabe la posibilidad de que la paramétrica pase a considerar precios múltiples en función de las características de las estaciones, en lugar de que haya precio único. Usted misma comentó que le llama la atención que todas las estaciones vendan el combustible al mismo precio, porque en realidad lo que se fija es el máximo. ¿Es por ahí que van a venir los cambios?
MJ —No estoy en condiciones de adelantarle cómo va a cambiar el modelo, pero yo sí creo que hay oportunidades de incentivar mayores eficiencias y dinamizar la red. Estamos trabajando en eso, pero no estamos todavía listos para dar mayores detalles.
EC —Una posibilidad que se maneja es que la paramétrica deje de considerar un único precio y pase a un esquema de precios múltiples, contemplando distintas tipologías de estaciones definidas a partir de parámetros como su ubicación, su plantilla, su tamaño, entre otros.
MJ —Vamos a ver.
EC —Ni sí ni no. ¿Y para el negocio de las estaciones habrá cambios en la ecuación de costos y ganancias? Se lo pregunto porque en medio de todo este debate la Unión Nacional de Vendedores de Nafta (Unvenu) ha anunciado medidas como el descuelgue de los consejos de salarios y la posibilidad de realizar paros patronales.
MJ —Estamos empezando a hablar con todos los actores. Es natural que cada uno trate de velar por sus intereses, pero el Poder Ejecutivo ya marcó los cambios que tienen que suceder y creo que va a ser algo que va a beneficiar al consumidor. Creo que todos tenemos que buscar hacer más con menos, repensar la forma en que se hacen las cosas, y la cadena de distribución no es la excepción. Así es como se hace un país más competitivo.
EC —Otro de los anuncios que se hicieron cuando se planteó la reforma que venía en Ancap fue que se revisaría cada una de las unidades de negocio, ya que algunas son deficitarias y explican buena parte de las pérdidas que ha tenido hasta ahora la empresa. ¿Cómo vienen en esa materia?
MJ —Estamos trabajando en eso. No es fácil hacer una revisión y hacer cambios en el portafolios de negocios de una empresa. Estamos aprendiendo, entendiendo, viendo opciones; algunas ya se conocen, como el caso de Carboclor, uno de los negocios que Ancap tiene en Argentina. Es una compañía que cotiza en bolsa, por lo tanto es muy poco lo que se puede decir públicamente en forma no controlada, hay reglas muy estrictas en ese sentido. Pero está en la presentación tal cual el anuncio que se hizo en la Comisión Nacional de Valores de Buenos Aires de que estamos buscando una transacción de nuestra participación, puede ser una venta total, parcial, una asociación.
EC —En resumen, Ancap quiere salir de Carboclor.
MJ —Eventualmente estamos buscando una transacción que puede ser una salida también.
EC—¿Y otras subsidiarias dentro del país?
MJ —Vamos por prioridades, estamos estudiando. Y no solo son las subsidiarias, también las unidades de negocios dentro de Ancap. Estamos mirando con mucha profundidad la unidad de pórtland, una unidad deficitaria, como se sabe, y tenemos el objetivo claro de llevarla a un espacio de sustentabilidad.
EC —¿Qué quiere decir eso, “llevarla un espacio de sustentabilidad”?
MJ —Uno no puede estar fondeando una unidad que pierde dinero. Sí lo puede hacer cuando hay un plan de recuperación, cuando hay un plan claro de cómo avanzar, pero es inviable estar subsidiando una unidad eternamente. Estamos viendo todas las opciones.
EC —¿Incluso el cierre?
MJ —Nadie en Ancap quiere cerrar pórtland, estamos viendo cómo sacarla adelante. Pero hay inversiones pendientes, un plan de inversiones muy ambicioso, algunas de las cuales quedaron por el camino, pero hay que reducir costos. No puedo adelantarle mucho más, pero realmente todavía estamos lejos del punto de equilibrio, eso nos preocupa. Hay posibilidades como abrir mercados, estamos viendo cómo utilizar la capacidad ociosa de las plantas. Hay muchas opciones estratégicas y las estamos analizando en profundidad.
EC —Tienen una madeja de problemas allí.
MJ —No está fácil.

EC —Por ejemplo, hoy en el diario El País el senador Pablo Mieres dice que “es un escándalo lo que ocurre con la planta de cal de Treinta y Tres, que fue reconstruida por Ancap para abastecer a un único cliente en Brasil que ahora cerró”. Recordó que “la planta de cal ubicada en Treinta y Tres costó US$ 140 millones, cuando se había proyectado que costara US$ 80, ya pagaron US$ 10 millones de multa por incumplimientos en la cantidad y calidad de la cal vendida. Es un escándalo. Y ahora no sabemos a qué precio vende y a quién vende. Tengo entendido que estaría vendiendo a precios bajos, lo que a su vez perjudica a las caleras privadas que en general son chicas”. ¿Qué dice sobre esta situación en particular?
MJ —Primero quiero aclarar que el cliente ancla de esta planta de cal sería la generadora de energía CGTE, que no cerró.
EC —Lo que cerró es la planta de Candiota.
MJ —No cerró. Esa planta a veces cierra por mantenimiento y recientemente tuvo una clausura ambiental, pero volvió a funcionar. Son cosas puntuales que de ninguna manera invalidan el contrato que tenemos con ellos. Cuando nosotros entramos ese contrato estaba en riesgo justamente porque la planta de cal de Ancap tenía que entrar en funcionamiento, cosa que se logró en junio de este año, se cumplieron todas las pruebas.
EC —Venía demorada con respecto a los compromisos que había asumido en Brasil.
MJ —Correcto, venía demorada y venía con sobrecostos, pero la buena noticia es que está en funcionamiento, que cumple con las especificaciones y que el contrato con CGTE se pudo renegociar, se está vendiendo a un precio de US$ 200 la tonelada y se están buscando otros clientes. Es algo que también se está revirtiendo, la tendencia de una planta que tenía problemas, y vamos a seguir trabajando.
EC —¿Y qué dice a propósito de esa particularidad de que se estaría vendiendo a precios bajos que perjudican a otras empresas caleras privadas?
MJ —No creo que sea así. Además este cliente era un cliente de Ancap y sigue siendo, no estamos vendiendo a otros clientes por el momento.
***
EC —Volviendo sobre lo que charlamos recién, pregunta Roberto desde la audiencia: “¿No será hora de liberar la importación de combustibles y dejar que el mercado fije el precio?”. ¿Qué contesta?
MJ —En este momento los márgenes de resignación son de US$ 5, US$ 6 por barril, lo que quiere decir que conviene importar el crudo y refinarlo. Así que no veo esa posibilidad.
***
EC —Pasemos al capítulo ALUR, una de las subsidiarias de Ancap más cuestionadas, tanto durante la actuación de la comisión investigadora como en los últimos días. La oposición denuncia que ALUR tiene números positivos porque Ancap la subsidia y le paga por los biocombustibles que se producen en Bella Unión precios más altos que los del mercado internacional. ¿Cómo ve ese panorama?
MJ —Las inversiones en ALUR están hechas, hay una ley que obliga a la mezcla de biocombustibles nacionales y hay contratos entre ALUR y Ancap. Estamos tratando de que la gestión de ALUR sea lo más eficiente posible, hay todo un ciclo que tiene que ver con la siembra de la caña de azúcar, etcétera, el área sembrada. Estamos haciendo cambios en general, estamos tratando de que todas las empresas vinculadas se ajusten a ciertos lineamientos, hagan carne propia que cada peso cuenta, también las subsidiarias. Así es como pensamos mejorar los costos de los biocombustibles y por lo tanto los costos globales de los combustibles.
EC —La semana pasada entrevistamos al senador Leonardo de León, que ocupó varios cargos en ALUR, uno de ellos el de presidente, y él insistía en que Ancap solo le paga a ALUR un precio subsidiado por los biocombustibles producidos en Bella Unión, o sea, solo por una parte de la actividad ALUR. Y eso debido al impacto que ALUR genera desde el punto de vista del desarrollo y la generación de empleo en una zona deprimida del país, como es el norte, y Bella Unión en particular. ¿Usted también justifica la existencia de ALUR y los costos extra que termina implicando?
MJ —La provisión de biocombustibles de Bella Unión tiene un precio más caro que el de Paysandú, eso es correcto. Nosotros tenemos un mandato, y además cualquier empresa lo hace así, de balancear lo económico, lo ambiental y lo social. Dentro de ese marco lo importante es buscar el equilibrio, la sustentabilidad y la mayor eficiencia. A eso estamos abocados.

EC —Otro aspecto bien polémico de las últimas semanas con relación a ALUR fue el preacuerdo salarial que se había firmado con los trabajadores y que incluía ajustes por inflación cada dos meses. Cuando lo entrevistamos la semana pasada, el senador De León se mostraba sorprendido, porque el directorio de Ancap podría haber marcado las discrepancias con el preacuerdo salarial en ALUR “al otro día de que este se firmó”, y sin embargo lo hizo prácticamente un mes después. ¿Por qué se demoró tanto?
MJ —Tenemos más de 10 subsidiarias. Creo que lo importante acá es que estamos centralizando todas las decisiones importantes en el directorio de Ancap. Eso tiene un costo personal para los directores bastante intenso, de muchísimo trabajo.
EC —¿No era así hasta ahora?
MJ —No, no necesariamente, porque en cada directorio de una sociedad anónima en principio los directores pueden decidir.
EC —De todos modos, en esas sociedades anónimas y en particular en ALUR algunos de sus directores son a su vez directores de Ancap. El directorio no es que estaba desconectado de las cosas que pasaban.
MJ —Pero es muy diferente que decir que las decisiones se centralizan en Ancap. El tema este llegó al directorio de Ancap, no estábamos conformes y de hecho no se aprobó.
EC —Pero casualmente todo se precipitó porque un diario, El Observador, publicó el contenido de ese preacuerdo. Fue a partir de esa noticia de un fin de semana que en los días siguientes, en especial en el Consejo de Ministros del lunes siguiente, se tomaron decisiones, el presidente Tabaré Vázquez anunció que no estaba de acuerdo con un convenio así y que iba a promover que el directorio de Ancap lo rechazara, etcétera. ¿Cómo se entiende eso?
MJ —Yo me preguntaría cómo llega eso a El Observador. Evidentemente porque era un tema que estaba, que no estábamos listos para aprobar, sobre el que estábamos pidiendo más información, estábamos evaluando. Estamos alineados 100 % con el Poder Ejecutivo, con la claridad meridiana del presidente, que es un apoyo, y se decidió lo que había que decidir.
EC —¿Usted dice que la filtración salió del propio directorio de Ancap de algún modo, teniendo en cuenta que se lo estaba mirando y que se dudaba de su contenido, etcétera?
MJ —Cuando un tema está arriba de la mesa por mucho rato termina trascendiendo. Lo importante es que las decisiones no se precipitan, se toman todas con mucho análisis, con muchos datos. Estábamos en ese proceso, y cuando se decidió se decidió.
EC —Se destaca desde dentro de ALUR que convenios salariales con ese tipo de mecanismo de ajuste tienen desde hace añares, desde la época de Calnu. ¿Por qué salta ahora el tema, por qué se arma este lío ahora?
MJ —Porque las circunstacias del país, las circunstancias de Ancap son las que son, hay pautas muy claras y había un mandato de ir hacia las pautas del Poder Ejecutivo. Nosotros estamos para cambiar las cosas, entonces el hecho de que algo se venga haciendo así por muchos años –en general, no me refiero solo a ALUR– es una respuesta que no aceptamos. La idea es cómo hacerlo diferente, no es un parámetro “se viene haciendo así”.
EC —El comunicado del directorio de Ancap del 8 de setiembre informa que “se resolvió por unanimidad rechazar los preacuerdos negociados por la gerencia general de ALUR con el sindicato. Considerando que los preacuerdos firmados no se adecuan a la situación del Grupo Ancap ni del país en general y no tienen en consideración las pautas salariales establecidas por el Poder Ejecutivo, se resolvió no ratificarlos”. Se encomendó retomar las negociaciones en el ámbito del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, cosa que ocurrió unos días después. “Asimismo se resolvió realizar cambios en la estructura de la subsidiaria, con el espíritu de buscar un relacionamiento más fluido con  todas las partes vinculadas o interesadas en ALUR. El ingeniero Manuel González se aparta del cargo de gerente general, que será ocupado interinamente por la ingeniera Victoria Hernández”. ¿Que fue esto? ¿Por qué se remueve a Manuel González de la gerencia general?
MJ —El comunicado es bastante claro.
EC —Se lo pregunto porque el vicepresidente Raúl Sendic hizo comentarios la semana pasada y opinó que el directorio de Ancap “cobró al grito” cuando tomó esta decisión.
MJ —Nosotros veníamos evaluando esta posibilidad y creemos que hacía falta una cara nueva en la gestión de ALUR. ALUR es una empresa compleja, en el sentido de stakeholders, las partes relacionadas, y terminamos tomando esa decisión concomitantemente con esto, pero era algo que ya estábamos evaluando.

EC —Simultáneamente estaba arriba de la mesa la presunta retribución del gerente general de ALUR. Digo “presunta” porque había circulado un número que después resultó que no era el real. Había circulado una cifra de más de $ 438.000, que después se supo que era la retribución del mes de diciembre, cuando se incorporan, una vez al año, una serie de bonos en función de indicadores de desempeño de la empresa. En realidad el sueldo nominal es del orden de los $ 300.000 y el líquido termina siendo de $ 200.000, $ 210.000. ¿Cómo jugaron ese otro factor, el factor retribución, y el hecho de que los sueldos de los gerentes están atados al mismo tipo de ajustes que estaban previstos en el convenio?
MJ —No tuvo absolutamente nada que ver. Eso era un dato de la realidad que conocíamos, y hay otras vinculadas que tienen sueldos similares; entiendo que son sueldos de mercado. Eso no tiene absolutamente nada que ver con la decisión que se tomó.
EC —El senador De León cuestionaba por qué Ancap no había salido a aclarar cuál era el verdadero sueldo del gerente general, por qué había permitido que fuera objeto de una crítica, de un señalamiento que no correspondía.
MJ —Ustedes han visto que somos bastante modestos en nuestra comunicación, hay cosas que no tenemos por qué salir a aclarar en un sentido ni en otro. Me parece que no corresponde.
EC —Pero se generó la sensación de que se lo echaba porque tenía una retribución de ese orden, entre otras cosas.
MJ —Esa no era la intención, de hecho el comunicado no hace absolutamente ninguna referencia a eso. De vuelta, me paree que tenemos que salir de la anécdota y sobre todo de involucrar nombres de personas y datos casi personales. Acá lo que buscamos es la mejor gestión de ALUR, el mejor relacionamiento con las partes relacionadas, el cumplimiento de ciertas pautas muy claras del Poder Ejecutivo. Todo lo demás es medio amarillista. No me interesa entrar en eso.
EC —¿Se van a revisar las retribuciones de los gerentes de ALUR? ¿Es cierto que el gerente general de ALUR gana más que el gerente general de Ancap, por ejemplo?
MJ —No tenemos gerente general en Ancap, pero es posible, mucho más que yo. En el nuevo proyecto de rendición de cuentas aparece una normativa al respecto que topea los salarios, pero entiendo que en su momento fueron salarios de mercado y son un dato de la realidad. Estamos revisando situaciones de hecho en la medida en que van siendo prioritarias; esto no fue un tema, en ningún momento fue un tema para nosotros.
EC —¿En particular se está trabajando en las retribuciones de la plana gerencial de ALUR? ¿Va a haber cambios en esa materia?
MJ —Digamos que las nuevas contrataciones, las nuevas promociones se van a atener a la normativa, pero no estamos haciendo nada de corrección para atrás.
***
EC —Le he ido planteando una cantidad de preguntas y me quedaron varias afuera incluso. En el final, ¿quiere agregar algo sobre todo en cuanto a por dónde vienen los próximos pasos?
MJ —Agradezco la oportunidad, la confianza que han depositado en nosotros. Estamos tratando de llevar adelante lo que nos han encomendado con la mayor responsabilidad y compromiso. En lo personal, estoy muy satisfecha con el equipo de dirección que formamos, muy homogéneo por un lado, porque es toda gente que tiene una formación equivalente, una madurez, una energía y las ganas que compartimos todos, pero a la vez también hay una gran diversidad de disciplinas y creo que eso nos hace más potentes. Ancap necesita transformarse y ahora lo que tenemos que lograr es permear toda esta energía y trabajo en equipo a toda la estructura. Hemos estado un poco lejos de ellos, porque teníamos que tomar medidas muy rápidas y muy ágiles, pero estamos conformando un equipo, esperamos poder tener el gerente general el mes que viene.
EC —Ancap vuelve a tener gerente general.
MJ —Vuelve a tener gerente general.
EC —Se está dando marcha atrás con una decisión que se tomó durante la presidencia de Daniel Martínez.
MJ —Sí, creo que fue en esa reestructura. Yo no veo la hora, porque mucho del trabajo del gerente general recae en la presidencia, y me parece importante tener esa separación de roles. Y como decía el senador Delgado, no vamos a confundirnos con celebraciones a esta altura, estamos mirando hacia delante, tenemos muchísimo trabajo por delante. Esperemos que las cosas nos salgan bien, porque si a Ancap le va bien, a la gente le va bien.

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