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martes, 30 de agosto de 2016

J. M. GOÑI: CONOZCAMOS LA VIDA FAMILIAR DEL DESTACADO PERIODISTA

El relator Javier Máximo Goñi (61) conoció a la periodista Verónica Amorelli (37) por la voz y quedó impresionado por su talante y talento. Fue hace unos 10 años: ella había entrado al noticiero de Radio Oriental, donde el periodista deportivo se desempeña a la cabeza de las transmisiones futbolísticas y del programa Hora 25 desde hace casi dos décadas.


Cuando entablaron vínculo en los pasillos y oficinas de la radio, a ella la sedujo la calidad humana de Goñi. De fútbol nada. Todo lo contrario: ella se resistía a que el deporte de la pelota ocupara tantos horarios en la radio. "Me llamaba la atención lo buen compañero que era, siempre preocupado por los demás", asegura.

Hoy Goñi y Amorelli formaron familia. Son padres de Paloma (7) y viven en la zona rural de Sauce, en Canelones. Tienen tres perros, un gato y un pez. Con la excepción del animalito acuático, todos son adoptados.

Si bien ella ya no está más en Oriental, son ahora socios de pantalla en VTV: ella conduce el noticiero central y él está al frente de Sin límite, el clásico ciclo de polémica deportiva de Tenfield. Termina uno y comienzo el otro.

Todos los días pagan el precio de viajar 40 kilómetros ida y vuelta por la serenidad del paisaje verde y una casa blanca, a dos aguas, con portera y palmeras en la entrada. Allí recibieron a Sábado Show.
El viajero.

Verónica Amorelli nació en Las Piedras, se crió en Canelón chico y tiene familia en Sauce. Cuando quedó embarazada, decidió que lo mejor era mudarse en las cercanías de sus familiares para estar contenida ante la llegada de Paloma. A Goñi, oriundo de Pocitos, le gustó también la idea de alejarse del bullicio montevideano.

"Hoy no volvería a vivir en Montevideo", asegura él sentado en el sillón del living, con la estufa a leña prendida, termo en el brazo, jeans y unos championes azules y (atención al detalle) de marca Nike.

Para ella era vital rodearse de familiares para recibir a su primera hija (él tiene hijos mayores de 30 de su matrimonio anterior) en cuanto el padre acumula de tres a cuatro meses anuales de ausencia detrás de la pelota. Javier Máximo Goñi es el relator que va a todas las canchas: donde sea que juegue un equipo uruguayo, él está. Muchas veces en solitario en representación de Uruguay en ciudades extrañas de Bolivia, Venezuela o Colombia.





Javier Máximo Goñi y familia.

Este su lema: "Si la radio no está en el lugar de los hechos, vamos a perder siempre frente a la TV".

La distancia ha generado miles de anécdotas de entre casa. "Cada vez que viajo, aquí empiezan a escucharse ruidos extraños", dice entre risas el relator. Con el antecedente de un robo años atrás, Verónica ha tenido algunas escenas de miedo en los peores momentos: cuando él está a miles de kilómetros.

"Yo lo llamo a horas impropias", confiesa. En una oportunidad, Goñi estaba en Colombia y desde su habitación de hotel llamó a la comisaría de Sauce para pedir si un móvil policial no pasaba por su casa, dado que Verónica escuchaba ruidos raros. Los efectivos accedieron y todo se habría tratado de una falsa alarma: una comadreja bochinchera entre las palmeras.

Fuera de esos episodios confusos, la distancia no genera mayores problemas a la relación. "Yo entiendo que los viajes son un diferencial para él y para la radio. Me gustaría que viajara un poco menos, pero es así. Ya estoy acostumbrada a tomar decisiones sola", asegura la periodista.

Pero Goñi no solo demuestra su pasión en los viajes, sino en los partidos regulares de fin de semana. Fiel a la vieja escuela de relatores, le gusta llegar muy temprano a la cancha para olfatear el clima previo.

Verónica le cuenta humor: "Si el partido es las 3, a las 12 ya está saliendo. Para mí que va a cortar el pasto o pintar las líneas".

Como la periodista es poco futbolera, rara vez acompaña a su marido en la cancha, con alguna excepción de partidos en el Interior del país. Ahí va toda la familia, a modo de paseo.

La primera vez que Amorelli vio a su esposo relatar en cabina, pensó que el hombre estaba a punto de un colapso. Máximo Goñi tiene por costumbre narrar el partido con el micrófono en mano y aplica un temblequeo en la muñeca que parece un tic nervioso. Es su forma de descargar la tensión.

La mayoría de las veces, Verónica lo sintoniza, no por interés en el partido, sino para saber si está todo bien, si no hay líos en la tribuna o si la calidad técnica de la recepción es buena. En partidos difíciles, en el exterior o con clima pesado, él la llama en el entretiempo.

"¿Todo bien". "Todo bien". Así se acompañan.
La periodista.

Verónica Amorelli tiene pasión por las noticias. En la adolescencia encabezó el proyecto de una revista liceal. Hoy también es docente de IPEP.

Goñi es su primer seguidor. "Para mí es la mejor presentadora. Lo digo dejando afuera el afecto, es la más completa". Cuando habla en esos términos, Verónica trata de relativizar: "No digas la mejor, decí que soy buena o muy buena". El relator le reprocha el excesivo bajo perfil de su mujer.





Javier Máximo Goñi

En la casa Goñi - Amorelli el consumo de televisión y de radio no es deportivo, sino mayormente de programas periodísticos, cuenta ella. Aquí no se ven partidos de ligas remotas.

Amorelli no solo presenta en las noticias en VTV, sino también que edita y prepara los materiales a salir al aire.

Javier Máximo Goñi, que también es docente de historia aunque no ejerce, es un hombre muy interesado en los asuntos políticos y de actualidad nacional e internacional. A veces discuten de política, pero mayormente en términos pacíficos.

A Verónica no le gusta ver a su marido discutir con Juan Carlos Scelza en Sin límite. "Aparece en cámara como un hombre intransigente y no lo es. Todo lo contrario: es pacífico y defensor de los matices. Pero cuando discute de fútbol al aire todo es blanco o negro".

A futuro, Goñi y Amorelli planean mudarse a otra casa en la misma zona de Sauce, dado que en la actual son inquilinos. Están construyendo su hogar propio. ¿Otro hijo? Él no tendría problemas. 
Ella duda. Y cuando le preguntan a Paloma, responde: "No, por ahora no". Familia completa.







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