lunes, 21 de septiembre de 2015
EGIPTO: UN SITIO AL QUE MAS VALE NO IR PORQUE SE ARRIESGA LA VIDA
1 de los 6 turistas mexicanos heridos en el desierto de Egipto, una mujer, aseguró que fueron bombardeados durante tres horas por las fuerzas de seguridad egipcias, en el ataque que indignó a México y que dejó 8 mexicanos y 4 egipcios muertos.
“Se vio la saña con la que iban y venían (...). Fuimos bombardeados como cinco veces, siempre desde el aire. Todo duró unas tres horas”, narró al diario El Universal Susana Calderón, una de las sobrevivientes. Su esposo, Luis Barajas, murió en el ataque.
La agresión sucedió cuando el convoy de turistas había parado para almorzar en su trayecto al oasis de Bahariya, 350 km al suroeste de El Cairo, en momentos en que, según el gobierno de Egipto, las fuerzas de seguridad perseguían a un grupo de terroristas.
“No hay donde resguardarse, no hay donde correr (...). No sé si eran cohetes o bombas o qué era, pero había ráfagas”, añadió Calderón.
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Los primeros en morir fueron un chófer, un policía que venía en el convoy y uno de los mexicanos organizadores del viaje, recordó la turista mexicana, cuyo esposo estaba con vida cuando el grupo fue trasladado al hospital.
“Vi a mi esposo cuando me subían a la camilla para traerme al hospital. Lo escuché decirme que me amaba. Y yo le dije que yo también. Y ya nada supe de él”, agregó Calderón, quien relató que esta visita a Egitpto, que sería seguida de un recorrido por Europa, había sido preparado como “el viaje de nuestras vidas”.
La sobreviviente también rechazó las versiones del gobierno egipcio de que el convoy se encontraba en una zona prohibida.
De hecho, aseguró que en el recorrido el grupo había sido detenido en dos ocasiones por autoridades que, tras ver sus documentos, los dejaron continuar.
El gobierno egipcio ha afirmado que los organizadores de la excursión eran los responsables de la tragedia por haber hecho viajar a los turistas mexicanos en vehículos todoterreno y no “en un autocar” y haber penetrado en una “zona prohibida” en un momento en que las fuerzas de seguridad perseguían a yihadistas.
Según las autoridades egipcias, el ejército los atacó “por error”, confundiéndoles con “terroristas”.
Las autoridades mexicanas tardaron dos días en poder identificar el total de los ochos fallecidos por la falta de acceso a la morgue a la que habían sido trasladados por autoridades egipcias.
El gobierno de México expresó su indignación por este inédito ataque y ha exigido una investigación profunda y expedita de esta agresión que acabó con la vida, entre otros, de un chamán, una ex diputada y una agente de modelos.
Los sobrevivientes fueron repatriados en el avión presidencial mexicano, en el que también embarcó la canciller Claudia Ruiz Massieu, quien llegó el miércoles a El Cairo acompañada por familiares de las víctimas para ayudar personalmente a los afectados y pedir explicaciones al gobierno egipcio.
En una nota diplomática entregada al embajador egipcio en México, la cancillería exigió a Egipto que las víctimas del ataque y sus familiares, “todas ellas civiles inocentes”, reciban “la reparación integral del daño, incluyendo la indemnización”, destacó la dependencia en un comunicado.
Las autoridades consulares mexicanas en Egipto están haciendo las gestiones para lograr también la pronta repatriación de los restos de los ocho fallecidos en el ataque aéreo, cometido por militares y policías de Egipto cuando el grupo de 14 mexicanos se dirigía a un turístico oasis en el desierto.
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