jueves, 17 de septiembre de 2015
3 URUGUAYOS EN LA MIRA DE LA JUSTICIA, POR HABER COLABORADO CON LA REPRESION DURANTE LA DICTADURA
Uno se muestra bien trajeado en las páginas sociales de las revistas de variedades; a otro se lo adivina viviendo un exilio cómodo en alguna playa extranjera; un tercero trabaja tranquilamente en el interior del país y milita a favor del Partido Colorado.
El "Charleta" Jorge Gundelzoph, Ariel Ricci y Mario Píriz Budes son apenas tres de los exmilitantes de izquierda que, al igual que el recientemente procesado Héctor Amodio Pérez, un día decidieron colaborar con el enemigo y a veces lo hicieron con un fervor criminal.
Los testimonios que los involucran en hechos que terminaron con militantes presos, muertos o desaparecidos constan en actas parlamentarias, documentos de organizaciones defensoras de los derechos humanos y declaraciones de sobrevivientes.
Por estas horas, las cosas que los delatores hicieron en aquellos años violentos están en la mira de la Justicia y de organizaciones y personas que las padecieron más o menos directamente.
Es así que mientras la Justicia se dispone a indagar a Píriz Budes, el próximo jueves 24 llegará desde Italia el hijo biológico de Ricci, Camilo José Maraboto, quien tiene consigo fotos del rostro de su padre y la dirección de su actual paradero, según informó a El Observador la presidenta de la Comisión de Derechos del Partido Comunista (PCU), Lille Caruso.
Por otro lado, en el PCU consideran que lo hecho por el "Charleta" Gundelzoph no debería quedar impune.
El hijo
El caso de Ricci fue presentado en el Parlamento en 1985, apenas restablecida la democracia, por parte del entonces senador frenteamplista José Germán Araujo y, luego, pasó a la Justicia junto a otros asuntos vinculados con las violaciones a los Derechos Humanos. Después, antiguos compañeros lo sindicaron como un oscurísimo personaje que militó en la Unión de Juventudes Comunistas (UJC) para convertirse en un colaborador aplicado de los militares.
El exdiputado comunista Rafael Sanseviero fue uno a los que Ricci le levantó la capucha para instarlo a declarar rápidamente. "Yo no sé si Ricci me aplicó la picana o me pegó, pero estuvo ahí. Él vino a cooperar con el proceso de tortura para quebrantarme", dijo Sanseviero, quien también denunció a Ricci ante la Justicia en 2011.
Por su lado, el hijo de Ricci difundió en 2013 una carta pública en la que acusa a su padre de haber participado en el operativo en el que fue secuestrado y desaparecido el militante comunista Oscar Tassino.
Dice que su progenitor, al que llama cobarde y del que reniega, se dio a la práctica del budismo y se fue a vivir a una isla frente a las costas de Río de Janeiro.
Como fue dicho, el hijo de Ricci llegará a Uruguay el jueves 24 para revelar nuevos detalles acerca del paradero de su padre con el objetivo de que sea extraditado y juzgado.
Un joven elegante
Flanqueado por dos señoras, "el Charleta" Gundelzoph aparece sonriente en la edición del 3 de setiembre de la revista Galería de Búsqueda, retratado en el ágape de una boutique de Pocitos.
Acostumbrado a lucirse en las páginas de sociales, Gundelzoph se muestra despreocupado aunque por esos días su nombre había reaparecido en las páginas de actualidad de los periódicos convocado por la peripecia judicial de Amodio Pérez.
El "Charleta" es un exmilitante comunista que, según los testimonios, colaboró de manera salvaje con los represores. En la causa judicial por la que fue apresado el exdictador Gregorio Alvarez, Guldenzoph es mencionado como partícipe en las torturas a Ary Severo Barreto quien fue desaparecido por la dictadura.
El "joven muy elegante y correcto" que se paseaba por 18 de julio delatando gente, era, según sus excompañeros, un sádico que, incluso, violó a una detenida porque no le había dado corte cuando militaban juntos. El ya fallecido dirigente comunista Gonzalo Carámbula recordó que en sus andanzas Gundelzoph se sentía tan seguro e impune que "disfrutaba" quitándole la capucha a los prisioneros para que, por unos segundos, reconocieran a su verdugo.
El tercero en este relato de traidores, el extupamaro Píriz Budes, fue quien entregó a las Fuerzas Armadas la mayor cantidad de información sobre el accionar de la guerrilla e incluso alertó a los militares sobre el asesinato del peón rural Pascasio Báez.
Tras su deserción, vivió escondido varios años en Paraguay y volvió al país en 1993 para radicarse en el mismo barrio periférico de Rivera en donde transcurrió su adolescencia.
Sus excompañeros –los mismos que condenaron a muerte a Amodio- lo dejaron vivir en paz y, desde hace años, milita en el Partido Colorado. La Justicia lo citó a declarar en agosto por el "caso Amodio" y en estas horas reiteró la convocatoria.
Pero, a saber por lo que cuentan algunos de los militantes que pasaron por las cárceles de la dictadura, la lista de colaboradores no se agota en esa tríada. "Amodio hubo varios y no solamente en el MLN", escribió el periodista y exmilitante comunista Hugo Machín. Se verá con cuantos de ellos la Justicia llega tan lejos como lo hizo con la "bestia negra" tupamara.
"¡Vos me torturaste!"
En noviembre de 2008 durante una instancia judicial que enfrentó al dirigente comunista Carlos Tutzó con el periodista Álvaro Alfonso, una de las personas presentes en el juicio dijo haber identificado a su torturador. "¡Vos me torturaste!", le dijo José Luis Romero a Elisardo Iglesias. Según informó la Red 21, ambos militaban juntos en el PCU hasta que llegó el golpe de Estado.
Fuente: El Observador
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