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lunes, 20 de julio de 2015

ALIMENTOS CONTAMINADOS: MULTARON A TIENDA INGLESA, SARUBBI Y CANTINA DE FACULTAD DE ARQUITECTURA

La Intendencia de Montevideo multó a las empresas Tienda Inglesa y Sarubbi y al Centro de Estudiantes de Arquitectura, propietario de la cantina de esa Facultad, con 54 UR ($43.800) cada uno, por la presencia de la bacteria listeria monocytogenes en algunos de los productos comercializados. Es una bacteria de difícil combate y que puede llegar a tener consecuencias que van desde diarrea hasta convulsiones o meningitis.


Según las resoluciones publicadas en la página web de la intendencia el 15 de julio, en el caso de Tienda Inglesa, la bacteria se encontró "en las muestras de salchichas tipo frankfurters marca Tienda Inglesa". La directora de Regulación Alimentaria de la IMM, Adiana Quintela, dijo a El Observador que la bacteria fue hallada en uno de los muestreos de rutina, en productos que estaban para la venta en la góndola de los supermercados.

En el caso de Sarubbi, la listeria estaba presente en la "panceta ahumada", que fue retirada de uno de los puntos de venta. Y en la cantina de la Facultad de Arquitectura, estaba presente en varios de los productos: "Ensalada de lechuga y tomates, ñoquis con tuco de carne picada, strogonoff de pollo con azafrán, tarta de zapallitos y sopa licuada", especifica la resolución.

Daños a la salud

La listeria monocytogenes, explicó la directora de Regulación Alimentaria, "es de alto riesgo para población susceptible", como las embarazadas, las personas de la tercera edad, los niños y los inmunodeprimidos –personas cuyo sistema inmunológico no funciona con normalidad–. Si bien son pocas las personas que se enferman por esa bacteria, "puede tener efectos importantes" que van desde síntomas digestivos como diarrea, náuseas y fiebre, a problemas neurológicos, como convulsiones, dolores de cabeza, o meningitis.

El problema, explicó Quintela a El Observador es que se trata de una bacteria muy resistente y difícil de combatir. Esto se debe a que la listeria crece en el frío, a temperaturas muy bajas, y es también resistente al ácido. La bacteria ingresa generalmente a los locales a través de los alimentos crudos y se acumula, por ejemplo, en las grietas, en la unión de azulejos y cerámicas, o en los desagües, lugares a los que no se llega con una limpieza normal. Si el alimento está bien cocido, la bacteria se destruye, explicó Quintela, aunque puede contaminarse al estar en contacto con otros crudos.

Al tratarse de una bacteria patógena, una vez que se encuentra deben tomarse medidas extremas, y se hace hincapié fundamentalmente en la limpieza. En los casos de Sarubbi y Tienda Inglesa, la intendencia solicitó que los productos fueran retirados del mercado y se obligó además a "suspender la línea de producción", aseguró Quintela.

Debido a la resistencia de la bacteria, se pide además un cronograma de medidas que implican el cierre del sector de elaboración y una desinfección profunda. Luego se realiza una producción de prueba y si se comprueba que ya no está presente la bacteria, se habilita la venta. En la cantina de la Facultad de Arquitectura se pidió el cierre voluntario y la limpieza, y "toda la partida de alimentos queda detenida para destrucción". En todos los casos las empresas ya fueron habilitadas para volver a comercializarlos.

La responsable de Sarubbi, Silvana Sarubbi, dijo a El Observador que la empresa realizó "las acciones correctivas", se retiró lo que había de panceta en el mercado y se tomaron "todas las medidas para que eso no vuelva a suceder". El Observador intentó sin éxito comunicarse con Tienda Inglesa y con el Centro de Estudiantes de Arquitectura.


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