-- --

Buscar información

Facebook y Twitter

jueves, 2 de abril de 2015

PUESTEROS DE FERIAS: NUEVAS VICTIMAS DE LA DELINCUENCIA

"¿ Lleva manzanas, doña ?", preguntó uno de los puesteros a una mujer que probaba la madurez de las frutas. Los demás clientes, pagaban y se iban con total tranquilidad. El mismo escenario se repetía una semana antes. En aquella oportunidad reinaba la misma tranquilidad de ayer, cuando se estaba terminando la jornada, hasta que un auto de color gris irrumpió en marcha atrás sobre la calle Juan Ortíz. A muchos les llamó la atención la llegada de ese vehículo. De repente, 4 personas descendieron del coche, tiraron varios cajones con mercadería al piso y empezaron a amenazar a los feriantes que estaban en la esquina.



Pazos Severo, de 65 años es el encargado de uno de los puestos y fue una de las víctimas. "¿Qué te pasa?", les gritó, al ver que se le venían encima.

Los delincuentes sacaron armas y escopetas y amenazaron al feriante. "Pará, pará, ¿qué te pasa", insistió Severo. De repente, uno de los delincuentes (según su testimonio menor de edad y que estaba encapuchado), le dio un culatazo, le arrancó la cadena que tenía y le gritó: "Dame la plata o te exploto".

El trabajador, sin resistirse al asalto, les dio todo el dinero que había recaudado durante la jornada de trabajo: unos $ 62.000.


Justo ese día, una vecina le había pagado $ 12.000, que le venía fiando en las últimas semanas. "Maldita la hora en que me pagó", exclamó Severo.

Por el robo, no pudo pagarle el sueldo a uno de sus empleados. "No me quedaron ni diez pesos", dijo. Por eso mismo le propuso ir hasta su casa, para poder darle un poco de dinero.

No conformes con el asalto a Severo, también le robaron al vendedor de quesos, un hombre de 30 años, a quien encañonaron y también le exigieron el efectivo. Le llevaron $ 58.000.

Este martes, el vendedor no fue a trabajar porque quedó asustado y también tuvo algunos ataques de pánico.

Además del dinero, los asaltantes se llevaron algunos caballetes y mesadas que los feriantes utilizan para apoyar las frutas y verduras.

Según testigos del hecho, el episodio fue "muy rápido". Quienes estuvieron el día del asalto, afirman que el mismo duró "apenas cuatro minutos", y se quejan de que la Policía "llegó una hora después al lugar".

"Estos se la llevaron de vivos. Yo estoy desde la madrugada trabajando y en unos minutos te sacan todo. Viste cómo es la calle: estás tranquilo en tu trabajo, pero si caen en ese momento, estás regalado", expresó.

Es la segunda vez que asaltan a Severo. La última ocasión fue el año pasado en la feria de Pocitos, aunque, según describió, no fue un robo con tanta violencia como el de la semana pasada. Una persona le dijo: "Dame la plata" y le llevaron unos $ 9.000.
Vecinos.

Por otra parte, vecinos y feriantes manfiestaron a El País que habitualmente hay robos en esta feria vecinal. "Lo normal es que haya robos chicos y generalmente a personas mayores", anotaron.

Tras este hecho, Severo reclama que efectivos policiales se queden hasta las 15:00, hora en la que finaliza la jornada de trabajo en la feria. "A veces nos mandan a cuidar la feria a policías que tienen 18 años", dice con asombro.

Este episodio lo afectó. Por eso, desde ayer está tomando más recaudos para evitar que le vuelvan a robar tanto dinero. Por ejemplo, en su chaleco lleva "plata chica". Pero evalúa tomar medidas más drásticas para preservar su seguridad. "Voy a empezar a hacer los trámites para tener un arma y venir a la feria con ella", afirmó.

"Quiero comprarme una 9 milímetros, porque de alguna manera me tengo que defender. El problema es que si los matás, vas preso vos", reflexionó.
Banda.

Desde tiendas policiales no se descarta que quienes asaltaron a Severo hace ya una semana, tengan relación con un violento robo a otro puestero ocurrido en Comercio y Lombardini, donde hay una feria vecinal todos los martes.

Allí, estacionó un auto, de donde descendieron tres personas que fueron directo a uno de los feriantes. "Dame todo lo que tengas", le dijeron mientras apuntaban y amenazaban al resto de los trabajadores que estaban en la feria.

Si bien oficialmente no trascendió la cifra robada al trabajador, se supo que rondaba los $ 45.000.

El automóvil que los delincuentes utilizaron había sido robado el pasado 27 de marzo a un hombre que viajaba en él junto a sus hijos. Se lo sacaron a punta de pistola. Lo encontraron en Irun y Camino Carrasco, donde los delincuentes lo dejaron abandonado.

Los efectivos sospechan que se trata de la misma banda de ladrones que descubrió un nuevo "nicho" para robar.

Fuente: El País


No hay comentarios: