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sábado, 11 de abril de 2015

OBAMA - CASTRO: TERMINEMOS CON 56 AÑOS DE ABSURDA PELEA

Obama y Castro, sonrientes en la inauguración de la Cumbre de Panama abril 2015
Apretón de manos y sonrisas que inmortalizan el momento que refrenda la histórica decisión de terminar con 56 años de absurda pelea.


“Lo que hace histórica a esta Cumbre es la participación de Cuba. Pero nadie hubiera asegurado que el estreno cubano tuviera lugar en medio de intensas negociaciones bilaterales para reabrir embajadas y restablecer plenamente las relaciones”, afirmó Carlos Malamud, investigador de América Latina del Real Instituto Elcano. Como otra señal de acercamiento, en lo que fue la reunión de mayor nivel en cinco décadas, el secretario de Estado John Kerry y el canciller cubano, Bruno Rodríguez, conversaron en Panamá a puertas cerradas.

“Ambos estuvieron de acuerdo en que hicieron progresos y en que seguiremos trabajando para resolver los temas pendientes”, dijo un funcionario del Departamento de Estado.

Raúl Castro entra por la puerta grande a un foro del que la isla comunista estuvo excluida desde la primera Cumbre de las Américas de 1994. Pero a esta cita con la historia, el presidente estadounidense no llega con las manos vacías. En una acelerada secuencia de acontecimientos que mejoran notablemente el clima de la cita, Obama recibió el jueves la recomendación del Departamento de Estado de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores de terrorismo, según el senador Ben Cardin. “Es un importante paso adelante en nuestros esfuerzos para forjar una relación más fructífera con Cuba”, aseguró en Washington Cardin, miembro del comité de Relaciones Exteriores de esa cámara.

Aunque el retiro de Cuba de esa lista allanaría el camino para el restablecimiento de relaciones diplomáticas, queda mucho por andar. Respaldada por todos los países latinoamericanos, Cuba reclama el territorio de la base naval de Guantánamo y el levantamiento del embargo impuesto en 1962, en tanto que Estados Unidos insiste en el tema de derechos humanos. Antes de llegar a Panamá, en su escala en Kingston, Obama aclaró que las negociaciones tomarán su tiempo.

“Nunca predije que todo se pueda transformar de la noche a la mañana”, manifestó.

Obama y Castro, sonrientes en la inauguración de la Cumbre. Foto: Reuters.

El cara a cara con Castro será muy diferente a aquel saludo que tuvieron en 2013 en medio de la cordialidad por el funeral de Nelson Mandela, en Johannesburgo.

Otro flanco ha sido motivo de preocupación: las tensiones entre Venezuela y USA enrarecieron el ambiente previo a la Cumbre, amenazando incluso con empañar la celebración por los acercamientos con La Habana.

Muchos países latinoamericanos apoyaron a Venezuela tras la decisión de Obama de declarar a ese país, principal benefactor económico de Cuba, como una “amenaza inusual y extraordinaria” para Estados Unidos.

El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, acude a la Cumbre con la promesa de hacer llegar a Obama las más de 13 millones de firmas que asegura haber reunido contra ese decreto.

Pero en los últimos días Washington y Caracas bajaron su retórica de confrontación. Obama reconoció que Venezuela realmente no es una amenaza, y Maduro, de su lado, dijo estar dispuesto “al diálogo”.

Obama quiere presentar ante el foro su legado en la búsqueda de una mejor relación de Estados Unidos con América Latina, en la que Cuba siempre fue una controversia.

“Cuba ya no será el fantasma. La Cumbre puede tener un impacto enorme en las relaciones de América Latina con Estados Unidos salvo que Venezuela se convierta en el nuevo fantasma”, opinó Santiago Cantón, director ejecutivo del Centro de Justicia y Derechos Humanos Robert F. Kennedy. Pese a la distensión con La Habana y la moderación con Caracas, choques entre simpatizantes y opositores de los gobiernos de Cuba y Venezuela han marcado los días previos a la Cumbre en las calles de Panamá, blindada por cientos de policías.

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, viajó ayer a media tarde a Panamá para participar en la Cumbre, con una agenda de asuntos propios marcada por el recalentamiento de la disputa con el Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas. Partió con retraso a Panamá, donde ya estaba el canciller argentino, Héctor Timerman, quien sostuvo que la mandataria seguramente planteará la cuestión de las Malvinas ante los otros jefes de Estado.
Este jueves el Gobierno argentino denunció judicialmente a cinco empresas petroleras por explorar “ilegalmente” en las cercanías de las islas Malvinas, bajo dominio británico desde 1833.

El Ejecutivo de Cristina Fernández también citó al embajador británico, John Freeman, para exigirle explicaciones por supuestas acciones de espionaje contra el país relacionadas con la disputa sobre las islas, después de que su homóloga argentina, Alicia Castro, fuera convocada al Foreign Office. En declaraciones a la prensa en Panamá, Timerman dijo que espera que la Justicia “condene a quien usurpa y roba lo que es parte de las riquezas naturales de la Argentina”, en referencia a la exploración de petróleo en el área de las Malvinas.

“La exploración es una violación a las resoluciones de las Naciones Unidas que impiden la exploración y explotación de zonas donde hay una disputa de soberanía”, afirmó Timerman.

A su juicio, “esta política de exploración es digna de un país que cree que puede imponer una práctica colonialista en cualquier lugar a pesar de estar en el siglo XXI”. Según informó ayer el Gobierno argentino en su sitio web, durante la reunión de cancilleres en el marco de la Cumbre, el único representante que mencionó la cuestión Malvinas y el aumento de la militarización británica en el archipiélago que denuncia Argentina ha sido el venezolano.

Por su parte, la embajadora argentina en Londres ironizó sobre el llamado.
“Al funcionario le pregunté si esto era humor británico o una paradoja política. No se puede creer que nos recriminen a nosotros, como si fuésemos aún una colonia”, dijo Alicia Castro.

Los presidentes de Estados Unidos de América y de Cuba, Barack Obama y Raúl Castro, se saludaron sonrientes ayer en la inauguración de la Cumbre de las Américas.

La reunión, precedida de una cuidada coreografía destinada a preparar la foto de la reconciliación, es la primera entre dos mandatorios de Cuba y USA desde que en 1956 el General Dwight Eisenhower y el General Fulgencio Batista se reunieron, también en Panamá.

Obama afirmó que los días de interferencia de USA en América Latina están en el pasado, y manifestó que "Estados Unidos ya no puede interferir libremente en los asuntos de los países de América Latina".

Obama busca hacer las paces con Cuba, su antiguo enemigo durante la guerra fría, y retomar relaciones diplomáticas.

“La sociedad civil es la conciencia de los países”

El presidente de USA, Barack Obama, dijo que “las naciones fuertes no tienen miedo” a la sociedad civil, durante un foro al que asisten también opositores cubanos y venezolanos en Panamá. Obama subrayó, entre aplausos, que cuando su país habla en favor de “alguien que está en prisión” solamente por cuestionar al poder, lo hace porque “es lo correcto”. La sociedad civil es “la conciencia de nuestros países”, remarcó Obama durante su intervención.
Rousseff cuestionó presos políticos del chavismo

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, expresó su deseo de que el Gobierno venezolano libere a los opositores presos en una entrevista con CNN un día antes de viajar a Panamá para la VII Cumbre de las Américas.

“Los países que integran Unasur, que participan de la Cúpula, de la Cumbre de Las Américas, tenemos hoy, incluso, el absoluto interés de que haya una mayor liberación, que suelten a los presos, que no haya niveles de violencia en las calles, todos nosotros tenemos ese interés”, aseguró Rousseff en respuesta a una pregunta sobre Venezuela. Este es el comentario más crítico que la mandataria brasileña ha hecho hasta ahora sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela, aunque sin condenar explícitamente al gobierno de Nicolás Maduro ni exigir expresamente la liberación de los opositores.

Interrogada específicamente sobre la detención del exalcalde de Caracas Antonio Ledezma, Rousseff primero dijo que no quería inmiscuirse en asuntos internos del país, pero luego manifestó su posición en contra de las detenciones políticas.

“Las cuestiones relativas a la cuestión interna de Venezuela, yo no puedo entrar, es una cuestión de respeto a la autodeterminación de ellos”, dijo Rousseff, que insistió en que Brasil hay manifestaciones de oposición pero su gobierno no detiene opositores.

“No pensamos que la mejor relación con la oposición sea encarcelar a quienquiera que sea (...), si la persona no cometió un crimen, no puede ser encarcelada”, afirmó Rousseff.


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