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domingo, 5 de abril de 2015

J.A. ROBALLO: EL NUEVO PROSECRETARIO DE LA PRESIDENCIA



En casi todos los gobiernos luego del retorno de la democracia, los prosecretarios de Presidencia de la Républica fueron hombres de bajo perfil. En la pasada administración, Diego Cánepa pasó por alto esa regla. Mucho más mediático que sus antecesores (Augusto Durán Martínez, Alberto Scavarelli, Leonardo Costa y Jorge Vázquez) no dudaba en salir a la prensa cada vez que podía, lo que le valió muchas críticas dentro y fuera del Frente Amplio.



En su regreso a la Presidencia, Tabaré Vázquez volvió a la tradición y eligió a un hombre reservado como prosecretario. Se trata de Juan Andrés Roballo, un católico practicante, abogado de 44 años, casado y con cuatro hijos.
Detrás de la tranquilidad que trasmite al hablar y su imagen prolija se esconde un fanático del rock que escucha al grupo mexicano Molotov. En su pendrive se pueden encontrar canciones de U2, La Ley, Paralamas, The Police, grupos nacionales como No Te Va Gustar y La Teja Pride. También hay música clásica, que escucha mientras trabaja porque lo ayuda a concentrarse.

Antes de ser abogado fue peón en una curtiembre y fletero. Su militancia política comenzó en el Cerro, el barrio donde vivió desde los seis años, cuando sus padres se mudaron de Las Piedras, Canelones. Allí comenzó a militar en el Partido Demócrata Cristiano (PDC), por el cual fue electo diputado en la primera presidencia de Vázquez (2005-2010). Fue ahí cuando tuvo su primer contacto con él.

"Yo sé bien quién sos tú", fue la primera frase que le dijo Vázquez a Roballo, cuando se conocieron en la Cámara de Diputados, cuando el presidente mantenía una reunión con la bancada del Frente Amplio. Roballo se quiso presentar y dijo que era suplente de (Liliám) Kechichián, pero Vázquez lo interrumpió para decirle que sabía de sus legisladores.

"Me sentí un poco tonto, más conociendo las características de Vázquez en cuanto a su rigurosidad en el desempeño del trabajo", recuerda ahora.

En el gobierno de José Mujica, cuando era inspector nacional de Trabajo, Roballo se encontró con Vázquez en Ginebra, cuando una delegación del gobierno concurrió a representar a Uruguay ante la Organización Internacional de Trabajo (OIT) por la queja que presentaron las cámaras empresariales sobre la ley de negociación colectiva. Después de eso no tuvieron más contacto, hasta que en 2014 Vázquez lo convocó para ser parte de su comando de campaña que se instaló en el hotel Four Points.

El presidente contaba con "información adicional", como le gusta decir Roballo, sobre uno de los amigos de su hijo, Álvaro Vázquez. "Con Álvaro militamos hace años en el PDC, somos amigos, pero es un relacionamiento que tiene que ver con nuestras profesiones. Además, los dos somos casados, tenemos cuatro hijos que coinciden más o menos en edad e iban al mismo colegio", señaló Roballo.

Una vez electo, Vázquez lo llamó por teléfono para ofrecerle ser el prosecretario de Presidencia. "Nos llamó a todos él, no nos mandó decir por nadie. Me dijo que iba a hacer el anuncio del equipo y acto seguido me preguntó si estaba dispuesto y le dije que por supuesto, encantado", contó.

Por teléfono.

Hay 60 mensajes de texto sin leer en la bandeja de entrada del celular de Roballo. Desde la mañana hasta la noche, el prosecretario está en la oficina del piso 11 de la Torre Ejecutiva. 

Después de correr por el Prado, se dirige a su lugar de trabajo y asegura que para él las largas jornadas no son un problema, aunque a veces no le da el tiempo para contestar sus SMS. "Hace muchos años que trabajo así. Esta área lo impone y Tabaré es muy ordenado y le gusta que las personas le dediquen el tiempo que le tienen que dedicar a cada cosa", dijo.

El trato con Vázquez "es muy cálido y fraterno"; según Roballo, el presidente es "atento con todos" los que integran su equipo. Con él se comunica casi todos los días, la mayoría de las veces por teléfono, ya sea en la oficina o por celular.

Los temas que pasan por la oficina del prosecretario "son cientos" y Vázquez está informado de todas las cuestiones, más aún de las políticas. Pero el presidente "siempre se adelanta", cuenta Roballo. "Nos pasó muchas veces en la campaña, íbamos con un esquema y él estaba adelantado, ahora en el ejercicio de la Presidencia pasa lo mismo", aseguró.

"En general soy reservado, será porque soy así y porque es parte de las características de mi profesión", dijo al diario El País el prosecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo. "Para mi el principio es la reserva y la lealtad", comentó.

No le gusta que lo comparen con su antecesor, el exprosecretario Diego Cánepa, quien consechó amores y odios dentro del oficialismo. "Si se van a comparar a los prosecretarios no es razonable comparar a los dos últimos, sino comparar a los del inicio de la democracia hasta ahora, de lo contrario es una comparación rara y todos hemos tenido características diferentes", aseguró Roballo.

Según dijo, el hecho de ser reservado "no es un tema de gustos", sino una característica personal y del propio gobierno de Tabaré Vázquez.

"Aunque por lo menos en mi caso, Vázquez no me dice salí o no salgas a la prensa. Obviamente queremos tener cuidado con el trabajo y la imagen del trabajo, eso es lo más importante", precisó.


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