Era el mes de enero del año 2013 y la Intendencia de Montevideo se comprometía políticamente a aumentar el precio del boleto de ómnibus 1 vez por año. Avanzado el año 2013 el gobierno departamental ya incumplía esa promesa, al subir el valor del transporte capitalino en 2 oportunidades: en enero pasó de $19 a $20 y en setiembre de $20 a $21. Como suele suceder con los políticos, las palabras se las llevaba el viento.
Las autoridades de la IMM justificaron el incremento en el alza del precio del dólar durante ese período. Desde el año 2010, cuando asumió la intendenta frenteamplista Ana Olivera, los jerarcas municipales declaraban que los aumentos serían de un peso por año.
“El aumento del boleto no sorprende a la población, porque es una vez al año, ni a las empresas porque saben cuáles son las realidades”, dijo el 2 de enero de 2013 el director de Tránsito de la IMM, Hugo Bosca. Esa fue la primera suba en el año. Bosca resaltó el compromiso de su gobierno con esa política. Pero nueve meses después, esa postura ya no se sostuvo. "La idea era aumentarlo una vez por año pero lamentablemente las condiciones se modificaron demasiado”, dijo a El Observador en ese momento el secretario general de la comuna, Ricardo Prato.
El 1 de marzo de 2014 el boleto subió a $22 por los "costos del sistema". A fines de agosto volvió a subir, esta vez a $23.
El domingo 1 de febrero el pasaje volvió a subir, a $24. Si se cuenta desde marzo de 2014, en menos de un año (hasta el 1 de febrero de 2015) el boleto subió en tres oportunidades. Lucía Topolansky, candidata oficialista a la IMM, dijo en radio Monte Carlo: “No es cosa de otro mundo”, y agregó que "hay una paramétrica que es bastante compleja, que toma en cuenta todos los elementos que constituyen la formación del precio y cada tanto hay algún aumento".
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