El impacto potencial de la nueva generación de sanciones que ultima la UE contra Moscú por su actuación en la crisis de Ucrania es demoledor. Si se llega hasta el final, Bruselas estima que la economía rusa sufrirá un batacazo enorme, de 1,5 puntos de PIB este año y 4,8 puntos en 2015, según una estimación de la Comisión Europea a la que ha tenido acceso este periódico.
Eso supondría la entrada fulminante en una profunda recesión en un país muy castigado ya en lo que va de año, tanto por la fuga de capitales —que el viernes obligó al banco central ruso a imponer una nueva subida de los tipos de interés, hasta el 8%— como por las fuertes caídas en Bolsa, del 7% en lo que va de año. El comercio de Rusia con Europa retrocede también a tasas de dos dígitos, y el rublo se deja un 6% con el dólar en 2014.
La obsesión de Berlín y de otras capitales europeas es que la escalada de sanciones pueda tener marcha atrás si Moscú rebaja la tensión en Ucrania. Pero a muy corto plazo lo más probable es lo contrario: los Veintiocho aprobarán la semana próxima un paquete adicional de medidas, y todos los analistas prevén una respuesta fulminante de Rusia que podría degenerar en una guerra comercial muy peligrosa para la economía internacional, en medio de una recuperación difusa.
La UE se prepara para decretar un embargo de armas, dejar de suministrar bienes de uso civil y militar y abandonar la venta de tecnologías clave para sectores como el energético. Pero las más efectivas serán las sanciones financieras —que pasan por impedir el acceso de los bancos públicos rusos al capital europeo, como ha hecho EE UU—, con consecuencias económicas notables. No solo en Rusia: la economía europea, que flirtea con la deflación, sufrirá también de lo lindo. Bruselas estima que el impacto en la UE será de 0,3 puntos de PIB en 2014 y 0,4 puntos en 2015. No es lo suficiente como para recaer en una tercera recesión. Pero sí provocará una salida del túnel aún más nebulosa. Tanto, que varios países solicitaron el viernes a la Comisión Europea que aplique con más flexibilidad las reglas fiscales este año y el próximo, según las fuentes consultadas, a la vista del impacto inesperado de la crisis con Rusia en la economía europea debido a las sanciones. Francia e Italia vienen pidiendo algo parecido desde hace semanas por otras razones.
Esta crisis de mil y una caras deparaba una sorpresa adicional: un conflicto geopolítico que ya se deja notar en la economía global y se suma a la desaceleración en los emergentes, la recaída en EE UU y la flagrante debilidad europea. La tercera fase de sanciones agravará aún más esas debilidades. Y aun así incluso los países más reticentes (Italia, España y sobre todo Alemania) no han mostrado fisuras en los últimos días respecto a la nueva ronda de sanciones a Rusia, tras el siniestro del avión de Malaysia Airlines en el que murieron 298 personas.
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