La tremenda sanción de FIFA a Luis Suárez dejó en evidencia el nulo peso político que tiene el actual Consejo Ejecutivo de la AUF, encabezado por el presidente Wilmar Valdéz, frente al principal órgano rector del fútbol. Son unos completos desconocidos para las autoridades de la Fifa, quienes en lo que va del Mundial han hecho como que esos dirigentes no existían. Esas son las consecuencias del golpe de estado apoyado por el gobierno, que derribó al Dr. Sebastián Bauzá y los demás neutrales de la Auf, para complacer a Paco Casal y compañía. Dejamos de tener autoridadez capacitadas y con presencia internacional, para tener un grupito de personas sin conocimiento ni capacidad, algo así como unos aficionados en las grandes ligas.
Apenas concluyó el partido entre Uruguay e Italia, quien es el vice-presidente de la FIFA y oficial de más alto rango en el Reino Unido, Jim Boyce, dijo que Luis Suárez mordió intencionalmente al defensa italiano Giorgio Chiellini. "He visto el incidente varias veces en la televisión", afirmó. "No hay duda de Luis Suárez es un futbolista fantástico, pero, una vez más, sus acciones lo han dejado abierto a la crítica más severa", añadió. "Debemos investigar el incidente", concluyó.
Fue Boyce quien promovió la apertura del caso a Suárez y quien propuso su condena. En todas esas horas claves, donde se comenzó a digitar la suerte del futbolista uruguayo, los actuales "ejecutivos" de la AUF no lograron impedir que el destino predestinado por este señor inglés cambiara de rumbo.
Y eso fue porque el actual Ejecutivo de la AUF no tiene ningún tipo de relación con Boyce. Cero. Nulo contacto o acercamiento posible.
Era imposible salvar a Suárez sin hacer alguna operación política pues –se sabe- así se maneja la FIFA.
La situación sería otra si Sebastián Bauzá se hubiera mantenido en el cargo pues conocía íntimamente los entretelones de la FIFA. Bauzá era respetado y escuchado. Jugaba en otra liga de quienes están ahora. Pero, como se sabe, debió renunciar en marzo pasado.
Bauzá era reconocido por los ejecutivos más influyentes de FIFA como un par y, de hecho, cuando se hizo pública su renuncia, la propia FIFA mostró su preocupación por su partida.
Quienes presionaron y llevaron adelante la partida de Bauzá, hoy quedaron como unos verdaderos incompetentes ante la función que les tocó desempeñar.
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Alejandro Espina, editor de Espectador.com
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