El Ministro de Industria, Energía y Minería, Ingeniero E. Kreimerman relató los principales puntos de negociación del contrato con la minera Aratirí, entre los que se incluye: volúmenes de producción, condiciones para la renegociación o rescisión del contrato y plan de desarrollo de proveedores. El jerarca afirmó que las garantías son un punto importante, tanto desde lo ambiental (cierre de minas), como desde lo económico, en caso de no concretarse el proyecto.
En entrevista con la Secretaría de Comunicación de Presidencia de la República, el ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman repasó algunos aspectos de la negociación que actualmente se viene llevando adelante con la empresa Aratirí, interesada en instalarse en la zona de Valentines para abocarse a la explotación minera de gran porte.
Tales puntos de negociación refieren a: los volúmenes de producción, basado en las reservas; las condiciones en que puede darse una renegociación futura del contrato en caso que no se cumplieran las cuestiones previstas; la definición de las causas por las que una de las partes podría pedir la rescisión o la extinción del contrato (aspectos comprendidos en la ley de minería de gran porte y que se adecuan a este proyecto minero).
Otro elemento de análisis es el plan de desarrollo de proveedores específicos, en relación a cómo se va a retomar a la gente que trabajó y cómo se hará el llamado a nuevas personas, teniendo en cuenta que llegaría a ocupar a 5000 personas en el proceso de construcción y que luego, una vez operativo el emprendimiento, trabajarían en forma permanente más de mil, a un salario promedio sustancialmente mayor al que se pagaba en la zona.
El ministro explicó que el plan de desarrollo de proveedores contempla no solo la parte de los trabajadores, sino también cuánto insumo nacional se va a tener. “Queremos tener más proveedores nacionales –como hicimos en otras actividades— que den más participación a mano de obra uruguaya”, subrayó.
La negociación también incluye temas que tienen que ver con la estimación del cronograma de trabajo en los diferentes aspectos, tanto de construcción como de operaciones.
Un elemento importante es el de las garantías. El jerarca dijo que hay dos tipos de garantías: por un lado, la que involucra lo ambiental y por otro, la que asegura el fiel cumplimiento del contrato. En el primer caso, se trata de un depósito vinculado al plan de cierre de minas (reparación de cráteres y recuperación de la zona con fines turísticos, de riego u otros), y en el segundo, un depósito estipulado en el contrato que se cobra en caso de no concretarse el proyecto.
En cuanto a los tiempos de ejecución de obra de Aratirí, el ministro explicó que están sujetos a una serie de trámites que la empresa tiene que procesar. Recordó que hay temas de concesión minera y de contrato, autorizaciones ambientales que resolver y también aspectos con otros organismos que tienen diferentes funciones que cumplir en el tema.
“Si se diera una conclusión feliz de la negociación, que es bastante exigente, es posible hablar de dos a tres años de construcción, y a partir de allí el comienzo de la explotación”, proyectó Kreimerman.
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