En una mina de lignito en Santa María de Ariño, en Teruel, se han encontrado restos de 2 esqueletos parciales de dinosaurio anquilosauro (acorazado) que han permitido conformar un nuevo tipo de dinosaurio que se llamará Europelta Carbonensis. Los restos pertenecen al Cretácico inferior y tienen una antigüedad de entre 113 y 110 millones de años.
Se trata de "un nuevo tipo de dinosaurio anquilosaurio, el más completo hallado en Europa", explicaba el director de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, Luis Alcalá durante la presentación de los dos esqueletos parciales encontrados. Exactamente, del anquilosauro nodosáurido se ha recuperado abundante material tanto craneal como postcraneal, a partir del que se ha podido reconstruir de forma precisa la apariencia del animal.
Los nodosáuridos (Nodosauridae) fueron dinosaurios de tamaño mediano, cuadrúpedos y recubiertos de placas conocidas como osteodermos y osículos. A diferencia de los anquilosáuridos (Ankylosauridae), los nodosáuridos no tenían tendones osificados en la cola ni tampoco una maza en su extremo. Según las investigaciones mediría unos 5 metros de largo, no sería mucho más alto de un metro, se alimentaba de plantas y su peso rondaría las 2 toneladas.
Aparte de los dos individuos estudiados se ha recuperado y está pendiente de preparación paleontológica otro ejemplar de anquilosauro.
Teruel es uno de las zonas más importantes del mundo a nivel paleontológico. Repleta de yacimientos allí se han encontrado, entre otros, el fémur de dinosaurio más grande de Europa o recientemente dos nuevas especies de cocodrilos fósiles.
El descubrimiento ha tenido lugar en la localidad de Ariño, en su espectacular yacimiento de más de 25 hectáreas donde se concentran más de 100 vertebrados mesozoicos y donde se han hallado ya más de 6.000 huesos fósiles. Los trabajos paleontológicos se llevan a cabo en la mina de lignito a cielo abierto Santa María desde el año 2010. Las características del nuevo dinosaurio se publican hoy en la revista científica PlosONE en un trabajo realizado por un equipo de paleontólogos de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis (Museo Aragonés de Paleontología), del Servicio Geológico de Utah (EEUU) y del Museo de Historia Natural de Utah (USA): James I. Kirkland, Luis Alcalá, Mark A. Loewen, Eduardo Espílez, Luis Mampel y Jelle P. Wiersma.
Fuente: muyinteresante.es
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