Luo Gang fue raptado a los 5 años, en 1990 y vendido a una pareja a miles de kilómetros de su pueblo natal. Se reencontró con sus padres gracias a sus tercos recuerdos y al trabajo de una web que localiza niños secuestrados. Cuando fue secuestrado y luego vendido a una pareja que vivía en un pueblo lejano al suyo, Luo Gang no podía identificar casi ningún dato que lo ayudara a volver con su familia biológica.
Entonces no se llamaba Luo, sino Huang Jan y vivía en Yaojia, un pueblo en la provincia de Sichuan, con su padre constructor, su madre comerciante y un hermano menor. El joven recuerda que sus primeros años fueron modestos pero felices; recuerda aún con más detalles el día en que todo eso cambió, según explica la BBC en un reportaje en el que se relata su historia.
Un día, cuando se dirigía a la escuela, fue interceptado por un hombre y una mujer –cree que eran amigos de sus padres-, pasó de un auto a otro y terminó en otra provincia, la de Fujian. El niño fue secuestrado y llevado al pueblo de Sanming, a 1500 kilómetros de su casa. Como él, miles de niños cada año eran secuestrados en China, consecuencia en parte de la política de “un hijo por familia” que había generado un mercado negro de varones traficados.
"Tenía mucho miedo, había sido secuestrado, pero no tenía opción”, le dijo Luo a la BBC. Cada noche se dedicaba a recordar los pocos detalles que tenía en su memoria sobre su familia biológica. “Intentaba guardar esos recuerdos sobre mi familia y sobre la zona geográfica en la que vivía. Pero no sabía bien ni mi propio nombre”.
Sus nuevos padres nunca le explicaron nada y murieron poco después de que el niño llegara al nuevo hogar. Fue criado por sus “abuelos”, quienes tampoco le contaron nada sobre sus orígenes. "Estaba enojado con la situación, pero ellos me trataban bien”, dijo Luo.
Su familia biológica hizo todo lo posible por encontrarlo, sin éxito. Luego de años de publicar avisos en periódicos y repartir folletos se dieron por vencidos y adoptaron una niña. Luo creció y se convirtió en bombero, pero nunca abandonó su deseo de encontrar sus orígenes. Por eso se registró en un sitio web gubernamental cuyo objetivo era reunir niños secuestrados con sus familias.
En octubre de 2012, a los 27 años, ingresó en otro sitio web llamado Baby Come Home, un foro administrado por voluntarios en los que padres e hijos comparten detalles de los casos de secuestro. Luo incluyó en su perfil todo lo que recordaba. “Medía 110 centímetros”, escribió. “Tenía ojos grandes. En mi mano derecha hay una cicatriz de una herida que me hice cuando cargaba piedras en un río”.
Aunque no sabía el nombre de su pueblo natal, creía que estaba en la provincia de Sichuan, porque cuando era adolescente un vecino le había dicho que había utilizado una palabra en el dialecto que se habla en esa zona.
Luo también subió a la web una foto suya que había sido tomada por sus padres “adoptivos” poco después de su secuestro. Agregó que cuando desapareció vestía un buzo rojo con un cisne blanco, tal vez tejido por su madre. Y sumó detalles de cómo era su casa, del camino que conducía a ella, aunque todos estos datos parecían demasiado genéricos.
Los voluntarios del sitio web pronto comenzaron a utilizar estos datos para buscar pistas; Luo continuaba sumando detalles, entre ellos un mapa de su pueblo hecho a mano, en el que dibujó de memoria los puentes que recordaba, el camino que recorría hasta la escuela atravesando campos de arroz. A pesar de sus esfuerzos y del de los voluntarios, el caso era difícil porque debían buscar en una zona enorme: Sichuan tiene medio millón de kilómetros cuadrados y allí viven más de 80 millones de personas.
En marzo de este año hicieron el primer descubrimiento esperanzador: en base a un mapa de carreteras de 1990, los voluntarios se dieron cuenta de que sólo había dos grandes rutas en el área en el momento en que el niño fue secuestrado y a su vez Luo recordaba que cerca de su casa pasaba una carretera pavimentada con mucho tráfico.
Poco a poco se conocieron más detalles; los voluntarios lograron contactar a una pareja que había perdido un hijo en el mismo momento en que desapareció Luo. Les contaron que al niño le decían “Xiaodong”, un sobrenombre que el hombre recordaba de su niñez. Finalmente Luo viajó a Chongqing y a las 09:20 de la mañana del 9 de mayo se reunió con sus padres biológicos.
El encuentro fue filmado y televisado y así se enteraron los abuelos adoptivos. “Me llamaron y dijeron que estaban tristes”, explicó Luo, “dijeron que era bueno que hubiera encontrado mi lugar de nacimiento, pero que querían que volviera a casa”. Pasó ocho días en su pueblo natal y regresó a Fujian.
En la actualidad Luo volvió a vivir con sus padres biológicos. Sobre su secuestro le dijo a la BBC: “Al principio pensaba que había destruido una familia. Ahora creó que destruyó a dos. Mi familia adoptiva me crió durante 23 años. Pero mi familia biológica es mi familia. Las dos son mi hogar”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario