En el primer trimestre del próximo año 2014, Droguería Chiappe dejará su actual local sobre la calle Cuareim, en el Centro de Montevideo, al mudarse a un nuevo edificio que se está levantando en camino Carrasco y Zum Felde. La empresa, una droguería mayorista para farmacias, es una firma familiar, con una historia que ya roza lo centenario: fue fundada en 1919.
Su presidente, Diego Chiappe, integrante de la tercera generación al frente de la compañía, explicó a Café & Negocios que la decisión de trasladarse respondió a la intención que tienen de ampliar la operativa actual. No se reveló el monto de la inversión que demandó el nuevo edificio.
“Comparando lo futuro con lo actual, tenemos un incremento del doble de metraje construido, y aproximadamente cinco veces más área de almacenamiento. Eso nos va a permitir hacer otras operaciones”, dijo Chiappe.
El presidente de Droguería Chiappe agregó que la empresa persigue la incorporación de otras unidades de negocio, pero por el momento prefirió no dar más detalles al respecto.
Actualmente, el 100% de sus clientes son farmacias. Los productos que distribuyen –toda la gama que se puede encontrar en estos locales– llegan a todos los rincones del país, parte con flota propia y la otra parte con flota tercerizada.
La compañía emplea hoy a alrededor de 230 personas. En principio, en el nuevo edificio de camino Carrasco –que además de desempeñarse como centro logístico albergará a las oficinas– trabajará esa misma cantidad de personas. De todas maneras, Chiappe no descartó la necesidad de incorporar más personal en un futuro “si se empieza a incrementar la actividad”.
Moverse hacia la periferia
Año y medio atrás comenzaron las obras en el predio sobre camino Carrasco. Cuando esté terminado, el nuevo edificio de Droguería Chiappe tendrá una superficie de 6.700 metros cuadrados.
El estudio que está llevando adelante el proyecto es ST Arquitectos. Su director, Luis Taboada, explicó que cerca del 75% de la obra ya está finalizada.
“Principalmente lo que está faltando es la parte de oficinas y los servicios para el personal”, comentó el arquitecto.
Asimismo, Taboada señaló que uno de los elementos que también disparó la mudanza fue de corte urbanístico: desde el gobierno departamental se está promoviendo que las actividades de este tipo salgan del centro de la ciudad y se instalen en la perifera, “donde el tránsito y el movimiento de carga se hace mucho más fácil”, agregó.
Taboada sostuvo que se incorporarán las tecnologías “de última generación” que se utilizan hoy en los centros logísticos. Entre otras, enumeró los automatismos, sistemas de puertas rápidas, climatización –que permite tener los medicamentos a temperaturas controladas–, sistemas de almacenamiento en alturas, pisos de alta dureza y de perfección geométrica, que posibilitan el rodamiento con ruedas duras.
Otro elemento con el que contará será un sistema informatizado para el armado de los pedidos.
“Ya contamos con una automatización para el apronte de pedidos, y ahora la vamos a incrementar: cerca del 90% del apronte de pedidos va a ser de forma automatizada”, dijo Chiappe.
El nuevo local también tendrá docks –muelles– de descarga, diseñados especialmente para esta actividad, que recibirán a los camiones con la mercadería mayorista, al igual que otros de salida, por donde se irán los productos empaquetados para luego ser distribuidos.
Apuesta verde
Una de las características del proyecto que sus impulsores destacaron como más interesantes es la consideración que se tuvo en el diseño en relación al ahorro energético. Por ejemplo, además de estar climatizado tiene en el techo un parque de paneles solares que genera electricidad.
“No se suelen hacer este tipo de depósitos con tantas consideraciones de aislación térmica”, comentó Taboada. “Tenemos paredes con ocho centímetros de espuma pir, y que tienen también el techo con aislación térmica, lo cual produce muchísimo ahorro en climatización”, añadió.
Chiappe, por su parte, comentó que lo que se persigue es, por una parte, consumir lo menos posible de energía y, por otra, también generarla.
Fuente: El Observador
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