En las últimas elecciones legislativas de Argentina se destacó el triunfo del Partido Obrero (PO), de ideas trotskistas y enfrentado al kirchnerismo de corte populista, en la capital de Salta, una de las provincias históricamente más conservadoras de ese país. “El Salteñazo que sacudió al país”, tituló en su última edición Prensa Obrera, el órgano de prensa del PO, que también destaca la buena votación lograda en otras provincias.
¿Y qué pasa con los trotskistas uruguayos? O mejor: ¿quiénes asumen de este lado del charco las banderas que levantó el principal inspirador de la “revolución permanente” y quiénes son sus aliados argentinos? Lo primero que habría que mencionar es la existencia de un corte importante entre el movimiento trotskista en Uruguay.
Por un lado, están quienes integran el Frente Amplio(FA), es decir, el Partido Obrero Revolucionario (POR) y el Partido Socialista de los Trabajadores (PST); por otro lado, grupos que se colocan fuera del FA, como el Partido de los Trabajadores (PT) y organizaciones estudiantiles como Tesis XI del Centro de Estudiantes de la Facultad de Humanidades.
Entre los trotskistas que integran todavía el FA también hay matices, algunos expresados en el pasado -sobre todo en el campo de las corrientes sindicales- y otras en posicionamientos políticos actuales: el PST es uno de los grupos que respaldan la precandidatura presidencial de Constanza Moreira, mientras que el POR -que ha tenido una estrecha relación con el Partido Socialista y con el Espacio 90- acompaña al ex presidente Tabaré Vázquez, al punto de que intentó, sin éxito, impulsar su reelección consecutiva en el anterior período.
Pero volvamos al vínculo con los trotskistas argentinos. Consultado por la diaria, Raúl Campanella, dirigente del POR, dijo no estar al tanto del triunfo del PO en Salta: “No tenemos ningún tipo de relación con ellos, en Argentina estamos con la alianza que apoya al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Estamos dentro del MILES [Movimiento Integración Latinoamericana de Expresión Social], el movimiento que dirige Luis d’Elía”.
Campanella explica que ser trotskista hoy implica “una armonía entre objetivos del marxismo revolucionario y una política de poder que en las circunstancias históricas actuales, sin la Unión Soviética y sin los 14 estados obreros, permitan avanzar en transformaciones estructurales con gobiernos de alianza como el FA, apoyándose como siempre en la lucha de clases y buscando armonizar el programa revolucionario con una política con sostén de masas”.
Según Campanella, no hay dentro del FA ningún otro movimiento que se declare abiertamente trotskista “como sí lo hacemos nosotros”, y admite desconocer “si por fuera del FA hay algún movimiento que siga esa ideología”.
Sin embargo, el Partido de los Trabajadores también declara su filiación trotskista y, a diferencia del POR, sí mantiene vínculos con el PO de Argentina. El dirigente del PT Rafael Fernández expresó que la victoria en Salta “es la expresión más aguda del proceso de agotamiento del Partido Justicialista y un corrimiento hacia la izquierda que se viene gestando desde hace mucho tiempo.
En muchas localidades de trabajadores tuvieron una votación muy alta”. Afirmó que el PT y el PO tienen “una colaboración” desde sus propios orígenes. “Hemos militado en común durante décadas, al punto de que muchos compañeros nuestros militaron con el PO en la época de la dictadura. Además, integramos conjuntamente una organización que se llama Coordinadora por la refundación de la IV Internacional, una organización que busca recrear una Internacional Obrera”.
Fernández define el trotskismo como “un proceso que se inició en 1917 y sigue abierto, no está clausurado como lo han afirmado propagandistas estalinistas, capitalistas y hasta muchos sectores de la llamada izquierda. El agotamiento del capitalismo es un proceso que estamos viendo en vivo y en directo cuando vemos la crisis mundial, lo que plantea la necesidad de retomar los hilos históricos que se cortaron por el estalinismo y la degeneración de muchos partidos de izquierda que se han integrado al capitalismo. Es necesaria una izquierda anticapitalista que luche por el gobierno de los trabajadores”.
Respecto a otros movimientos trotskistas en Uruguay, Fernández aseguró: “Que algunos movimientos se declaren trotskistas no quiere decir que en los hechos lo sean llevando una política revolucionaria. Tanto el POR como el PST, que están dentro del FA, son dos partidos que no cumplen el requisito fundamental de un planteo comunista revolucionario [...] integrar el FA es contradictorio en esa materia”.
Para confirmar la estrecha relación entre el PO y el PT, se anuncia para el 27 de noviembre la visita a Montevideo del diputado electo por el PO en las últimas elecciones, Néstor Pitrola, en una actividad organizada por el PT.
Fuente:La Diaria
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