El Ministerio de Salud Pública de Uruguay deberá pagar US$ 143.000 a familiares de la niña Antonella Sueldo Escobar, quien falleció en 2004 de púrpura tras recibir previamente 3 diagnósticos equivocados. Por teléfono, un médico pediatra solo le recetó buscapina.
El caso generó gran conmoción en Paysandú. En un principio se pensó que la niña había fallecido a causa de un virus. Además de sufrir la pérdida de Antonella, sus familiares directos y compañeros de escuela recibieron, en forma equivocada e innecesaria, poderosos fármacos antivirales durante cierto tiempo en el marco de un supuesto tratamiento preventivo, según señala la sentencia del Juzgado Civil de Paysandú a la que tuvo acceso eldiario montevideano El País.
Por este caso, el Ministerio de Salud Pública (MSP) ya recibió fallos adversos en primera y en segunda instancia de la Justicia Civil. Deberá pagar US$ 143.000 a los padres, hermanas y abuelos de la niña Antonella por mala praxis y omisiones.
El relato que surge de los dos expedientes es digno de una película de terror. La niña fue internada por su padre y abuela en el Hospital de Paysandú a las 21.30 horas del 4 de noviembre de 2004 con dolor abdominal y fiebre alta. Su madre estaba a punto de dar a luz en un sanatorio sanducero.
Antonella fue derivada a Cirugía de niños de dicho hospital y recién fue vista por una médica al día siguiente, el 5 de noviembre. La profesional le efectuó un diagnóstico diferencial de faringitis, infección urinaria o apendicitis. Poco después, el cuadro se agravó: la menor comenzó a sufrir lesiones en la piel. La cirujana dejó consignado que se llamara al pediatra de guardia, que se encontraba en su domicilio, y este, por teléfono, le recetó buscapina. Ello ocurrió a las 15.30 horas del 5 de noviembre.
Es decir, la menor llevaba en ese momento más de 17 horas en el hospital sin recibir ningún tipo de medicamento contra su verdadera enfermedad (púrpura). En la investigación forense se supo que esta inacción y diagnóstico equivocado fueron clave para el desenlace del púrpura, enfermedad que puede ser combatida si es detectada a tiempo, señaló en el expediente el médico forense Guido Berro.
Según consta en el expediente judicial, el médico pediatra de guardia en ningún momento concurrió a ver a Antonella ni hizo un seguimiento de su evolución a pesar de recibir un llamado de enfermería.
En el correr de la tarde del segundo día de internación, la niña comenzó un proceso de deterioro de su salud. A pesar de los llamados de su abuela a enfermería, no recibió cuidados en los turnos vespertinos y nocturnos del hospital.
A las 6 de la mañana del 6 de noviembre se realizó el cambio de guardia en el hospital sanducero. Recién en se momento se constató la gravedad del cuadro cuando Antonella tenía sus pies necrosados (muerte de tejidos), con fiebre alta y rigidez de nuca.
Fue trasladada a la ciudad de Salto para una mejor atención pero falleció a las 14.30 horas de ese mismo día.
Luego de la muerte de Antonella, el Ministerio de Salud Pública inició un sumario que determinó que la Comisión de Salud resolviera la suspensión del ejercicio profesional del médico pediatra de guardia por 90 días y amonestara a dos médicas y a enfermeras.
El abogado de la familia de Antonella, Gustavo Sabariz, dijo a El País que, en el curso del proceso civil, quedó probado, además, que el médico pediatra no había obtenido dicha especialidad a pesar de que ejercía la función de tal en el Hospital de Paysandú, habiéndose rescindido su contrato luego del fallecimiento de la niña y el sumario en su contra.
Críticas.
Para la familia de Antonella, la muerte de la niña se debió a un conjunto de responsabilidades por "omisión, desidia y error de diagnóstico" que determinan la existencia de "una falla de orden institucional" al haber funcionado el sistema de "manera deficiente".
En sus considerandos, la sentencia señala que no hubo un seguimiento adecuado ni coordinación del equipo de médicos y enfermeras de la niña que ingresa en observación sin diagnóstico claro; existió una "cadena de omisiones" ya sea por error de diagnóstico o por omisión en proporcionar a la paciente una atención diligente y oportuna, y un nexo causal "suficientemente probado" entre su muerte y la falta de tratamiento médico.
Pese a que el propio MSP reconoció la "conducta deficitaria" en la asistencia de la niña al sumariar al médico pediatra y amonestar a las enfermeras, ante la Justicia increiblemente declaró que los profesionales actuaron "en forma correcta" y que los distintos síntomas que tenía Antonella dificultaba detectar la verdadera enfermedad (púrpura). De película de terror !
El MSP apeló el fallo de primera instancia. El 5 de septiembre pasado, el Tribunal de Apelaciones Civil de 2° Turno ratificó la sentencia y obligó a Salud Pública a pagar US$ 143.000 por mala praxis en el Hospital de Paysandú.
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