Jonathan Farrell (24 años), un joven negro jugador de lo que en ese país se denomina fútbol (una especie de rugby brutal), luego de un accidente de auto, pidió ayuda en una casa. Los habitantes llamaron a la Policía, que al llegar lo mató de 12 disparos.
Los hechos tuvieron lugar la noche del pasado sábado en Charlotte, Carolina del Norte. El coche de Jonathan Farrell, un atleta, hasta hace poco, jugador en el equipo de una universidad de la Florida, terminó en un barranco.
Con dificultades el muchacho logró salir rompiendo el parabrisas, llegó hasta un camino y por allí hasta una casa cercana para pedir ayuda. A continuación, golpeó varias veces en la puerta, eran las dos y medio de la madrugada y una mujer que estaba en la casa pensó que quería entrar por la fuerza. La mujer llamó entonces al 911, el número de emergencia de la policía.
Llegaron 3 agentes de la policía y Farrel salió a recibirlos, tal vez corriendo y confundido por el accidente, de acuerdo con las declaraciones de uno los policías luego trataron de detenerlo con una pistola eléctrica, 'sin éxito' y otro abrió fuego.
'Se dispararon 12 tiros', 10 de las cuales dieron en el blanco de acuerdo al informe policial. Farrell, quien estaba desarmado, murió en el acto .
'Fui atacado' declaró insólitamente el policía blanco Randall Kerrick que le disparó a Ferrell. Fue acusado de homicidio sin premeditación o el uso excesivo de la fuerza en defensa propia, de acuerdo con la cadena CNN y luego fue puesto en libertad después de pagar una fianza de 50.000 dólares.
Jonathan era un 'niño totalmente estadounidense sobrevivió a un terrible accidente, pidió ayuda y fue acribillado a balazos', dijo el abogado de la familia, Chris Castaño, lo que contrasta con la reconstrucción realizada por la policía: el agente no le dio ninguna advertencia a Jonathan antes de disparar.
Este homicidio reavivó la polémica en contra de las 'armas fáciles' de la policía contraa los negros en ese país, mientras que sigue presente la indignación por el asesinato del joven negro Trayvon Martín en el estado de Florida, por parte de vigilante que lo mató de un tiro y luego fue absuelto por la Justicia.
'Todos los días, en este país, un hombre negro puede ser asesinado sin razón por las personas que deberían protegerlos', acusó Kojo Nantambu, de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP), la mayor asociación de negros yanquis .
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