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martes, 30 de abril de 2013

LUNOKHOD: UN CACHARRO MUY RESISTENTE


Científicos franceses han recuperado con éxito el retroreflector láser del robot ruso  Lunokhod 1, el primer vehículo con control remoto que pisó la Luna, en 1970 y al que se consideró como fuera de servicio casi un año después de su llegada al satélite.


El Lunokhod 1 fue transportado a la Luna por la sonda Luna 17 el 17 de noviembre de 1970. El pequeño vehículo poseía ocho ruedas, tenía una longitud de 2,22 metros y 1,60 metros de ancho, y pesaba 756 kilogramos.

Teledirigido desde la Tierra, exploró ampliamente la zona conocida como Mar de las Lluvias, realizando en casi un año de actividad más de 10 kilómetros de recorrido y transmitiendo a la Tierra más de 20.000 imágenes y 200 vistas panorámicas.

Durante 10 meses lunares, el robot obedeció las órdenes dadas por el equipo de Tierra, superando con creces los 90 días terrestres que se estimaron de vida útil. En previsión de que no pudiese superar la undécima noche lunar, se planeó estacionar el Lunokhod 1 en una zona plana, para que una vez agotada su vida útil, aún pudiese servir como plataforma del reflector láser que se dejó apuntando al planeta.

Parte importante de esta misión era la utilización del reflector láser diseñado y construido por especialistas franceses, que permitió obtener excelentes medidas de la distancia entre la Tierra y la Luna con una exactitud 100 veces superior a la de los métodos tradicionales de radiolocalización.

En los últimos 40 años nadie se había molestado en contactar de nuevo con este robot –que hasta fue subastado en 1993– hasta que un grupo de científicos galos, del Observatorio Côte d'Azur, decidió intentarlo.

Finalmente, en marzo de este año recibieron señales de retorno desde el reflector Lunokhod 1. Los resultados se obtuvieron durante más de tres noches, según ha indicado uno de los autores de esta iniciativa, Jean Marie Torre.
 Una falta de confianza

Los expertos barajaban varias posibilidades acerca de la falta de funcionamiento del reflector que, según ha indicado Torre, puede haber sido por un exceso de polvo lunar, porque la cubierta se podría haber cerrado o porque el vehículo no haya sido estacionado con vistas de la Tierra tal y como se creía.

'Al final, era más un problema de falta de confianza que un problema técnico', ha indicado el científico.

La ubicación final de la última misión del Lunokhod 1 fue incierta hasta 2010. Sin embargo, gracias a las imágenes obtenidas por la NASA con el Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), el robot fue detectado a unos 2,3 kilómetros al norte de su punto de aterrizaje. Ahora, los investigadores galos también han conseguido ponerlo en marcha de nuevo, 40 años después.

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