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miércoles, 9 de enero de 2013

A. WINEHOUSE: FUE OTRA ARTISTA QUE MURIO ACCIDENTALMENTE


Una nueva investigación judicial sobre la muerte de Amy Winehouse en julio de 2011 confirmó que la cantante británica falleció envenenada por el alcohol accidentalmente. La investigación tuvo que repetirse, después de la dimisión de la juez forense que presidió la primera vista en octubre de 2011 por carecer de las calificaciones necesarias para ejercer el cargo en Gran Bretaña.


 La nueva investigación judicial sobre la muerte de Amy Winehouse en julio de 2011 confirmó que la cantante británica falleció de forma accidental por intoxicación etílica.

 Tras revisar todas las pruebas, la nueva juez forense encargada del caso en el tribunal de St Pancras, Shirley Radcliffe, dijo que la ´diva trash del soul´ murió de "toxicidad etílica", agregando que el nivel de alcohol que tenía en el organismo estaba "comúnmente asociado a muerte".

Durante la audiencia se recordó que Winehouse tenía 416 miligramos de alcohol por decilitro de sangre, una tasa de alcoholemia cinco veces superior a la permitida para conducir en el Reino Unido, que es de 80 mg.

La intérprete de "Rehab", que tenía un largo historial de problemas con las drogas y el alcohol, fue hallada muerta el 23 de julio de 2011 en su domicilio de Camden, donde la policía encontró tres botellas de vodka.

La autopsia no pudo establecer formalmente las causas del deceso, pero unos exámenes toxicológicos posteriores revelaron la presencia de alcohol.

En la primera vista, la juez forense Suzanne Greenaway estableció que Winehouse murió de manera accidental a raíz de la ingestión de una gran cantidad de alcohol tras de un período de abstinencia.

Greenaway, una abogada australiana, tuvo que dimitir en enero de 2012 después de que se revelara que carecía de los cinco años de experiencia en Gran Bretaña requeridos para optar al puesto, al cual fue además nombrada por su marido, Andrew Reid, juez forense que renunció en diciembre pasado.

La investigación judicial, conocida como ´inquest´ en el derecho británico y conducida por un juez forense, tiene como objetivo establecer las circunstancias exactas de los fallecimientos de naturaleza violenta o sin explicación, pero no conduce a un juicio ni pretende establecer responsabilidad penal o civil.


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