-- --

Buscar información

Facebook y Twitter

jueves, 8 de noviembre de 2012

USA: PORQUE OBAMA NUEVAMENTE ES EL PRESIDENTE

El presidente yanqui, el Dr. Barack Obama ha conseguido el respaldo de los usamericanos para permanecer 4 años más al frente del gobierno en la Casa Blanca, en unas elecciones muy disputadas, pero en las que el presidente acabó obteniendo mayor ventaja de la prevista, lo que refuerza su liderazgo en Estados Unidos de Américay en el mundo. Se trata de una victoria que confirma un nuevo mapa electoral en este país, en el que las minorías ganan protagonismo y desplazan a la tradicional mayoría de raza blanca de ascendencia europea, los wasp, personas de un nivel mental sumamente reaccionario y que al parecer comienzan a ser desplazadas en su capacidad de decidir una elección nacional.- En un discurso emocionante que parecía el renacimiento de aquel Obama de 2008, el presidente apeló, en el reconocimiento de su victoria, a su antigua vocación bipartidista y prometió dirigirse a los líderes de los dos grandes partidos 'para afrontar juntos los retos que nos esperan'. 'Gracias, América', proclamó emocionado en el Centro de Convenciones McCormick de Chicago, donde sus seguidores se agruparon para arroparle y celebrar su victoria. 'Para Estados Unidos de América lo mejor está por venir. He felicitado a Romney por el trabajo tan duro realizado en la campaña', ha dicho Obama en Chicago. 'El y su familia han trabajado por América y ese es hoy su legado'. El presidente tuvo palabras para su vicepresidente, Joe Biden y para su esposa, Michelle Obama, y, dirigiéndose a todos, aseguró: 'A todos os digo: No importa donde vayais esta noche, siempre llevaréis en vuestro recuerdo esta noche histórica. Me habéis llevado hasta la cumbre y siempre os estaré agradecido'. En un mensaje que intentó contagiar esperanza sobre el futuro del país, el presidente auguró la culminación de la recuperación económica ya iniciada y recordó que una década de guerra está llegando a su fin. Prometió trabajar por el bipartidismo y continuar sus esfuerzos por la inmigración. 'Vuelvo a la Casa Blanca con más determinación e inspiración'. 'Nunca he estado tan esperanzado'. Obama transmitió optimismo y fe en las posibilidades de este país, para el que anunció que 'sus mejores días están por llegar'. Aseguró que se pondrá cuanto antes a resolver los problemas más urgentes, entre los que mencionó una reforma para la legalización de los inmigrantes indocumentados. Poco después de la una de la madrugada en Boston, el candidato republicano, Mitt Romney, que antes había llamado por teléfono a Obama para felicitarle por su triunfo, aceptó públicamente la derrota. Romney destacó que la victoria de su rival se produce 'en un momento de grandes desafíos para Estados Unidos, por lo que le deseó suerte en la conducción de la nación'. Obama obtuvo la reelección con su victoria en la mayoría Estados indecisos, incluidos los de Florida, que le garantiza una mayoría más amplia de lo esperada, Ohio y Virginia, aunque estos finalizaron el recuento después ya que el presidente hubiera asegurado su triunfo. El presidente iba también por delante n el voto popular, con más de dos millones de votos más que su contrincante. Obama cimentó su victoria en el fuerte respaldo de los latinos y su considerable ventaja entre las mujeres y los jóvenes. Romney venció claramente entre la población de raza blanca de ascendencia europea, pero no por la diferencia suficiente como para compensar su pobre actuación entre hispanos y afroamericanos. Más de un 71 % de los votantes latinos favorecieron a Obama. Romney fue el preferido entre los ciudadanos de más de 65 años, pero estuvo muy por detrás entre los menores del 30 años. La política republicana contra el aborto y los anticonceptivos han podido tener una influencia significativa en el voto de las mujeres. La campaña de Obama consiguió una fuerte movilización de las bases fieles al presidente, que, en ultima instancia resultó decisiva, para al victoria. Esa movilización se vio favorecida por un entusiasmo mayor de lo esperado entre los seguidores de Obama, que anoche coreaban su nombre frente a la Casa Blanca y en las calles de Washington con similar fervor al que se apreció en 2008. Algunos analistas republicanos atribuían anoche la derrota de su candidato al efecto producido entre los votantes por el huracán Sandy, que azotó la costa Este de USA días antes de la votación. Igualmente consideraban que el respaldo que Obama recibió del gobernador republicano de New Jersey, Chris Christie, le ha permitido al presidente ganar el apoyo de votantes independientes que apuestan por el bipartidismo y la moderación. Obama ganó entre los electores que se identificaban políticamente de centro. El Partido Demócrata ha reforzado su mayoría en el Senado, mientras que el Partido Republicano mantiene el control de la Cámara de Representantes. Continúa, por tanto, un Congreso dividido, aunque de un tinte menos conservador que el anterior puesto que han sido derrotados varios candidatos que competían con los colores del Tea Party, uno de los grandes derrotados de esta noche. Este resultado obligará al Partido Republicano a una profunda reflexión sobre su futuro para evitar convertirse en una fuerza minoritaria sin posibilidad de acceder al poder en mucho tiempo. 'He hablado con el presidente y le he felicitado', había dicho Romney en Boston (Massachusetts) al reconocer su derrota. 'Contribuiremos y trabajaremos por el bien del país'. El candidato republicano agradeció a su esposa, a sus hijos y a todos los voluntarios la entrega que le ha llevado prácticamente a un empate en voto popular, que no se ha trasladado en los votos electorales necesarios. Barack Obama se aseguró la reelección con su victoria en la mayoría de los Estados indecisos. Batalla clave se celebró en Ohio, donde desde los años sesenta, quien gana en este Estado gana en todo el país, informa David Alandete. Obama ha ganado en Wisconsin, New Hampshire, Iowa, Nevada y Colorado, los cinco Estados que, junto a Ohio, Florida y Virginia, formaban el grupo en el que el resultado era imprevisible, de acuerdo a las encuestas. Con eso, más su victoria en aquellos en los que se daba por descontada, supera los 270 votos del Colegio Electoral que garantizan su reelección. Obama ha ganado también en Virginia. Los yanquis han dado así una nueva oportunidad a Obama, que llegó en 2008 a la Casa Blanca en medio de una gran movilización y una oleada de entusiasmo, para acometer su programa de reformas sociales y sus proyectos de relanzamiento económico. El Senado de Estados Unidos de América quedó bajo control de los demócratas, que inlcusive incrementaron en 1 los cargos, lo que representa una dura derrota para los republicanos, que intentan hacerse con la mayoría en la Cámara alta desde 2006. El martes se eligieron en USA un tercio de los 100 escaños del Senado estadounidense, que hasta ahora ocupaban 23 demócratas y 10 republicanos. La racha de buenas noticias para los demócratas incluyó la victoria de Elizabeth Warren frente al senador republicano Scott Brown en el Estado de Massachusetts, en quien los republicanos habían cifrado sus esperanzas por recuperar el control de la Cámara alta. Brown habí­a ganado una elección interina en 2010 para reemplazar al fallecido senador demócrata Edward Kennedy. En Virginia, otra de las contiendas más reñidas en este ciclo electoral, el ex gobernador republicano George Allen aceptó su derrota frente al ex gobernador demócrata Tim Kaine. Ambos se disputaban el escaño que dejó vacante el senador demócrata Jim Webb por su jubilación. En Maine, el ex gobernador Angus King ganó como independiente el escaño por el Senado que deja vacante la senadora republicana Olympia Snowe. King, que previó alinearse con los demócratas, derrotó a la demócrata Cynthia Hill y el secretario de Estado republicano Charlie Summers. Los republicanos también tuvieron malas noticias en Indiana, donde perdió Richard Mourdock, un favorito del Tea Party y polémico por decir que los embarazos tras una violación son un regalo de dios, frente al congresista demócrata Joe Donnelly. El congresista republicano por Florida, Connie Mack, perdió su batalla por el escaño del Senado frente al senador demócrata Bill Nelson. También se aseguraron la reelección los senadores demócratas de Nueva Jersey, Bob Menéndez y de Maryland, Ben Cardin. En Connecticut, el demócrata Chris Murphy ganó el escaño por el Senado frente a la republicana Linda McMahon, pese a que esta lo superó con creces en gastos publicitarios. Por otro lado, la Cámara de Representantes se mantendrá bajo el control de los republicanos, que tienen 242 escaños frente a 193 de los demócratas. Se auguraban recuentos, impugnaciones y demandas. Al final, dos minutos después de que Colorado, Iowa y Nuevo México declararan a Barack Obama ganador, las autoridades del Estado de Ohio avanzaron tambin su victoria en este Estado, donde los dos candidatos habían depositado sus esperanzas y que habían visitado incansablemente en las pasadas semanas. Fue la certificación que el presidente necesitaba, la prueba definitiva de que su victoria era real. Al fin y al cabo, como mantiene la tradición política de Estados Unidos, lo que hace Ohio, lo repite la nación. Es así desde 1964. El presidente se proclamó ganador repitiendo la victoria en todos los Estados en los que ganó en 2008, excepto Carolina del Norte e Indiana. En Florida, Obama se impuso por apenas medio punto porcentual sobre su rival. Su victoria allí fue la última en apuntarse. Mitt Romney, que hizo campaña en bastiones demócratas como New Hampshire, Wisconsin y Pensilvania, no dio la sorpresa en ninguno de ellos. Por perder perdió hasta Virginia, que tradicionalmente se ha considerado un Estado conservador y que ya ha votado por Obama en dos ocasiones. Obama ganó, finalmente, en la inmensa mayoría de Estados en los que centró su campaña electoral de este año. Ohio fue la joya de la corona. Fue el Estado que el presidente visitó más veces. Fue en total en 22 ocasiones y mantuvo 29 mítines en esta campaña presidencial. €œTe necesito, Ohio€, le dijo a 15.000 seguidores en Columbus, la capital, el lunes. El Estado no le defraudó. Fue un trago amargo para el bando de Romney. A las 23.18, el Secretario de Estado de Ohio, el republicano Jon Husted, compareció por última vez en la noche para decir: œLos precintos que quedan por escrutar son zonas urbanas, altamente demócratas. Saquen ustedes las conclusiones. Durante unos largos instantes, casi dos horas, los asesores del candidato republicano se negaron a conceder Ohio. También se negaron a admitir la derrota a nivel nacional, en una señal de incredulidad o amargura. Los asesores de Romney miraban las pantallas y los informes, por si los números aun podían cuadrarles. Con el 100 % de los precintos escrutados, Obama sólo iba 107.241 votos por delante. Sólo 107.241 votos de 5,3 millones. En 2008 el presidente había ganado por 206.000 papeletas. Pero que más daba. Al presidente ya se le había concedido Colorado, Iowa, Wisconsin, New Hampshire y otros más. Ohio sólo podía ya confirmar la victoria de Obama o romper con la tradición de elegir presidentes. No había otra opción. En Ohio, Wisconsin, New Hampshire, Nevada, Colorado, Pensilvania, Virginia y Florida, Romney había invertido mucho tiempo y mucho dinero haciendo campaña. No dio una sorpresa en ninguno. Fue lo más parecido a una debacle que podía acontecer. La campaña del candidato republicano se había pasado los meses diciendo que ganaría Ohio para ganar la nación. Las zonas urbanas de Cincinnati, Dayton, Columbus, Toledo y, sobre todo, Cleveland, le dieron a Obama la victoria. El grueso de los electores en esos condados: afroamericanos, sindicalistas, jóvenes. Las bases del presidente. Sin creerse que Ohio ya no era la clave para lograr la presidencia, la campaña de Romney se aferró a este Estado como a un clavo ardiendo. Los asesores del candidato rechazaban ver lo obvio. Los condados republicanos de Ohio habían sido escrutados al 100 % y las grandes zonas urbanas y demócratas tardaban más en enviar sus resultados. No había forma de apoderarse de Ohio ni de apoderarse de la nación. Si la victoria de Obama en 2008 se consideró contundente, una de las mayores que podría obtener un demócrata, la de 2012 no se puede considerar mucho mejor. En Carolina del Norte Romney sólo ganó por un magro 3 %, algo menos de 100.000 votos. La derrota republicana se cimentó en un cúmulo de factores, de los que ahora se encargarán los analistas políticos. El de más peso, el que Romney escribiera un artículo de opinión en el diario The New York Times en 2008 al que se le puso el titular '€œDejad que Detroit quiebre', en el que se opuso al rescate de las empresas automovilísticas. Hay tantos empleos en el Medio Oeste industrial que dependen de las automotrices, que aquello no se le perdonó. Tampoco se olvidó aquel comentario, en un video grabado en un encuentro privado en mayo, en el que Romney dijo que un 47 % de los electores no votaría por él porque piensan que son víctimas y que además creen que el Gobierno tiene la responsabilidad de cuidar de ellos'. Se equivoca por tres décimas. No votó por él, al menos, un 50 % de la nación. Ahora Romney deberá reflexionar si es porque eran víctimas, o por otra razón que a él se le escapó. 'Solo quiero dar las gracias a @ToddAkin por ayudarnos a perder el Senado'. El tuit del presidente del Comité de Política Nacional del Partido Republicano, Jason B. Whitman, no ocultaba su amargura por una delirante polémica entre sus filas, durante la campaña, sobre si los embarazos de las mujeres que son violadas son consentidos por estas o decididos por Dios. Puede haber sido uno de los factores que arruinó la campaña de Romney, alejándole del voto femenino y del de cualquiera con cierta sensibilidad hacia el drama de la violencia sexual. En particular, esas declaraciones han acabado con las aspiraciones de los dos candidatos que se pronunciaron en este sentido: el congresista Todd Akin, que ahora optaba al Senado por Misuri, contra quien Whitman expresaba su rabia en la noche electoral, y el aspirante a senador por Indiana Richard Mourdock. Ambos fueron vapuleados por las urnas, en un claro mensaje de las líneas rojas que el electorado moderado no acepta que se pisen. Akin había declarado su oposición al aborto incluso en el supuesto de violación. 'Por lo que me dicen los médicos, eso es raro. Si se trata de una violación legítima, el cuerpo de la mujer tiene mecanismos para cerrarse del todo' y prevenir el embarazo, declaró en agosto el parlamentario, uno de los favoritos del Tea Party. 'Asumamos que ese recurso no funcionó. Creo que debería haber un castigo, pero el penalizado debería ser el violador, no el beb逝, dijo en una televisión local. En el momento de la polémica, las encuestas daban a Akin hasta 11 puntos de ventaja sobre la demócrata Claire McCaskill. Después de que Akin hablara de violaciones 'legítimas' (se entiende que quería decir auténticas), McCaskill se ha hecho con la victoria por un margen aplastante: 55 % frente al 39 % de Akin. Eso en un Estado en que Romney ganó ampliamente las presidenciales. La declaración de Akin obligó al Partido Republicano a desmarcarse de él, pero él se negó a rectificar. 'No he hecho nada ética o moralmente incorrecto', dijo tras ser desautorizado por su partido. '€œCreo en la defensa de los que aún no han nacido y tengo un gran respeto por la vida... Creo que no son cosas de las que uno deba huir'. Pero Akin no fue el único en polemizar sobre el aborto por violación. El candidato republicano al Senado por Indiana Richard Mourdock, que aspiraba a la reelección, había asegurado que los embarazos provocados por una violación son algo que dios quiere que suceda'. Dejó en bandeja a Obama que dijera en televisión: 'Una violación es una violación. Es un crimen'. Y obligó a Romney a aclarar que él no iba a modificar las normas sobre el aborto, asunto al que ninguno de los candidatos presidenciales habría dedicado una frase de no ser por la movilización de los más conservadores. Sin embargo, Romney no acabó de retirar su apoyo a Mourdock como si hizo con Akin. Dio igual. Finalmente el demócrata Joe Donnelly obtuvo un 50 % del voto frente al 44 % del lenguaraz republicano en Indiana, 10 puntos menos que los obtenidos por Romney en las presidenciales allí. Ha sorprendido el empeño de algunos sectores cercanos al Tea Party por devolver el asunto del aborto al primer plano del debate político. En Estados Unidos el derecho al aborto fue establecido por la sentencia del caso Roe contra Wade del Tribunal Supremo en 1973. Desde entonces, el embarazo puede ser interrumpido por decisión de la madre antes del límite de la viabilidad fetal (es decir, de que sea capaz de vivir autónomamente). En la práctica, el aborto es libre durante el primer trimestre de gestación. La sentencia se relacionó con el derecho a la privacidad que establece la decimocuarta enmienda constitucional. Solo una reforma de la Constitución podría restringir el acceso al aborto en USA. El electorado no ha comprendido que se pretenda empezar prohibiéndoselo precisamente a las mujeres violadas. Fuente: El País M., Clarin, Jornada

No hay comentarios: