A Marrochi le costó encontrar su lugar en el equipo de Conversano en las primeras temporadas. Pero en las útlimas dos tomó el armado central y no lo largó.
Conversano pierde por dos ante Bologna, que necesita cuatro goles más para proclamarse campeón del hándbol italiano. Los jugadores del local dudan en el ataque. Entonces aparece la voz del uruguayo. “¡Dámela a mí muchacho!”.
Pablo Marrochi, el hombre de las decisiones. Dos goles fundamentales para encarrilar el partido. Ocho en total para darle el bicampeonato a su equipo.Una historia que empezó en Uruguay en 1998 probando un deporte distinto y que hoy lo tiene como protagonista de lujo en Italia. Marrochi, de 24 años, empezó jugando al fútbol en 2002 como golero en Racing, donde hizo Sexta y Quinta división.
Al año siguiente, defendió a los juveniles de Cordón en básquetbol y en 2004 se decidió por el hándbol cuando pasó de Unión Shangrilá a Colegio Alemán.
En 2005 su familia atravesaba una situación económica complicada. “Entonces decidí dejar el liceo y empezar a trabajar para colaborar con mis padres”. Durante un año y tres meses trabajó en la estación de servicio de Camino Carrasco y Cooper.
Cuando entendió que tenía potencial para dedicarse al hándbol no lo pensó dos veces: En 2006 jugó seis meses en Maringá de Brasil. Un año después desembarcó en Italia para defender a Conversano.
La liga italiana de hándbol es de segundo orden en Europa. Para dar una idea, el campeón no clasifica directamente a la Champions League sino a su fase previa.
A Marrochi le costó encontrar su lugar en el equipo las primeras temporadas. Pero en las útlimas dos tomó el armado central y no lo largó. ¿Resultado? Dos scudettos al hilo. A esos triunfos, Marrochi suma tres copas Italia, una Supercopa y tres Handball Trophy.
La última temporada para el uruguayo fue un karma. Se lesionó en el hombro y jugó toda la temporada con dolor.
“Llegó un momento en el que me acostumbré a convivir con el dolor y aprendí a acomodar el cuerpo para tirar sin sufrir tanto”, contó a El Observador. Pero todo tiene su límite.
“El hándbol es mi trabajo y el brazo es mi herramienta. El 30 de mayo me opero en Modena”, contó.
Esa determinación lo privará de jugar a comienzos de junio 2111 el repechaje para los Juegos Panamericanos con la selección uruguaya, donde es la gran figura. “Me costó mucho tomar la decisión pero el que me paga es el club”, agregó.
Pagar, en realidad es un decir. Es que el plantel de Conversano arrastra deudas de cuatro meses.
“El premio del año pasado me lo terminaron de pagar hace un mes. Son muy bravos acá”. Las deudas se cuentan en miles de euros. Por eso, Marrochi analiza un cambio de club: Noci es uno de los que ofertó por su pase.
“España bajó mucho con la crisis y acá se está pagando bien así que me quedaré en Italia”.
Lo primero será recuperarse de la operación que le demandará seis meses de tratamiento. Después retornar para intentar ganar otra copa.
Fuente: El Observador
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