Un hombre joven ha entrado al mediodía en un centro comercial de la ciudad holandesa de Alphen aan den Rijn, situada a 20 kilómetros de Ámsterdam y ha matado a tiros al menos a 5 personas. Otras 11 han resultado heridas, 4 de ellas muy graves.
El pistolero se ha volado la cabeza con la misma arma automática, posiblemente una ametralladora, con la que había disparado indiscriminadamente.
Un testigo identificado como Maart Verbeek dijo a la televisora NOS que el atacante tenía una metralleta y que pareció disparar al azar.
"Hubo pánico en el centro comercial, mucha gente corriendo", dijo Verbeek, dueño de una tienda de mascotas. "Vi al atacante venir, caminando, y me metí en la tienda. Lo vi pasar con una gran metralleta".
Horas después de los disparos, los vecinos pasaban por el lugar, y algunos parecían todavía aturdidos.
"Uno escucha que estas cosas pasan en escuelas de Estados Unidos (de América) y uno cree que eso está muy lejos", comentó Rob Kuipers, de 50 años. "Ahora eso pasó aquí, en Holanda".
A esas horas y en sábado, las tiendas y el restaurante del enclave estaban repletos de gente. La zona está acordonada y todos los comercios han sido cerrados.
La policía no ha desvelado aún la identidad del autor de los tiros, pero se sabe que llevaba puesta una chaqueta de aviador y pantalones de combate.
Algunas descripciones hablan de un varón alto, rubio y de ojos azules que se ha suicidado dentro de un supermercado del recinto.
Por ahora nadie hace conjeturas sobre los motivos del crimen y el único que ha hablado es Bas Eenhoorn, alcalde de Alphen aan den Rijn.
Demudado por lo ocurrido y ante la posibilidad de que la cifra de caídos aumente, ha dicho que se trata de "un drama de proporciones inimaginables".
Con el ruido de los helicópteros y las ambulancias todavía presente, testigos presenciales han empezado a contar lo que vieron.
La dependienta de una tienda de modas oyó los tiros y, sin poder reaccionar, recogió a una señora que entraba tambaleándose y gritando: "Me han disparado, me han disparado".
Un paseante vio a un niño alcanzado por una bala en la espalda. Otro divisó a un inválido herido en su silla de ruedas. En pocos minutos han acudido varias ambulancias y servicios de urgencias al lugar, además de policías y psicólogos.
El centro comercial sirve a una gran barriada y cuenta con todo tipo de tiendas pequeñas, dos grandes supermercados, cafeterías y zonas para sentarse.
"Tenemos un equipo de expertos trabajando para ayudar a las víctimas, y la policía hace también lo posible por averiguar las razones de todo esto", ha añadido el alcalde. En una parroquia cercana han acogido a varios de los ciudadanos que se encontraban en el lugar de los hechos.
"No es fácil, están muy traumatizados. Pero la policía debe hacer su labor y preguntarles por lo que hayan podido ver", han señalado sus responsables.
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