5.000 granjas avícolas y porcinas han sido cerradas en Alemania, tras constatar que sus animales están contaminados con dioxinas, aunque las autoridades han insistido en que se trata de una medida preventiva porque no hay riesgo para la salud humana.
Las dioxinas se han hecho muy conocidas en los últimos años porque preocupa su presencia en el ambiente ya que se encuentran en muchos lugares, aunque en bajas concentraciones, y algunas de ellas son extremadamente tóxicas. [2] Junto con las dioxinas se suelen encontrar furanos que son unos compuestos químicos similares.
Del 12 de noviembre al 23 de diciembre de 2010 se distribuyeron 3.000 toneladas de grasas no aptas para la alimentación de animales.
Una muestra de piensos que ha sido analizada en el Estado de Schleswig-Holstein contiene 77 veces más que el límite de dioxinas permitido, según han confirmado las autoridades locales.
El Ministerio de Agricultura alemán ha informado de que en gran parte de los casos se trata de granjas porcinas, a las que se ha prohibido sacrificar a sus animales y comercializar su carne hasta que se certifique que su consumo resulta absolutamente inocuo.
La mayor parte de las explotaciones clausuradas están en el estado de Baja Sajonia, ubicado en el noroeste del país.
Pese a que el Ejecutivo alemán insiste en que aún no está clara la procedencia de la contaminación, hasta el momento se han localizado en el país 150.000 toneladas de estos productos contaminados y destinados a la alimentación de cerdos y aves.
Las granjas adquirieron piensos contaminados originalmente por el fabricante Harles & Jentsch, que utilizó aceites industriales no destinados al consumo animal o humano.
El Ministerio de Agricultura del septentrional estado de Schleswig Holstein hizo público un análisis sobre muestras entregadas por la propia firma hace un año y aseguró que la grasa vegetal usada por la empresa para fabricar los piensos no es la adecuada.
El Ministerio de Agricultura de este último estado ha dicho hoy que un instituto de análisis privado registró ya en marzo de 2010 elevados índices de dioxina en estos productos.
El género de otra fábrica en Bösel (Baja Sajonia, en el norte), asociada a Harles & Jentzsch, también mostró niveles superiores de dioxina a los tolerados.
La Comisión Europea ha confirmado que Alemania ha exportado hace poco dos lotes de huevos "producidos a partir de alimentos contaminados" con dioxina a Holanda, uno de los cuáles fue a su vez reexportado a Gran Bretaña, mezclado con otros productos para alimentación animal.
El Ejecutivo comunitario todavía está a la espera de que se verifique "que no haya productos contaminados" exportados a otros países de la Unión Europea, para lo que se están llevando a cabo los análisis pertinentes, ha explicado el portavoz de Salud de la Comisión, Frédérik Vincent.
Los huevos afectados que fueron distribuidos en Gran Bretaña no presentan riesgos para la salud, según las autoridades sanitarias de este país: "La mezcla de los huevos habrá diluido los niveles de dioxinas y se cree que no presenta riesgo para la salud".
La Agencia de Estándares Alimentarios británica ha corroborado que esos huevos entraron en este país en forma de productos procesados destinados a la alimentación.
El presidente de la federación alemana de Agricultores y Ganaderos, Gerd Sonnleitner, ha cifrado entre 40 y 60 millones de euros las pérdidas semanales de los ganaderos afectados por el cierre de sus factorías.
En declaraciones que publica el rotativo Neuen Osnabrücker Zeitung, Sonnleitner exige que los 25 fabricantes de piensos contaminados con dioxina responsables del escándalo deben indemnizar a los ganaderos afectados.
Otros medios como el diario Hannoverschen Allgemeinen Zeitung revelaron que los fabricantes de los piensos contaminados han utilizado durante largo tiempo grasas y aceites industriales no aptos para el consumo animal o humano.
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