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viernes, 24 de diciembre de 2010

MEDIATOR: UN MEDICAMENTO MORTAL

El Mediator, un medicamento utilizado para el tratamiento de diabéticos con problemas de peso, pudo causar hasta 2.000 muertes en Francia, según un estudio revelado este sábado, frente a los 500 fallecimientos que reconoció la Seguridad Social.


El diario "Le Figaro" publicó otro estudio encargado por la Seguridad Social, que tiene en cuenta el largo plazo y sitúa el número de fallecidos en un mínimo de 1.000 y un máximo de 2.000.

Además, el rotativo revela una carta dirigida a la Agencia Nacional del Medicamento (ANF) que alertaba de los riesgos del Mediator en 1998, mientras que el producto no fue retirado del mercado hasta noviembre de 2009.

El correo, firmado por tres médicos, pedía al presidente de la ANF de la época, Jean-René Brunetiere, que volviera a evaluar la incidencia del producto en la salud y, por tanto, su libre prescripción facultativa.

Los tres galenos que enviaron el correo, de reconocido prestigio en Francia, comparaban el Mediator con el Isoméride, un producto de características similares y que fue retirado del mercado mundial en 1997 porque incrementaba la hipertensión arterial pulmonar y el riesgo de enfermedades en las válvulas cardiacas.

El medicamento, producido por los laboratorios franceses Servier, fue objeto de otras investigaciones, tanto a escala francesa como europea, por lo que acabó retirado del mercado en Italia y España en 2003, al igual que el resto de los productos que, como el Mediator, estaban destinados a quitar el apetito a los pacientes.

Sin embargo, en Francia las autoridades sanitarias lo mantuvieron al considerar que los signos de riesgo eran pequeños.

Hasta que una última investigación, lanzada en 2007, acabó por apartar al Mediator de las farmacias dos años más tarde.

La Seguridad Social reconoció a mediados del mes pasado que el Mediator estaba en el origen de, al menos, 500 muertes.

Sin embargo, "Le Figaro" reveló que otro estudio encargado por la Seguridad Social eleva el número de fallecidos por el consumo de Mediator, que sitúa en un mínimo de 1.000 y un máximo de 2.000.

Al igual que el primer documento, el estudio reconoce el riesgo de valvulopatía derivado del consumo del producto, una patología cardiaca que llevó a 597 pacientes al hospital sólo en 2006.

De ellos, fallecieron 64, una proyección que llevó a los autores del primer estudio a estimar en 500 el número de muertos desde su comercialización.

Pero el nuevo estudio tiene en cuenta también el grado de sobremortalidad registrado entre los supervivientes a lo largo de los años siguientes.

Señala que el riesgo de enfermedad cardiaca se multiplica por tres entre los pacientes que toman Mediator, por lo que eleva la estimación de muertes ligadas al producto.

Ideado inicialmente para diabéticos, el Mediator comenzó a comercializarse en 1976 para aquellos pacientes que, además, tenían problemas de sobrepeso y grasa en la sangre.

Con el tiempo, sus propiedades para quitar el apetito llevaron a que fuera prescrito también como adelgazante, por lo que se calcula que en Francia lo consumieron dos millones de personas.

En 2006, año del estudio divulgado, lo tomaron 303.336 personas, de las cuales el 70% no eran diabéticos.

Un día de febrero de 2007, la médico Iréne Franchon, neumóloga del hospital francés de Brest, sospechó que una dolencia en las válvulas cardiacas de un paciente a la que atendió podría tener que ver con el hecho de haber tomado un medicamento sospechoso, el Mediator, comercializado en Francia desde 1976. Franchon emprendió esa misma mañana una cruzada contra ese compuesto, elaborado por el laboratorio francés Servier, el segundo de Francia, usado como remedio para diabetes y como adelgazante.

Hace unos días, un informe de la Seguridad Social francesa presentado en la Asamblea Nacional reconoció que el medicamento ha causado 500 muertes en los 33 años en que fue comercializado y
3.500 hospitalizaciones.

Cerca de cinco millones de personas tomaron Mediator en Francia.

Fue apartado del consumo en noviembre de 2009 gracias a que meses antes, tras visitar 6 veces la Agencia de Seguridad Sanitaria francesa, Franchon depositó un informe determinante que vinculaba el Mediator con las malfunciones cardiacas.

Desde el hospital de Brest, en el que sigue trabajando, aceptó hablar. En su mesa de trabajo, según explicó, tenía delante un ejemplar del periódico “Le Parisien”, que presentaba el viernes una decena de personas con secuelas graves a causa del Mediator.

-- ¿Qué piensa al ver a todas esas personas afectadas?

-- Que todo esto ha sido una auténtica catástrofe. No sólo por las muertes, sino por todas las personas afectadas. Ahora veo sus rostros y pienso lo que están sufriendo.

Este medicamento, pensado para la diabetes, era usado, sobre todo, por mujeres mayores de 50 años, que con la menopausia habían engordado.

Entonces, para rebajar esos kilos, el médico les recetaba Mediator. Era muy popular. Hay que tener en cuenta que como remedio para la diabetes no era muy bueno. Y como adelgazante o como producto que quitaba el apetito, pues actuaba como una anfetamina.

-- ¿Cómo empezó su investigación?

-- En 2007, en mi hospital, vi una paciente cuyos síntomas de hipertensión arterial pulmonar me recordaron otros que vi muchos años atrás a otra paciente que tomaba Isoméride (otro producto de ese mismo laboratorio, también utilizado como producto que quitaba el apetito, retirado en 1997 tras considerarlo peligroso).

Después, indagué en los archivos informáticos del hospital buscando más casos. A muchos pacientes con disfunciones en las válvulas cardiacas les pregunté si tomaban Mediator. Después, me dirigí a otros colegas de otros hospitales para que me ayudaran.

En febrero de 2009 ya tenía un estudio hecho. Ya estaba completamente convencida de que el medicamento era peligroso.

-- ¿Y qué hizo?

-- Fui con toda la documentación a la Agencia de Seguridad Sanitaria francesa, pero no vi mucha prisa por querer prohibir la comercialización del Mediator.
Me pidieron más información. Y eso que sabían que era peligroso.

-- ¿Qué quiere decir con eso?

-- Que desde 1997, fecha en que retiraron el Isomeride, sabían que el Mediator podía ser peligroso. Así consta en algunos documentos. Pero no se lo dijeron a ningún médico.

-- ¿Qué hizo después?

-- Seguí investigando. La historia del Mediator se había convertido en una auténtica obsesión para mí. Y antes de irme de vacaciones aporté más casos. También ya estaba investigando en ello los médicos de la Seguridad Social, que, por cierto, creyeron en mi historia desde el primer momento. Ellos sí, pero las autoridades sanitarias han estado ciegas y sordas.

-- ¿Cree que ha habido presiones de los laboratorios, que por eso se retrasó la prohibición?

-- Los laboratorios y la Agencia de Seguridad Sanitaria francesa no son compartimentos estancos. Hay muchas reuniones a las que acuden juntos. Y los laboratorios tienen lobbys muy poderosos.

Yo creo que la Agencia de la Seguridad Sanitaria tenía miedo del laboratorio. Ya sé que lo que digo no es normal, pero es así.

-- ¿Y cuándo se prohibió ?

-- En noviembre de 2009. Después de que presentara más casos. También coincidió con la inminencia de un estudio de la Seguridad Social. Ahora que veo todos los casos que salen en la prensa de personas afectadas, no entiendo cómo las autoridades sanitarias no oyeron nada.

-- Se entrevistó con el nuevo ministro de Sanidad, Xavier Bertrand. ¿Qué conclusión sacó ?

-- Se ha convencido del problema, creo. Me aseguró que va a hacer trabajar a los inspectores, y que va a ordenar una investigación.


En 1975 el laboratorio francés Servier comenzó a vender un medicamento llamado Mediator, que contiene benfluorex, prescrito a diabéticos con sobrepeso.

Mediator se hizo presente en 140 países y se vendió en Francia entre 1975 y 2009.

El medicamento ha sido prohibido en varios países por sus supuestos efectos secundarios, ya que las autoridades sanitarias aseguran que causa problemas cardiacos.

En 2005 en España y en Italia, el propio laboratorio decidió que no pediría la renovación de la licencia, mientras que en Portugal, las autoridades lo sacaron de la venta hace un año, después de Francia.

El pasado martes, la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria recomendó a las personas que tomaron el Mediator durante más de tres meses que consulten a su médico.

El Mediator llegó a territorio mexicano y el miércoles pasado la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) dijo que sí tenía registro en México, pero que el mismo era utilizado poco en el país.

Un día después, la comisión reculó su declaración y dijo que en su base de datos sí tienen un registro del Mediator, pero se trata de un laboratorio mexicano que no solicitó la renovación del registro sanitario, por lo que este producto no está comercializándose en el país.

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