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viernes, 19 de noviembre de 2010

BRASIL: LA FUTURA PRESIDENTA PLANEA DEVALUAR EL REAL

El anuncio de la presidenta brasileña electa, la economista Dilma Rousseff, indicando que apenas tome el gobierno podría devaluar el real, confirmó un secreto a voces, que desde hace semanas circula por los pasillos financieros de Brasil. Se repetirá en Uruguay la catástrofe que nos llevó al desastre de 2002 ?


Consultada por la actual relación cambiaria entre el real y el dólar, la futura mandataria -que es economista- dijo que la valorización de la moneda nacional contra la yanqui “no es bueno para el país”.

Rousseff dijo este fin de semana en Seúl, adonde asistió a la cumbre del Grupo de los 20, que miraría “cuidadosamente”, y advirtió que “tomaría todas las medidas posibles” para reajustar el actual tipo de cambio.

Agregó a los periodistas brasileños que acompañaron a la comitiva del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que era “malo” llegar a la capital de Corea con el título de moneda más sobrevaluada entre todos los países que participaron de la reunión, aseguró la corresponsal en Brasil del diario Clarín, enviada a Seúl.

Devaluar el real es una medida deseada por los exportadores brasileños, y la decisión de Rousseff podría dar respuesta a la actual “guerra de divisas” denunciada por Brasil, con países que devalúan sus monedas para ganar competitividad.

Pero en paralelo, la decisión podría provocar modificaciones en las relaciones cambiarias de Uruguay, un país en el cual la única economía con la que se conserva una relación competitiva es Brasil.

“Si se produce un cambio en Brasil, Uruguay deberá acompasarse para no perder la ventaja cambiaria con la que hoy se cuenta”, aseguró al diario Ultimas Noticias el economista Julio de Brun.

El profesional indicó que la flotación que existe en el país haría posible adaptar el tipo de cambio a una relación con la cual se mantenga la competitividad.

Advirtió, sin embargo, que una modificación de esta naturaleza debería tener impacto sobre la inflación, pero le quitó dramatismo a ese cambio.

“Ya sucedió en 2008, cuando Brasil devaluó y Uruguay lo acompañó sin demasiados inconvenientes”, indicó.

Estas palabras del economista colorado por supuesto son absolutamente desmemoriadas

Se olvida de la devaluación brasilera de enero de 1999, que no fue acompañada por el gobierno del colorado Sanguinetti, por las elecciones nacionales que ganó el colorado Batlle Ibañez y posteriormenrte tampoco fue modificada la situación por el ganador, lo que levó a Uruguay a un camino que culminó en el desastre de 2002.

Dijo, sin embargo, que una devaluación del peso siguiendo una tendencia impuesta por Brasil, podría afectar el actual peso de la deuda, ya que se incrementarían los costos en pesos de los intereses de los compromisos externos del país.

La economista María Dolores Benavente, por su parte, dijo que ve esa medida -la devaluación del real- como una medida de difícil implementación.

“A diferencia de lo sucedido en 1999, ahora la baja en el tipo de cambio se debe al enorme flujo de capitales que llega a Brasil, a consecuencia de la crisis mundial, y eso no se puede contrarrestar simplemente con medidas de política”, dijo.

Señaló que no descarta que el país elija realizar lo que algunos denominan una “devaluación fiscal”, en la que el gobierno quita presión fiscal sobre las empresas exportadoras, pero advirtió que en cualquier caso el precio doméstico del dólar en Brasil tiene sustrato real y es una moneda que abunda en el mercado.

Según dijo, a ello se agrega que la política monetaria expansiva de Estados Unidos de América, para procurar un crecimiento económico en el país, tiene como consecuencia inesperada que los capitales que se emiten para lograr la expansión, salen del país y buscan la rentabilidad en los países emergentes como Brasil, lo que explica el actual flujo de inversión extranjera directa.

Añadió que otra posibilidad sería que Brasil intervenga en el mercado cambiario, con recursos genuinos, pero advirtió que esa no es una posibilidad que advierta en el horizonte.

Señaló que en el caso de que Uruguay tome una decisión en espejo, sobre el tipo de cambio nacional respecto del dólar, no ve graves problemas en el corto plazo, aunque no los descartó en el mediano y largo plazo.

Similar lectura realizó el economista Pablo Moya, al formulársele esa hipótesis y su impacto sobre la economía nacional.

Dijo que frente a un hecho de esa naturaleza, el país “deberá alinearse” con su tipo de cambio, manteniendo una tendencia que no arriesgue la competitividad del país.

Esta posibilidad de la devaluación del real no ha sido una hipótesis demasiado considerada por las consultoras de opinión económica, según concluyó.

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