
A las nuevas generaciones el nombre de Christine Keeler les dice poco o nada. El llamado Caso Profumo, que tuvo como protagonistas al entonces ministro de Guerra británico, John Profumo, a una joven modelo y bailarina y al agregado naval de la embajada soviética en Londres a principios de la década de 1960. Una explosiva mezcla de sexo y espionaje en plena Guerra Fría que desató uno de los escándalos políticos más sonados de Gran Bretaña.

