Entre los periodistas que esperaban a Romano van der
Dussen cuando salió de la cárcel se encontraba una mujer silenciosa.
Después de responder a los reporteros durante varias horas sobre sus
años en prisión por violaciones que no había cometido, pudo hablar con
ella. Al tenerla delante se sintió como un chiquillo nervioso. “Es lo
único bueno que me ha pasado en los últimos 12 años, quizá en toda mi
vida”, dice. Y por fin podía verla más allá de los barrotes de la
prisión.
La mujer se había fijado en un artículo de la portada del diario EL PAÍS de Madrid del 15 de septiembre de 2014. “Un condenado por violación sigue preso siete años después de que el ADN lo exculpe”, se titulaba.
La mujer se había fijado en un artículo de la portada del diario EL PAÍS de Madrid del 15 de septiembre de 2014. “Un condenado por violación sigue preso siete años después de que el ADN lo exculpe”, se titulaba.