Lo hizo
en el juicio celebrado este lunes en la Audiencia Nacional en el que se
enfrentaba a una petición de la Fiscalía de 30 años y medio de cárcel,
que el fiscal Carlos García Berro rebajó a cambio de su confesión.
Tanto la
defensa de García Montero como el representante de la Asociación Víctimas del
Terrorismo (AVT) adhirieron al informe definitivo del fiscal, si bien ésta
última optó por mantener su pedido de 33 años de prisión.
Al ser
preguntada por la presidenta del tribunal Teresa Palacios si reconocía los
hechos, la acusada se limitó a responder afirmativamente en euskera.
Luego,
el fiscal anunció que modificaba sus conclusiones provisionales, de tal modo
que dejaba su petición en 25 años de cárcel por un delito de homicidio
terrorista y en un año y nueve meses el de falsificación de documentos, así
como una multa de 2.700 euros.
Además adhirió a la petición de la AVT de que se le prohíba durante cinco
años acercarse al lugar de residencia de los familiares del empresario
asesinado.
Fuentes
judiciales señalaron que al aceptar esta condena, la acusada evitaría
llegar al límite de los 30 años de cárcel, lo que le permitirá
descontarse las penas a las que fue condenada en Francia, donde fue detenida,
tal y como establece la reciente reforma legal que beneficiará a los
presos con condenas previas en otros países de la UE.
El
atentado que mató a Korta
Con la
vista puesta en esta reforma, "Laia" habría optado por confesar con
un simple "bai" (sí en euskera) su participación en el atentado que
acabó con la vida del empresario José María Korta, de 56 años, cuando
salía de su empresa, Korta, ubicada en el polígono industrial Gorostiaga de
Zumaia (Guipúzcoa), el 8 de agosto del 2000.
Según el
escrito de acusación de la Fiscalía, García Montero, entonces integrante del
comando Buruntza, y otro miembro de la banda ya condenado, trasladaron un Fiat
Tipo robado hasta el estacionamiento que estaba frente a la empresa y lo
aparcaron en paralelo a un coche que solía utilizar la víctima.
A media
mañana, cuando Korta salió del edificio y subió al coche, la acusada y
su compañero hicieron detonar un explosivo a distancia, empleando un radio
mando desde una carretera cercana, la GI-3760.
Ese Fiat
Tipo, explica la Fiscalía, había sido robado por "personas no determinadas
pertenecientes al comando Erezuma" el 2 de agosto.
García
Montero y su compañero, según el fiscal, fueron los encargados de cambiar las
matrículas por otras falsificadas y de colocar "un artefacto
compuesto por entre 15 a 20 kilos de gelatina explosiva o dinamita tipo
goma" dentro de una tartera en el maletero.
Por este
atentado, la Audiencia Nacional ya condenó en 2003 a Ibon Etxezarreta y Patxi
Xabier Makazaga a 25 y 27 años de cárcel, respectivamente.
García
Montero fue arrestada en mayo de 2003 en Saintes, en el suroeste de Francia, y
recibió condenas tanto en España como en Francia.
Entre
ellas figura una condena de 22 años de prisión por acceder a armas y
explosivos que se usaron en atentados como en el que murieron el ertzaina Mikel
Uribe y el ex gobernador civil de Gipuzkoa Juan María Jauregi.
FUENTE: EFE
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