Este fin de semana, una madre de 28 años y su bebé, que había nacido el 4 de enero de este año, se han sumado a esta macabra lista de los ucranianos muertos a manos de los invasores rusos. Todas las víctimas de una guerra estremecen, pero es inevitable que no todas lo hagan por igual. En el imaginario colectivo de la invasión de Rusia a Ucrania han quedado ya algunas para la posteridad, aunque apenas se recuerden sus nombres.
La madre se llamaba Valerie. La bebé, Kira. La guerra que ha acabado con su vida empezó cuando ella tenía menos de dos meses. Poco antes, en su primer cumplemés, su madre había colgado un post en su cuenta de Instagram, con una fotografía de ella embarazada.
El texto que acompañaba la imagen no dejaba lugar a dudas. "Estas han sido las mejores 40 semanas. Nuestra niña ya tiene un mes. Papá le dio sus primeras flores. Este es un nuevo nivel de felicidad", rezaba.
Tal y como ha publicado The New York Times, no se trataba de su residencia habitual. Paradójicamente, Valerie, su marido Yuri y su pequeña, habían decidido mudarse a casa de su suegra porque su apartamento -situado cerca del aeropuerto de la ciudad- les empezó a parecer poco seguro. Sin duda, pensaron que vivir en una zona más alejada del centro sería mejor para todos, contó su amiga Oleksandra Iliashenko al periódico estadounidense.
Además de mudarse a casa de su suegra, Valerie compartió planes con Oleksandra. Si a pesar de no vivir en su apartamento, éste era destruido por las fuerzas rusas, la familia abandonaría Odesa. Hablaban desde la distancia, porque su amiga ya se había marchado de la ciudad y lleva varias semanas en Varsovia.
Cuenta Iliashenko que Valerie era una mujer decidida y con sentido del humor; que amaba su trabajo como relaciones públicas, pero que también disfrutaba de la poesía y la pintura.
Como cualquier joven de su edad, Valerie utilizaba muchos las redes sociales. En su cuenta de Instagram se ven imágenes de sus viajes -a Roma, por ejemplo-, de su gato, de conciertos y hasta de fiestas de disfraces. Pero a partir de febrero sus publicaciones sólo eran sobre la invasión.
El 1 de marzo, Valerie colgaba la imagen de un coche destrozado por las balas rusas. Y escribía: "El diablo está aquí. Los rusos nos están matando". Probablemente entonces no se imaginaba que ella y su bebé serían víctimas de esas mismas armas.
De las muchas fotografías que pueblan las redes sociales de Valerie, destacan varias con su marido, Yuri, con quien llevaba 9 años -aunque se casaron en agosto de 2019- y que ha sobrevivido al ataque. Yuri es un conocido repostero de Odesa y había pasado todo el viernes y el sábado haciendo tartas decoradas con la bandera de Ucrania, para venderlas con motivo de la Pascua ortodoxa.
"Si dejo las cosas en la casa, se convertirán en basura y la gente las tirará. Quiero conservarlas como recuerdo", contó el viudo de Valerie a la cadena británica. "Ella veía la parte buena en todo. Odesa era su ciudad favorita. Trabajaba en relaciones públicas y se podía comunicar muy bien con mucha gente, les entendía. Admiro lo buena escritora que era. Era una madre estupenda, una amiga, tenía todo lo mejor. Para mí, será imposible encontrar a alguien como Valerie, era perfecta. A alguien así sólo se le conoce una vez en la vida y es un regalo de Dios", añadió.
"Fuimos tan felices cuando Kira nació. Yo estuve en el parto. Para mí es muy duro imaginar que mi mujer y mi hija ya no están. Todo mi mundo ha sido destruido por un misil ruso", concluyó.
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