Letonia se está despoblando: durante muchos años, el número de muertes ha superado el número de nacimientos, y desde el año 2000, alrededor de 315.000 personas abandonaron el país en busca de trabajo, una cifra enorme para un país tan pequeño con una población de solo 2 millones de personas, pues significa que alrededor del 13% de la población total dejó el país en los últimos 20 años. ¿Está Letonia en riesgo de desaparecer?
Justo por delante de Bulgaria, Letonia se ubica en penúltimo lugar en la lista de países de la Unión Europea que pierden más población. A diferencia de sus vecinos bálticos Lituania y Estonia que presentan cifras más alentadoras.
“Cada año, unas 5.000 personas que viven en el extranjero vuelven a Letonia”, asegura Inta Miriena, directora del Centro para la Diáspora y la Migración en la Universidad de Riga y quien estudia el fenómeno de la despoblación leton. Sin embargo, este número no se compara con los 14.000 ciudadanos en promedio que emigran cada año de su país. Ante este saldo negativo, la despoblación se hace evidente.
Según las previsiones de Eurostat, en 2050 solo quedarán en el país 1,3 millones de habitantes.
En su mayoría emigran personas jóvenes y formadas académicamente, lo que hace al país cada vez menos interesante a los ojos de los inversores y empresarios, pues las empresas buscan operar donde realmente haya mano de obra.
Miles deciden irse al extranjero cada año y los pocos repatriados no compensan la emigración. Mientras tanto, el fenómeno continúa: pueblos desiertos, barrios abandonados y escuelas vacías. Pero en los últimos meses, muchos letones han regresado al país debido a la pandemia de Covid-19 y también a causa del Brexit.
Esta reciente ola de retornos provocada por el Covid-19 y el Brexit y que aún no se puede cuantificar, ¿será sinónimo de una esperanza de repoblación? Quizá es muy pronto para saberlo.
A 30 años de su independencia de la Unión Soviética y 17 años después de unirse a la Unión Europea, Letonia se enfrenta a un desafío que nadie podría haber previsto.
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