El Gobierno de Nicaragua, que lidera el sandinista Daniel Ortega, ha ordenado este martes una serie de detenciones de prominentes figuras de la oposición, incluyendo dos aspirantes a la presidencia. Se trata del académico Félix Maradiaga y del exviceministro de Hacienda, Juan Sebastián Chamorro García, sobrino de la expresidenta Violeta Barrios Chamorro. También fueron detenidos la dirigente Violeta Granera y el expresidente de la principal cámara empresarial del país, José Adán Aguerri. Estas detenciones se suman a las registradas la semana pasada contra los candidatos opositores Cristiana Chamorro y Arturo Cruz, con lo que el régimen allana el camino para una nueva reelección de Daniel Ortega, en el poder desde el 2007.
A Maradiaga, Chamorro García, Granera y Aguerri se les ha detenido este martes bajo la acusación de “incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos”, según han dicho las autoridades, un delito contemplado en la recién aprobada Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y Autodeterminación para la Paz. A Granera se le ha dado casa por cárcel, mientras que los otros apresados han sido trasladados a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), en Managua, cuyas celdas han sido denunciadas como centros de tortura por organizaciones de derechos humanos.
Maradiaga, un académico y activista, fue detenido después de comparecer en la Fiscalía, donde le confirmaron que le habían abierto una investigación, mientras que la casa de Chamorro fue allanada la tarde del martes. Ambos aspiraban a convertirse en el candidato de una alianza opositora única para enfrentar a Ortega en las elecciones previstas para noviembre. Aguerri, por su parte, forma parte de la Alianza Cívica, el grupo opositor que nació durante las protestas de 2018 para negociar una salida pacífica a la crisis política que inició cuando Ortega impuso unas reformas a la seguridad social sin consenso y que fueron rechazadas por los empresarios. Aguirre es expresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), la principal cámara empresarial de Nicaragua. Granera es una destacada activista nicaragüense y una de las voces más críticas contra el régimen.
El Gobierno sandinista ha desatado una férrea persecución contra sus críticos, incluyendo a periodistas locales. Con Maradiaga y Chamorro García suman cuatro los aspirantes a la presidencia que han sido investigados y detenidos en los últimos días. Cristiana Chamorro, hija de la exmandataria Violeta Barrios, era la principal candidata de la oposición hasta que el pasado 2 de junio el régimen de Ortega le dictó arresto domiciliario. Ella es señalada de lavado de activos a través de la fundación que lleva el nombre su madre.
Las detenciones de este martes han generado nuevas críticas del Departamento de Estado de Estados Unidos, que ha vuelto a cargar contra Ortega, a quien ha calificado de “dictador”. “La detención arbitraria del candidato presidencial Félix Maradiaga —el tercer líder opositor detenido en 10 días— confirma sin lugar a dudas que Ortega es un dictador. La comunidad internacional no tiene más opción que tratarle como tal”, ha publicado en Twitter la jefa de la diplomacia estadounidense para las Américas, Julie Chung.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha dicho que Nicaragua se encamina a “la peor elección posible” debido a la falta de garantías para celebrar un proceso libre, justo y transparente. Este martes, Almagro ha exigido la liberación de los detenidos y que “cese el hostigamiento y la opresión” de la que ha calificado como “dictadura” de Ortega en Nicaragua.
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