En Estados Unidos de América, una muchedumbre violenta incitada por el presidente Donald Trump irrumpió el miércoles en el Congreso atacando a la policía, saqueando oficinas y provocando que los legisladores tuvieran que refugiarse en medio de disparos de armas de fuego y gases lacrimógenos. La violencia sin precedentes interrumpió una sesión conjunta del Congreso convocada para certificar los votos del Colegio Electoral que le dieron la victoria a Joe Biden y Kamala Harris.
Esto se produjo después de que el presidente Trump —respaldado por su abogado, Rudy Giuliani— convocara a miles de partidarios frente a la Casa Blanca, instándolos a marchar hacia el Congreso para provocar la revocación de los resultados de las elecciones.
Rudy Giuliani: “¡Hagamos un juicio por combate!”
Presidente Donald Trump: “Porque nunca recuperaremos nuestro país con debilidad. Tenemos que mostrar firmeza y ser fuertes”.
Presidente Donald Trump: “Porque nunca recuperaremos nuestro país con debilidad. Tenemos que mostrar firmeza y ser fuertes”.
Después del discurso, Trump se retiró a la Casa Blanca y los manifestantes marcharon hacia el Congreso, donde empujaron a la policía y lograron ingresar en el edificio. El Servicio Secreto trasladó rápidamente al vicepresidente Mike Pence a un lugar seguro, mientras los legisladores, aterrorizados, huían de los hemiciclos de la Cámara de Representantes y el Senado. Una docena de legisladores quedaron atrapados en la galería sobre la Cámara de Representantes mientras la turba intentaba abrirse paso entre las barricadas.
Algunos de los legisladores se pusieron máscaras antigás de emergencia cuando el gas lacrimógeno impregnó el aire del recinto; otros usaron muebles como barricadas improvisadas para defenderse antes de que la policía del Congreso finalmente los pudiera evacuar.
Los insurrectos volcaron escritorios, arrancaron pinturas de las paredes, se tomaron fotos en las tarimas de la Cámara y el Senado y saquearon la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Cuatro personas murieron en el tumulto, incluida Ashli Babbitt, una veterana de la Fuerza Aérea y seguidora del movimiento QAnon, un grupo racista pro-Trump que promueve teorías conspirativas. Babbitt murió dentro del Congreso tras recibir un disparo de la policía. El jefe de policía de Washington informó que otras tres personas murieron en “emergencias médicas separadas”, pero no proporcionó detalles.
Un escuadrón antiexplosivos encontró bombas caseras fuera de las sedes del Comité Nacional Republicano y el Comité Nacional Demócrata, y la policía confiscó un rifle y cócteles Molotov de una camioneta estacionada cerca del Congreso. Los insurrectos eran en su gran mayoría blancos y hombres. Algunos portaban banderas confederadas y mostraban símbolos neonazis y de supremacía blanca.
Más de una hora después del intento de golpe de Estado, el presidente Trump emitió una breve declaración en video en la que pedía a sus seguidores que retornaran a sus hogares y en la que terminaba diciendo: “los amo”, “son muy especiales”.
Fuente: DN
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