Adolfo Garcé, politólogo de tendencia blanca por sus vínculos familiares, dijo que «la probabilidad de que el Frente Amplio gane tiende a cero», y ante esta afirmación el periodista Andrés Reyes realizó un muy interesante análisis teniendo como resultado del balotaje la victoria de Daniel Martínez.
«Hoy escuché a un prestigioso politólogo decir que las posibilidades del Frente Amplio en el balotaje tienden a 0. Me gustó esto de matematizar la política, por lo que me propuse un ejercicio. Hace muchos años que abandoné ingeniería, me corrigen si ven un error», publicó en sus redes sociales. «Lo primero que hice fue partir de una hipótesis: el comportamiento del electorado en el próximo balotaje no debería ser muy diferente al del último balotaje.
Esto supone afirmar que: quienes votaron al Frente Amplio y al Partido Nacional en primera vuelta, lo harán en segunda»; que la mayoría de quienes no votaron a ninguno de los dos, se inclinará por el Partido Nacional; y que «del resto, aproximadamente una mitad votará al Frente Amplio y otra mitad votará en blanco o anulado». A grandes rasgos, 50% para el PN, 25% para el FA. No suena tan alocado, ¿verdad?», preguntó.
«Veamos los números del 2014 y comprobemos si esto se cumple o no: en la primera vuelta, el FA tuvo 1.134.187 votos, el PN tuvo 732.601.El resto de los partidos, todos juntos, acumularon 427.000.La pregunta es: ¿cómo se distribuyeron esos 427.000 votos en la segunda vuelta? En la segunda vuelta de 2014, el FA sumó 1.241.568. Es decir, «ganó» 107.381 votos respecto a la primera.
El PN, por su parte, sumó 955.741, 223.140 votos más que en la primera. Solo resté lo que cada uno obtuvo en la segunda a lo que había obtenido en la primera. Si tomamos aquellos 427.000 votos «a repartir» (los votos sumados por otros partidos en la primera vuelta) y consideramos lo que sumó cada partido en la segunda vuelta de 2014, vemos que: El FA sumó un 25,15%. El PN sumó un 52,26%. El resto (22,59%) no se inclinó por ninguno», detalló.
¿Qué pasaría el domingo 24 de noviembre de 2019, si sobre la base de los votos obtenidos por el Frente Amplio y el Partido Nacional en la primera vuelta los votos de los demás partidos se repartieran de manera análoga a como lo hicieron hace 5 años? «Veamos: El domingo pasado, Martínez sumó 939.363 votos. Lacalle sumó 685.595. Los demás partidos, sumados, llegaron a 685.154. Reitero: ¿qué pasaría entonces con esos votantes de otros partidos si se comportaran ahora de un modo similar a como lo hicieron hace 5 años?
Algo que, a priori, no debería sonar tan alocado, si consideramos que los partidos que compiten en el balotaje (e incluso, uno de los candidatos) son los mismos». «Si eso sucede, y el Frente Amplio logra captar el 25,15% de esos votos (como en 2014), sumaría 172.316 nuevos votos. De manera análoga, si el Partido Nacional se hiciera con el 52,26% de esos sufragios que en primera vuelta no le pertenecieron ni a blancos ni a frenteamplistas (tal como ocurrió en 2014), acumularía 357.993 nuevos sufragios».
En conclusión Andrés Reyes remarcó que «si el electorado se comporta de un modo similar al registrado hace 5 años, el 24 de noviembre el Frente Amplio sumaría 939.363 (los que ya sacó en primera vuelta) más 172.316 (los que sacaría en segunda vuelta) para un total de: 1.111.679 votos. Paralelamente, el Partido Nacional tendría los 685.595 de la primera vuelta, más los 357.993 de la segunda. Lo que, en cualquier escuela del país, da un total de 1.043.588 sufragios. Por ende, podríamos afirmar que si no pasa nada raro de acá al 24 de noviembre, Martínez se impondrá con un 51,58% de los votos, frente a un 48,42% de Lacalle». «Por suerte, la política no es una ciencia exacta. Si no, ya estaría todo definido», sentenció.
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