La Alta Comisionada del organismo para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, no ha dejado lugar a dudas sobre la crueldad del régimen ilegítimo, detallando casos de tortura inhumanos y degradantes, como la aplicación de corriente eléctrica sobre arrestados, privación de alimento y bebida, asfixia con bolsas de plástico, simulacros de ahogamiento, violencia sexual o exposición prolongada a altas temperaturas. Son sólo algunos de los ejemplos.
"La tortura es un grave problema, como trágicamente ha mostrado la muerte del capitán Rafael Acosta hoy hace una semana", ha afirmado Bachelet, que se encontraba de visita oficial en Venezuela cuando se produjo la detención arbitraria del militar, objeto de torturas y fallecido el 29 de junio bajo custodia.
"Los venezolanos merecen una vida mejor, libre de miedo y con acceso a alimentos, agua y servicios sanitarios", ha apuntado la también expresidenta de Chile. "El ejercicio de las libertades de expresión, asociación, asamblea y participación en la vida pública corre peligro de ser castigado con represalias y represión".
Bachelet ha lamentado también "ataques contra opositores políticos y defensores de los derechos humanos, con métodos que van desde las amenazas y las campañas de descrédito a detención arbitraria, tortura, violencia sexual, asesinatos y desapariciones forzadas".
"La única forma de salir de esta crisis -ha continuado la dirigente- es la unión, y pido al Gobierno de Venezuela que vea a la oposición y los defensores de derechos humanos como socios en la causa común de estos derechos y de la justicia, para plantar las semillas de un acuerdo duradero que lleve a la reconciliación".
La delegación de Maduro ante el Consejo se ha quejado del informe. Su portavoz, William Castillo, ha dicho que el texto "carece de rigor científico y contiene graves errores metodológicos".
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