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viernes, 19 de julio de 2019

D. TRUMP: UN EMULO DE MUSSOLINI OCUPA LA CASA BLANCA Y PROCURA DESTRUIR EL REGIMEN LIBERAL DE ESE PAIS

Donald Trump agitó la polémica racista contra cuatro congresistas en su primer mitin desde que comenzó esta tormenta política y se encontró con un público entregado a la causa. En un discurso de hora y media en Greenville, Carolina del Norte, el republicano dedicó 20 minutos este miércoles a atacar a las legisladoras, metiendo especial cizaña contra la musulmana Ilhan Omar. La acusó sin la más minima base, de haber pedido compasión para los miembros del Estado Islámico o de enorgullecerse de Al Qaeda. Miles de asistentes comenzaron a gritar: “¡Envíala de vuelta, envíala de vuelta!”. Él guardó silencio durante 14 segundos y los dejó continuar. Sin embargo, este jueves el mandatario ha dicho en la Casa Blanca que no estaba de acuerdo con lo que estaba coreando la gente y por esa razón comenzó a hablar “muy rápido”. La escena vivida en Greenville recordó a la campaña de 2016, cuando los seguidores de Trump coreaban “¡Encarcélenla, encarcélenla!” sobre Hillary Clinton.


El pasado fin de semana Trump publicó unos mensajes en Twitter en los que instaba a cuatro congresistas demócratas de la Cámara de Representantes a regresar a “sus países”, cuando todas son estadounidenses, tres de ellas de nacimiento: Ayanna Pressley, de Ohio; Alexandria Ocasio-Cortez, de origen puertorriqueño; Rashida Tlaib, de Detroit, y Omar, que llegó de Somalia siendo una niña. Estas mujeres son o de raza negra, o de origen latino o de confesión musulmana.

Tras el mitin, que encendió las redes sociales, la congresista Ilhan Omar subió un vídeo a Twitter en el que aparecía hablando en el Congreso. “Estoy en el lugar al que pertenezco, la casa de la gente, ¡y vas a tener que lidiar con eso!”. También compartió un poema de la activista Maya Angelou, que habla de que la pueden atacar de muchas maneras, pero ella se levantará.

El mandatario intentó desmarcarse del episodio, aclarando que “no estaba feliz” cuando escuchaba a la multitud gritando “¡Envíala de vuelta, envíala de vuelta!”. Su excusa fue que él no lideró a sus seguidores: "Yo no dije eso, ellos lo hicieron". Sin embargo, el pasado domingo Trump invitó al Escuadrón, como las apodan algunos medios por sus posiciones de izquierda y su intensa actividad en redes sociales, a que volvieran sus países. Desde entonces ha reiterado a diario la idea de que estas mujeres critican al país, y que los que no “aman” a Estados Unidos de América, pueden irse. 

El congresista republicano Mark Walker, que estuvo presente en Greenville, confesó en Twitter que los cánticos dirigidos a Omar le provocaron “un conflicto”. "Ese no tiene que ser nuestro canto de campaña, como hicimos con el 'encarcélenla' (...) No podemos definirnos por esto…”. 

El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, defendió al presidente al asegurar que los cánticos provenían de "un pequeño grupo de personas".

En la cruzada del mandatario por asociar el socialismo con la destrucción del sueño americano, fue la congresista Ocasio-Cortez quien le sirvió de anzuelo. Este miércoles la llamó solo Cortez, porque "lleva mucho tiempo" mencionar su nombre completo. El republicano dijo que la legisladora del Bronx creía que los “estadounidenses contemporáneos” eran “basura”. “Ella cree que tú y yo somos basura”, dijo señalando a alguien del público. La acusó de querer el bienestar de los inmigrantes indocumentados sobre el de los ciudadanos estadounidenses. Y repitió el mensaje: “Si no les gusta, que se vayan”.

En los mítines de Trump de la campaña de 2016 era habitual escuchar: “¡Encarcélenla, encarcélenla!”. 

Estaba dirigido a la candidata demócrata Hillary Clinton tras la revelación de sus correos electrónicos. Puede que este miércoles se haya estrenado un nuevo lema para las elecciones de noviembre de 2020. La congresista Omar ha acusado al republicano de promover la “agenda del nacionalismo blanco” con toda esta polémica. Ni ella, ni las otras tres legisladoras aspiran a la presidencia en las próximas elecciones, pero Trump ha empezado a referirse a ellas para alertar a sus bases contra la izquierda más progresista, llamándolas socialistas y antiamericanas. 
“Ellas no aman nuestro país. A veces creo que lo odian”, dijo el mandatario ante la multitud.

El lunes, Trump se defendió con uñas y dientes asegurando que no le preocupaba que pensaran que los tuits eran racistas porque “mucha gente está de acuerdo” con él. Y este miércoles pudo tomar el pulso al apoyo que tiene. La Cámara de Representantes había condenado el martes por la noche el contenido de su mensaje, pero esta está liderada por los demócratas. “Ellos quieren destruir el país”, advertía a sus seguidores en Greenville.


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