En la causa, Menezes cuenta que él y un hermano, llamados "negrinhos [negritos]" por Almeida, fueron el fruto de una relación de concubinato del fallecido.
La historia del caso terminó 23.050 días después de que Menezes presentara la petición inicial, concretamente el 31 de mayo de 2019, cuando la magistrada Rosa Weber de la Corte Suprema, el principal tribunal del país, negó las últimas apelaciones de los familiares de Almeida.
Weber mantuvo la decisión del juez de primera instancia, que había reconocido que Menezes era el hijo de Almeida en enero de 1968, casi 12 años después de la demanda inicial.
La demora de décadas torna este caso extraordinario, pero los pendientes en los tribunales de justicia estatales de Brasil pasaban una media de siete años en la fase de ejecución en 2017, según datos del Consejo Nacional de Justicia (CNJ).
En el caso de Alegrete, Cristóvão Manoel Muñoz, Beatriz Muñoz Braz y Gil Braz, familiares de Almeida, iniciaron una secuencia de apelaciones que llevaron el caso al STF, donde el tema fue estudiado por al menos nueve magistrados.
Los tres derrotados y los abogados de ambos lados del caso ya han muerto. Folha no pudo encontrar a Menezes ni a sus descendientes. Si está vivo, hoy tiene 87 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario