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lunes, 15 de abril de 2019

MARCHA POR LA DEMOCRACIA: CONCEPTOS TOTALMENTE COMPARTIBLES

La Plaza Cagancha –conocida popularmente como Plaza Libertad– sirvió de escenario para una nueva protesta contra la impunidad de los crímenes de lesa humanidad que reunió a más de cinco mil personas y en cuya proclama se cuestionó al sistema político por mantener incambiada la filosofía de las Fuerzas Armadas, que arrastra concepciones de la lógica militar que imperó durante la dictadura.


La manifestación tuvo lugar en medio de un gran debate político y social por las circunstancias vinculadas al accionar de un tribunal de honor militar que no condenó graves violaciones a los derechos humanos, y en el que el represor José Nino Gavazzo confesó su participación en el asesinato en 1973 del militante tupamaro Roberto Gomensoro Josman.

Los hechos desencadenaron el cese del entonces ministro de Defensa, Jorge Menéndez –que falleció este miércoles 11 como consecuencia de un cáncer– y la destitución de quiénes fueran comandantes en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos y José González. El primero por atacar a la justicia que investiga los crímenes cometidos bajo terrorismo de Estado, el segundo por integrar el Tribunal de Honor que recibió la declaración de Gavazzo, sin oponer cuestionamientos, ni aplicar sanciones por los actos criminales admitidos, y por no activar el mecanismo de pasaje a la justicia de los graves hechos contenidos en el expediente administrativo.

Como corolario y nueva prueba de que la “cabeza” del sistema militar sigue anclada en el pasado dictatorial, el nuevo jefe del Ejército, Claudio Feola, se negó a condenar los actos de barbarie cometidos por sus colegas en tiempos de terrorismo de Estado, y luego tuvo que salir a aclarar que no había sido esa su intención…



La proclama respaldó las decisiones de destitución adoptadas por el presidente, Tabaré Vázquez, pero acusó tanto al Frente Amplio como al resto de los partidos políticos de no haber cambiado a las Fuerzas Armadas, que se rigen por las normas internas creadas en dictadura.

“Pero todos sabemos –y estos episodios lo comprueban–que nombrar un nuevo comandante no alcanza. Ya lo demostraron. El mensaje que dieron esos generales a todo el país fue claro, y los gobernantes todos, de todos los partidos, desde la salida de la dictadura, deben asumir su responsabilidad por no haber modificado a las Fuerzas Armadas en los últimos 34 años, y comprometerse, de ahora en más, sin banderas partidarias, a cambiarlas”, afirmó el mensaje.



El mensaje apuntó contra el comportamiento del sistema político a la hora de fijar nuevas reglas para el funcionamiento de las Fuerzas Armadas: “Todos los partidos políticos son responsables de que todavía rija la Ley Orgánica Militar que fue escrita y aprobada en plena dictadura. Todos deben asumir la responsabilidad inmediata de modificarla”

“No aceptamos las declaraciones del comandante en jefe Claudio Feola, ni la ambigüedad de sus aclaraciones. No necesitamos Fuerzas Armadas que amenacen a su propio pueblo, gestoras de miedo en la sociedad. No necesitamos fuerzas armadas que ostenten de manera irrespetuosa privilegios que no corresponden. Queremos Fuerzas Armadas cuya función sea defender las fronteras de un enemigo externo y que dejen atrás la Doctrina de Seguridad Nacional y su noción de enemigo interno. Como nos legó Artigas, ‘El despotismo militar será precisamente aniquilado con trabas constitucionales que aseguren inviolable la soberanía de los pueblos”, enfatizó la proclama.

Se pregonó entonces que “esas trabas constitucionales deben conducir a la reformulación de los propósitos de las Fuerzas Armadas y la reducción de su oficialidad de acuerdo a sus tareas. Es imperioso reformular los programas de estudio. Los que aspiren a ser militares deben estudiar con el conjunto de la sociedad civil y recién a nivel terciario hacer una opción vocacional por la carrera militar”.

“Es imperioso que accedan al conocimiento, a la tecnología, la visión de la historia y las ideas con suficiente profundidad y entendimiento como para construir un juicio crítico, siempre al servicio de la democracia del pueblo y para el pueblo. Nuestros militares deben recibir una formación profundamente constitucionalista, con el artiguismo como evocación filosófica esencial, contraria a toda dictadura en cualquier tiempo y en cualquier lugar”, aseguró la proclama.

“Los que aspiren a ser militares deben estudiar con el conjunto de la sociedad civil”

La marcha contra la impunidad incluyó el reclamo de un viraje radical en la formación castrense para que se deje de inocular la idea de “enemigo interno”

Fuente: Sudestada


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