Según el ex director, "en seis meses pasaron más de US$ 600 millones". Al enterarse de esto, "hablé con el director de Aduanas de Paraguay y me dijo 'no te metas, porque esa plata viene de Colombia, te imaginarás de dónde viene'".
También notificó a las autoridades del Banco Central del Uruguay (BCU) de ese momento, quienes le pidieron "que no les mande más faxes porque gastaban mucho papel".
Según Lissidini, la carga de dinero salía de Colombia y pasaba a Paraguay, donde era depositada en dos bancos. De allí volaban al Aeropuerto de Carrasco y de ahí a Nueva York. "¿Y quién es el mayor lavador de plata del mundo? Estados Unidos", sentenció.
El ex director de Aduanas dijo que "acá la plata pasa" y "obviamente algo queda", pero no "la gran cantidad de plata que se lava, y hablamos de entre 600 y 700 millones de dólares en seis meses que pudimos controlar".
Cuando dejó la Dirección de Aduanas, en medio de un escándalo de abuso de funciones por el que terminó siendo procesado con prisión, "cambio la estrategia" para trasladar el dinero, ya que "en vez de pasar por Carrasco, paraban en la Fuerza Aérea, donde supuestamente la Aduana no podía entrar".
Lissidini contó que en un viaje a Miami en 2011 como oficial de cumplimiento, se reunió con integrantes del Departamento del Tesoro de Estados Unidos de América y les preguntó "si se lava mucha plata en Uruguay". "Se lava", le respondieron, pero "nos cuesta más caro iniciar los procedimientos que la plata que queda efectivamente". En este sentido, señaló que "en Uruguay si usted mete 200 o 300 millones de dólares, hace un escándalo en la plaza, se vuelve muy difícil"
Según el ex director de Aduanas, "en el 100 % de los casos, la plata iba al banco HSBC, el primer banco del mundo. (Eso) También se lo dije a la gente cuando estuve en Miami: 'Pero ustedes eran los máximos lavadores de plata'. 'Sí, hasta que nos dimos cuenta que no podía seguir así' (respondieron). Abrieron la canilla y la cerraron cuando quisieron", sentenció.
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