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viernes, 25 de mayo de 2018

CALEFACTORES A LEÑA: UN CHICHE LINDO PERO MUY CARO

A distancia. La tecnología que utilizan estos calefactores permiten encender y regular la temperatura con el celular. (Foto: Marcelo Bonjour)
 En 2011 la importación de estufas y calefactores a leña de alto rendimiento superaban apenas las 1.000 unidades, según datos de Uruguay XXI. Seis años más tarde, la cifra rozó las 4.000. Es que, a pesar de que estos productos están en el mercado desde hace algunas décadas, el boom de consumo no tiene más de tres o cuatro años. De hecho, Blasón, la empresa uruguaya que las elabora en el país desde la década de 1980, evalúa incluso importar algún modelo.

El argumento que terminó de convencer al público uruguayo está en la ecuación final rendimiento/costo. Según un informe de la consultora SEG Ingeniería, las estufas de alto rendimiento son la opción más conveniente junto a los equipos de aire acondicionado (ver tabla). El sistema requiere de una inversión de $ 2,2 cada 1.000 kilocalorías, algo menos de la mitad que insume la estufa a leña tradicional abierta, que quema $ 5,6 cada 1.000 kilocalorías.

La clave es la doble combustión cerrada. Mientras que las estufas a leña tradicionales tienen un rendimiento de un 30% porque gran parte se pierde por la chimenea, los calefactores cerrados más que duplican esa capacidad y llegan a un 75%. «El sistema de doble combustión hace que se queme la leña y los gases que se producen antes de que se pierdan en el aire. Eso calienta la estufa y genera más calor», explicó Armando Villalba, director de Blasón.

Rendimiento

Las estufas de alto rendimiento llegan a un rendimiento de un 75% contra un 30% de las estufas de leña tradicionales, según SEG Ingeniería.

Según SEG Ingeniería, calefaccionar un espacio de 15 metros cuadrados durante un mes requiere de $ 516 con una estufa de alto rendimiento contra $ 1.290 de la estufa a leña convencional.

Es más, quienes se pasen de la estufa a leña abierta a la nueva, recuperan la inversión en dos años, según coincidieron empresas del rubro. A ese cálculo hay que hacerle una salvedad: depende del tipo de leña que se consiga (cuanto más seca, mejor rendimiento)

Pero los beneficios no se acotan al costo; la seguridad y la salud juegan su partido. Al ser cerradas y con doble combustión, estas estufas evitan el escape de gases y humo.

Calor en cuotas.

En el mercado hay para elegir entre más de 40 modelos (según la empresa). El más básico parte de los US$ 500 para unos 60 metros cuadrados (m2) y se llega a los US$ 2.800 para viviendas de unos 200 m2. Para adjuntar un sistema de calefacción central, hay que desembolsar unos US$ 4.000.

Para la instalación (que se hace en el día), en promedio hay que sumar otros US$ 500 o US$ 600 entre kit de materiales y mano de obra.

Accesible

Hay planes que permiten adquirir las estufas hasta en 18 cuotas sin recargo, incluso algunos bancos ofrecen descuentos de un 10% o 15% si se utilizan sus tarjetas

Las facilidades de pago también ayudaron a la expansión del negocio. La amplia mayoría de las empresas ofrece financiación en 12 cuotas sin intereses y hasta los bancos ofrecen planes de hasta 18 cuotas y 10% o 15% de descuento.

«No es solo la clase alta que compra, sino que llega la clase media», dijo Natalia Larrosa, propietaria junto a Marcelo Gaudín de Gaudín, representante de la chilena Alcazar.
Tecnología. Los calefactores a pellets es lo más nuevo en el mercado y permiten encenderlos y regular su temperatura con el celular. (Foto: Marcelo Bonjour)

El otro eslabón clave en esta escalada viene del sector de la construcción. Aunque aún los clientes finales son el principal público, que los arquitectos lo impulsen «dio un empuje adicional», sostuvo Francisco Lucero, quien representa a la marca argentina Ñuke y a la española Lakunza. «Arquitectos y constructores encontraron una solución no solo para la parte térmica sino para evitar problemas con el humo», agregó.

Al interior.

Si bien varias empresas se sumaron al negocio, el mercado aún no se saturó. Por ejemplo, Amesti (que representa a la marca chilena con el mismo nombre y a la italiana Frontier) está en el mercado hace siete años y tuvo un primer impulso en sus ventas en 2013 y otro más importante en 2016, reconoció Claudio Perdomo, responsable comercial de la empresa. Hoy ofrece 38 modelos a leña y otros 10 con la nueva tecnología a pellets..

En Gaudín, que tiene un catálogo de 40 modelos, las ventas crecen entre un 10% y 20% por año, afirmó Larrosa.

Por su parte, Cir Calefacción, especializada en calefacción central, sumó estos productos en junio 2016 «al ver que el negocio aumentaba», recordó el jefe de ventas, Juan Diego Canil. «No teníamos un producto tan masivo y la marca Bosca nos dio la representación. Ese primer invierno vendimos entre 200 o 300 unidades. Para 2017 la cifra llegó a casi 1.300», indicó.

Las ventas se concentran en Montevideo, pero el Interior del país es adonde apuntan las estrategias a futuro. «Es un mercado potencial y el futuro será crecer ahí», aseguró Larrosa, de Gaudín. Su empresa tiene en Montevideo el 70% de sus ventas, al igual que Amesti. «Acá es donde más vendemos, pero el Interior es donde más explota el sistema», coincidió Perdomo.

Diseño a la uruguaya.

«Nosotros desarrollamos un producto que atiende a las necesidades de los uruguayos, por ejemplo, incorporamos la parrilla con un desarrollo propio», destacó el director de Blasón, cuyos diseños son de fabricación nacional. De hecho, poder cocinar en la estufa y ver el fuego son detalles muy demandados.

Larrosa llegó a solicitar a la fábrica que diseñe modelos para uruguayos. «En mercados como el chileno es un accesorio para calefaccionar y poco importa su diseño. En Uruguay es importante que se vea el fuego, por eso tiene una puerta de vidrio a pesar de que eso signifique pérdida de calor. Es más, a pedido nuestro la fábrica en Chile nos hizo modelos de doble cara de vidrio para que el fuego se vea desde dos lugares, las tonel (redondeadas), apaisadas y hasta en colores, porque nos pedían que no sea solo de color negro», subrayó.


NUEVA TECNOLOGÍA
Pellets. Son resíduos de virutas y astillas, con muy bajo porcentaje de humedad. (Foto: Marcelo Bonjour)
Pellets agregan calor, confort y Wi-FI.
Más reciente y tibio está el negocio de calefactores a pellets (combustible hecho con aserrín y virutas prensadas de residuos industriales y agrícolas, sin químicos y con muy bajo porcentaje de humedad). Su diferencial es la alta eficiencia (por encima del 90%), muy baja emisión de CO2y tecnología que permite prender y regular la temperatura desde un control remoto o del celular mediante Wi-Fi. Además, poseen un depósito para pellets con una capacidad de 15 kilos que permite una autonomía de dos días con un consumo de ocho horas, y la bolsa de 15 kilos cuesta $ 165, detallaron en Vivion Haus. Su baja emisión de gases y el poco espacio que ocupan los pellets los hacen ideales para apartamentos, coincidieron varias empresas. Los precios superan a los de las estufas de alto rendimiento: oscilan entre US$ 1.600 (80 m2) y unos US$ 4.000 (algo más de 200 m2). La instalación cuesta unos? $ 10.000 adicionales.

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