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miércoles, 21 de febrero de 2018

UN COLIBRI MENOS: EL KIKI RODEADO POR LA POLICIA SE PEGO UN TIRO EN LA CABEZA

Christian Pastorino, apodado el Kiki, fue rodeado por la policía en el barrio El Monarca y, al sentirse amenazado, se pegó un tiro en la cabeza. El delincuente venía siendo buscado desde el 11 de diciembre por el femicidio de su pareja y posteriormente por el asesinato alevoso de una joven cajera de  supermercado, pero logró eludir a la Policía hasta este martes.

En principio, la Policía lo dio por muerto, sin embargo, el joven presenta signos vitales y fue trasladado al Hospital de Clínicas. Posteriormente se informó que tenía muerte cerebral y horas después se informó de su muerte

Sobre la hora 17:15 ingresaron varios vehículos de la Policía al asentamiento El Monarca, ubicado en el kilómetro 23 de la ruta 8. Para evitar que el delincuente volviera a escapar, los oficiales se metieron en las viviendas y allí esperaron. También sobrevolaba un helicóptero de la Policía.
Cuando uno de los efectivos quiso entrar a la casa donde estaba el Kiki, se sintió un disparo.

El fiscal de Homicidio, Juan Gómez, dijo a la prensa que se utilizó "mucha inteligencia policial" para dar con el paradero del delincuente. Según explicó, realizaron escuchas telefónicas, se ubicaron celulares y se determinó "más o menos" dónde podía estar escondido.

"El análisis que hacíamos era de extremo cuidado, teníamos conocimiento de que esta persona había manifestado que no se entregaría a la Policía. Había un riesgo muy fuerte de que pudiera haber un enfrentamiento, que felizmente no hubo. Era muy difícil de rastrear y ubicar el lugar donde detenerlo", señaló el fiscal.

La Policía está investigando a quién pertenece la casa donde se resguardaba el Kiki y detuvo a un menor que estaba en el lugar cuando el delincuente se pegó el tiro. El joven será interrogado por la Justicia de adolescentes para que explique por qué estaba allí, explicó Gómez.

En la casa se incautaron $4.300 y US$ 3. A su vez, encontraron tres armas calibre 32 y el morral que utilizó el Kiki durante el asalto del sábado.

La búsqueda del delincuente se intensificó este sábado luego de que quedara registrado por las cámaras de seguridad del supermercado Super Vero de La Blanqueada cuando mató a la cajera Florencia Cabrera e hirió gravemente a un guardia de seguridad durante una rapiña.

Sobre las cuatro de la tarde, la Policía llegó a la zona y empezó a recorrer el barrio. Según el relato policial, cuando uno de los policías entra en la casa donde estaba escondido Pastorino, sienten el disparo del delincuente, que le provocó la muerte cerebral.

La forma en la que este delincuente evitó ser detenido generó la preocupación de la fiscal especializada en delitos sexuales y violencia de género, Dra. Diana Salvo, quien se comunicó con el fiscal adjunto de Corte, Ariel Cancela, para solicitar que se realizaran cambios en la forma en la que estaba investigando la Policía.

Según aclaró la Fiscalía General de la Nación, Cancela le recomendó que le transmitiera esa preocupación al oficial del caso, que es quien organiza el trabajo policial, y que enviara un memorándum detallando por escrito lo actuado al Ministerio Público. Salvo se propuso presentar ese escrito este lunes, sin saber que dos días antes el homicida acabaría cobrándose otra vida.

La fiscal dijo a El Observador que su objetivo era lograr un cambio en la forma en la que se estaba investigando, ya que no estaba dando resultados. "Me preocupaba que estuviera un paso adelante", explicó.

Faltaban pocos minutos para las cinco de la tarde. En la única cuadra que ocupa el asentamiento "Don Márquez", vecino de "El Monarca", todo estaba como siempre. De repente, dos helicópteros blancos pasaron a baja altura y en pocos minutos el lugar se llenó de policías armados a guerra.

El lugar quedó sitiado. Los uniformados ingresaron a todas las casas, previa autorización de los propietarios, según contaron los propios vecinos. Cuando llegó el turno de revisar un rancho de madera, cercano al monte que da al arroyo Manga, un efectivo se acercó a la puerta y se escuchó una detonación.

Así terminaba sus trágicas andanzas Cristian Pastorino, alias "Kiki", el criminal más buscado por la Policía, imputado de los asesinatos de Alison Pachón y Florencia Cabrera. También es responsable del intento de homicidio a un guardia de seguridad de origen venezolano que terminó con gravísimas heridas.

Antes de ser capturado se disparó un tiro en la sien derecha con un revólver calibre 32, un arma similar con la que ejecutó a la trabajadora del supermercado. Lo encontraron tendido sobre una cama.

Tras el disparo, que generó un orificio de entrada y salida, el criminal quedó gravemente herido y fue trasladado de urgencia a una policlínica cercana. Desde allí fue enviado al Hospital de Clínicas, desde donde se le informó a los investigadores que el delincuente herido tiene muerte cerebral.

En el interior de la vivienda la Policía localizó tres armas calibre 32, del mismo tipo que se utilizó para asesinar a la cajera, un morral conteniendo una suma de 4.300 pesos, 3 dólares y los documentos personales del imputado.

Junto al delincuente había un menor de edad. Intentó fugarse pero fue rápidamente detenido. Tomó intervención la Justicia de Adolescentes y será interrogado por la investigación que lleva adelante la Fiscalía de Homicidios.

Se apunta a averiguar la razón de su presencia en ese lugar y en esas circunstancias. Los investigadores descartaron que el joven haya participado en el asalto al supermercado.

Búsqueda.

Desde la noche del sábado la Policía venía siguiendo los pasos del delincuente. Hubo cientos de policías concentrados en la tarea que las fuentes definieron como una "cacería", dada la peligrosidad del sujeto. Se realizaron diversos allanamientos y búsquedas en barrios de Montevideo, Canelones y Lavalleja. Además, se aplicó toda la tecnología disponible como escuchas telefónicas y rastreo de cámaras para dar con su paradero. Se sabía que andaba en moto y no lejos.

Finalmente, se pudo definir un sitio aproximado a su ubicación final en el asentamiento Don Márquez, a siete cuadras para adentro del kilómetro 21,700 de la Ruta 8.

Los investigadores estiman que el delincuente llegó al asentamiento en la madrugada de ayer. De todos modos, ese dato está lejos de ser confirmado. Si bien se trata de un barrio reducido, nadie vio nada.

El fiscal de Homicidios, Juan Gómez, confirmó que la investigación sigue en curso. Uno de los aspectos que se está trabajando es sobre el o los responsables de la finca en que cayó el Kiki. "Seguramente mañana (por hoy) tendremos más información sobre la eventual participación de otras personas en su cobertura", señaló Gómez.

Perfil.

El Kiki tiene 22 años de edad y poseía un perfil "muy violento", revelaron los investigadores y su propia madre. Buscado durante tres meses por el crimen de su ex pareja, Alison Pachón, logró sortear la acción policial hasta que durante el asalto a un supermercado el sábado pasado, hirió a un guardia y mató a una cajera de manera salvaje.

El fiscal Gómez aseguró que no cuenta con información que lo haga presumir alguna "filtración" de información desde la Policía.

"La detención de personas requeridas no es algo fácil. En este caso se trataba de un fugado. Se pide el allanamiento de una vivienda y si la persona está en otra finca a 100 metros y la Policía no lo ve, no tiene la oportunidad de detenerlo, como en este caso", explicó.

Por todo esto, la Policía y la Fiscalía se movieron con "extremo cuidado" para proteger "la vida de los ciudadanos y de los funcionarios".

"Teníamos conocimiento de que no se entregaría a la Policía, por lo que era un riesgo muy fuerte que pudiera haber un enfrentamiento, lo que finalmente no hubo", dijo el fiscal Gómez.

La investigación de la Fiscalía no descarta que Kiki integrara algún tipo de banda u organización delictiva y apunta a los vínculos del delincuente. "Yo diría que hay indicios sobre contactos con personas que están en el campo del delito. Evidentemente tenía. De lo contrario no podría haber sorteado los intentos de aprehenderlo que se cumplieron con rigor", señaló Gómez, responsable de toda la investigación.

La madre presagió el desenlace.

"Antes muerto que en la cárcel". Con esa frase, la madre del Kiki había anticipado el final de su hijo, que ayer se pegó un tiro al saberse rodeado por la Policía. En una entrevista realizada el lunes por Leonardo Pedrouza para Telenoche, la madre declaró que "prefiere que lo maten a ir a la cárcel", y añadió: "Él se va a enfrentar con la Policía. Está armado". La madre había sido amenazada tiempo atrás, según reconoció.

"Él me dijo que me iba a matar, que ya me iba a tocar, que primero iba a matar a Alison (su pareja) y después me iba a matar a mí".

La amenaza se produjo a raíz de que la señora sintió temor tras un ataque de furia de su hijo y lo denunció, después de que, drogado, le rompiera toda la casa.

Guardia al borde de la invalidez.

El guardia de seguridad, de nacionalidad venezolana, que resultó herido de bala por Cristian Pastorino, alias el "Kiki", durante la rapiña que cometió el pasado sábado en el supermercado de Luis Alberto de Herrera y Urquiza, en el barrio La Blanqueada, se mantiene "estable", según informaron fuentes del Círculo Católico. El hombre presenta una "lesión raquimedular, está evolucionando bien desde el punto de vista cardiovascular" y se mantiene estable "desde el punto de vista hemodinámico y respiratorio". Pero la lesión que sufrió a raíz de la bala por la espalda que le disparó el delincuente fue grave, se alojó en la médula espinal, lo cual podría poner en riesgo la función sensorial y motora de la víctima.

Dolor en el super de La Blanqueada.

Tras permanecer cerrado dos días por duelo ante la muerte de una cajera, el Super Vero, ubicado en Avenida Luis Alberto de Herrera y General Urquiza, reabrió sus puertas. La congoja en el lugar se evidenciaba antes de ingresar, en el piso había flores. Los empleados confirmaban la completa tristeza y destacaron la ayuda y respaldo de los vecinos de la zona. La cajera que estaba trabajando junto a la asesinada Florencia Cabrera, y que brindó testimonio de lo ocurrido ante la Justicia, apenas ingresó a su puesto de labor se conmocionó y no pudo evitar el llanto. Entre todos los que están realizando el duelo se reunió dinero para apoyar a las familias de las víctimas.





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