Los legisladores del partido Republicano presentaron formalmente ayer miércoles un proyecto de ley de reforma migratoria que garantiza fondos
para la construcción de un muro en la frontera con México, pero blinda de
deportación a centenas de miles de inmigrantes jóvenes. Al parecer el ultraderechista Trump, al igual que en su momento los gobernantes del imperio soviético, está convencido de la utilidad de los muros. Cayó el Muro de Berlín y se levan el Muro de Yanquilandia.
El
proyecto de ley fue presentado apenas instantes después que el propio
presidente Trump afirmara a la prensa en la Casa Blanca que cualquier
legislación que proteja a esos inmigrantes que llegaron al país en su
niñez debía incluir fondos para el controvertido muro.
"Cualquier
solución debe incluir el muro, porque sin el muro nada funcionará",
dijo el presidente, para añadir que el país precisa de esa barrera
física "por una cuestión de seguridad".
El nudo de la situación
está en el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia
(DACA, en inglés), que beneficia a unos 680.000 jóvenes que ingresaron
irregularmente el país traídos por sus padres.
Trump anunció en
septiembre pasado el fin de ese programa pero determinó un plazo de seis
meses para que el Congreso trate de hallar una salida.
El
martes, Trump recibió en la Casa Blanca a legisladores de los partidos
políticos y los presionó para que alcancen un acuerdo sobre una
legislación migratoria que resuelva el limbo jurídico de los
beneficiarios del DACA pero que también contemple el muro.
El
legislador Bob Goodlatte, titular de la comisión de Asuntos Jurídicos de
la Cámara de Representantes y responsable principal por el proyecto de
ley dijo este miércoles que tenía el apoyo de la Casa Blanca.
"El
presidente indicó que nuestro proyecto de ley es el punto de partida
para corregir las fallas en nuestro sistema migratorio", dijo Goodlatte a
la prensa.
De acuerdo con el legislador, el proyecto de ley
"garantiza recursos para construir el muro y brinda seguridad a nuestra
frontera sur. También aumenta el personal", limita la capacidad de
inmigrantes legales de traer familiares y pone punto final al sorteo de
visas permanentes.
El texto, sin embargo, incluye ideas
fundamentales al movimiento conservador estadounidense, como el fin de
las llamadas 'ciudades santuario' (que no cooperan con las autoridades
migratorias) y cierra las puertas a un camino de los inmigrantes legales
a adquirir la ciudadanía estadounidense.
Aún si este proyecto
de ley resulta aprobado en la Cámara de Representantes, tendrá un camino
difícil en el Senado, donde los Republicanos precisarían de los votos
de por lo menos nueve legisladores del partido Demócrata.
El
líder Demócrata en el Senado, Chuck Schumer, ya manifestó apoyo a la
idea de un grupo bipartidario que elabore un acuerdo sobre la cuestión
migratoria.
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