Arqueólogos mexicanos encontraron
vestigios de una torre edificada con un total de 461 cráneos de hombres,
mujeres y niños en Ciudad de México, hallazgo que pone en duda la
hipótesis de que los aztecas solamente sacrificaban guerreros jóvenes.
El
arqueólogo responsable del programa de Arqueología Urbana del Instituto
Nacional de Antropología e Historia (INAH), Raúl Barrera, explicó a Efe
que 161 de los 461 cráneos encontrados en el Gran Tzompantli (altar
construido con cráneos unidos con argamasa), ubicado frente al Templo
Mayor y dedicado a la principal deidad de los mexicas (aztecas), están
bajo estudio actualmente.
"En su gran mayoría
son cráneos de individuos adultos jóvenes, entre veinte y veinticinco
años. También hay cráneos de mujeres, aunque en mucha menos proporción, y
hay cráneos de niños", refirió el experto, quien precisó que hasta la
fecha se determinó que 10% de los cráneos son de niños, 20% de mujeres y
70% de hombres.
Barrera apuntó que la
principal hipótesis señala que la mayoría de los varones eran guerreros
cautivos de guerra que fueron sacrificados en el Templo Mayor, y añadió
que en el caso de las mujeres y los niños se manejan varias
posibilidades.
Precisó que las calaveras son de
varias regiones de Mesoamérica, posiblemente del área del Golfo de
México o de la parte sur del país, y reveló que en un lapso de dos a
tres años se podrá revelar su origen exacto.
"Las
fuentes históricas hacen referencias a que, durante las incursiones de
guerra que hacían los mexicas en otras regiones, eran capturados
guerreros y traídos a Tenochtitlan (la capital azteca) y eran
sacrificados", refirió.
El especialista explicó
que en la torre se habrían exhibido los cráneos de los guerreros
sacrificados o de personas que representaban deidades, pero que una de
las funciones principales de esta tétrica construcción era "mandar un
mensaje de poder a la población y a los (otros) pueblos".
"En
las sociedades prehispánicas, y en particular las mexicas, había
algunos individuos que podían ser hombres y mujeres, incluso niños, que
personificaban deidades. Desde la infancia podían personificar a algún
dios y finalmente su destino era ser sacrificados en el Templo Mayor" de
Tenochtitlan, ahondó.
El Huey Tzompantli o
Gran Tzompantli sería una estructura cilíndrica situada en el núcleo de
una plataforma rectangular de 34 por 14 metros, según los estudios
realizados, y fue uno de los sitios sagrados más simbólicos de
Tenochtitlan "porque es el reflejo del poderío del imperio mexica",
afirmó.
Según los códices del cronista y
conquistador español Andrés de Tapia, el Gran Tzompantli contaba con dos
torres hechas de calaveras humanas. "Este es el límite norte del
templo, la otra torre no la conocemos pero estamos seguros que existe",
aseguró Barrera.
Añadió que, en el caso de los
niños, una de las posibilidades es que fueran sacrificados por ser la
personificación de una deidad, posiblemente Huitzilopochtli (dios del
Sol).
En cuanto a las mujeres, detalló,
seguramente fueron cautivas de guerra pero también pudieron haber
representado a una deidad femenina.
En ese
sentido, la responsable de los cuadrantes de excavación en la calle de
Guatemala 24, Ingrid Trejo, relató a Efe que unas de las teorías que se
han explorado es la relación de las mujeres con la festividad del
Tititl, dedicada a la diosa Llamatecuhtli.
Trejo
explicó que durante la exploración los arqueólogos identificaron que
hay varias etapas constructivas de esta estructura, elaborada de cráneos
unidos con una mezcla de cal y arena.
"Al
menos hemos identificado dos (etapas) como mínimo. El diámetro del más
extenso sería de 4,70 metros y el de la dona interna, o primer momento
del elemento de cráneos, estamos estimándolo en 3,60 metros", precisó.
Asimismo,
indicó que, mientras en la primera etapa los cráneos estaban colocados
con las mandíbulas, en el diámetro más extenso no están encontrando esas
partes.
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