Los agentes habían acudido a una fiesta en una casa, alertados por un vecino que aseguró que había menores borrachos en la calle Baron Drive de Balch Springs, una zona residencial y poco problemática en los suburbios de Dallas.
La primera versión de los hechos indicaba que los agentes escucharon tiros por la zona y que un coche se abalanzó contra ellos a gran velocidad "y de manera agresiva". Un policía hizo tres disparos de rifle contra el coche: uno mató al copiloto. "Las primeras versiones eran erróneas, siento haberlas facilitado", reconoció Haber.
La revisión de las grabaciones en vídeo del propio coche policial ha desmentido esta versión: no hubo disparos desde el vehículo, ni conducción agresiva, ni intento de embestir a la policía... "El coche se estaba alejando de la zona. No sé ni por qué dispararon. No creo que el tiroteo esté de acuerdo con nuestros valores policiales", dijo Haber, quien ni ha difundido el vídeo ni ha dado el nombre del agente que apretó el gatillo.
Merrit, hermano del fallecido, aseguró que ellos dos y otros tres adolescentes se marcharon de la fiesta en cuanto supieron que venía la policía a ver qué pasaba. Ya en el coche, vieron linternas y escucharon disparos, "y a alguien gritando blasfemias". Cuando apenas se habían alejado una manzana vieron que Jordan estaba herido en la cabeza. Ninguno había bebido. El fallecido, miembro del equipo fútbol americano del instituto, se encontraba en plenos entrenamientos, según sus padres. Falleció antes de llegar al hospital
Jordan es la persona más joven de las más de 330 personas que este año han muerto por disparos de la policía, según de datos de The Washington Post. Cerca del 25 % de los fallecidos en estas circunstancias eran negros, el 7 % iban desarmados y al menos 10 de los fallecidos eran menores de edad. Jordan cumplía con todos estos datos.
Fuente: El País de Madrid
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