Se trata del nieto y bisniesto de las víctimas de 21 años y su cómplice de 22, a los que se les imputó un delito de "homicidio especialmente agravado por la premeditación”. Al primero también le sumaron “el grado de parentesco” con las víctimas.
Al comienzo los dos jóvenes acusaban directamente al otro, hasta que luego de largas horas de declaración, su posición cambió. Además confesaron ser adictos a sustancias estupefacientes.
Desde la familia de los acusados informaron que ninguno de los jóvenes mostró arrepentimiento y aclararon que el monto que fue hurtado correspondía a $ 40.000 y no $ 300.000 como se había informado en un comienzo.
El hecho ocurrió el viernes de tarde de la semana pasada, si bien las mujeres fueron encontradas muertas el sábado. Tras cometer el crimen, el familiar de las víctimas huyó a Montevideo y luego de largas horas de negociación con un experto de la Policía Nacional, decidió entregarse.
El negociador debió ocuparse del caso durante un lapso de 24 horas, comenzó a enviarle mensajes y a hacer llamadas al joven cada media hora desde el mediodía del domingo.
Durante el intercambio con el negociador, el joven aseguró que él no había sido el matador de su abuela y bisabuela. Acusó a un amigo y admitió que entregó la información para cometer el robo que terminó con los dos homicidios.
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