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martes, 23 de mayo de 2017

ENERGIA ELECTRICA: PETROLEO Y DERIVADOS CAEN AL 37 % Y CRECE BIOMASA

Hay pocas áreas en las que los resultados exceden las expectativas del gobierno de una manera tan sostenida como en el sector energético. Es que según los últimos datos disponibles, el 2016 fue otro año que cerró con niveles históricos y cifras récord de consumo, oferta y generación energética y los objetivos oficiales de seguir transformando la matriz hacia las energías renovables se están cumpliendo con creces.

Tanto es así que en 2016, por primera vez en la historia uruguaya, el petróleo y sus derivados no constituyeron la principal fuente de abastecimiento energético del país, según se desprende del Balance Energético Preliminar (BEN) de 2016 elaborado por la Dirección Nacional de Energía (DNE) del Ministerio de Industria, Energía y Minería.

“Son números históricos, es un balance récord en muchos sentidos. Desde la generación con una mayoría absoluta de energías renovables hasta el hecho de que cumplimos un cuarto año consecutivo sin necesidad de importar energía. Vamos por buen camino”, dijo al semanario Búsqueda la directoría de la DNE, Olga Otegui.

“Los números son la realidad de un proceso que promovió un cambio de matriz energética. Ahora debemos transportar eso a cambiar la matriz industrial, sin dejar de ver los desafíos de gestionar la demanda efectivamente”, agregó.

● Abastecimiento.

En 2015, la matriz de abastecimiento estuvo integrada principalmente por petróleo y derivados (42 %), seguido en importancia por la biomasa (leña, residuos de biomasa, biomasa para biocombustibles y carbón vegetal) con 40 % y la electricidad de origen hidráulico (14 %). En 2016 esa realidad cambió: siguiendo la tendencia de los últimos años, el petróleo y sus derivados volvieron a reducir su participación en la matriz y se ubicaron en 37 %. Así, por primera vez en la historia, este energético dejó de ser la principal fuente de abastecimiento, cediendo su lugar a la biomasa, que alcanzó un 44 % de participación, impulsada fundamentalmente por el funcionamiento a pleno de las plantas de celulosa.

También creció el abastecimiento de energía de origen eólico de 3 % a 5 %. Aunque siguen siendo porcentajes menores, los especialistas entienden que esta fuente tuvo una evolución “de gran crecimiento”, ya que su presencia se incrementó 45 % en los últimos 10 años.

Con la disminución del petróleo en la matriz de abastecimiento también se registró otro nuevo récord energético: el porcentaje de energía de origen local, que alcanzó el 63 %, un crecimiento de seis puntos porcentuales frente al 2015 y un récord absoluto en la serie histórica que lleva registros desde 1965.

El crecimiento de las fuentes renovables también es reflejo de la potencia instalada en el país y su diversificación. En 2015 había un total de 3.989 Megavatios (MW) instalados, de los cuales un 38 % pertenecía a energía hidráulica, 28 % a la fósil (combustibles), 21 % a la eólica, 11 % a biomasa y 2 % a la solar.

En 2016 la potencia instalada fue de 3.912 MW y se alteró toda la distribución de esa matriz. 
La disminución está vinculada al cierre de algunas centrales térmicas. Este año, un 39 % de la potencia es de origen hidráulico, 31 % eólico, 17 % fósil, 11 % biomasa y 2 % solar.

El cambio representa un crecimiento importante de la energía eólica en detrimento de la fósil.
Generación y consumo.

En el informe 2016 también se registraron récords en la generación de electricidad. De hecho, la biomasa mantuvo su crecimiento sostenido en esta matriz, donde pasó de un 1 % en 1990 a 18 % en 2016. Un crecimiento que se explica por las plantas de celulosa y su sistema de generación eléctrica a partir de los residuos de sus fábricas.

Nuevamente la energía eólica tuvo un crecimiento sostenido. Ingresó al mix de generación eléctrica en 2008 y para 2015 alcanzó un 15 % de participación. El 2016 supuso otro año histórico para la energía renovable, que se situó en un 22 % de toda la electricidad generada en el país.

Asimismo, en 2016 por primera vez la participación de la energía solar en el mix tuvo proporciones registrables (1 %).

El crecimiento de las renovables generó en consecuencia una nueva disminución de los combustibles fósiles en la generación de electricidad. Acompañados de otro año de buenas lluvias, el peso de los combustibles en la generación eléctrica fue de 3 %, un mínimo histórico.

En 2015 el gobierno destacaba en el BEN que “la generación de electricidad a partir de energía eólica fue el doble que la producción de energía eléctrica de origen fósil. Esto fue posible no solo por el desarrollo logrado en el aprovechamiento del recurso eólico, sino también por la buena hidraulicidad y crecimiento de la biomasa como insumos para la generación eléctrica, que resultaron en un menor consumo de combustibles fósiles para dicho fin”.

En 2016 la participación de la energía eólica en la generación de electricidad fue siete veces superior a la de los combustibles fósiles.

Los registros anteriores se acompañan por un crecimiento sostenido de la demanda que se refleja en el aumento del consumo eléctrico per cápita, que lleva seis años en ascenso y registrando picos año tras año. El año pasado alcanzó los 3.162,4 kilovatios hora por habitante


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