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martes, 21 de febrero de 2017

BELLA VISTA - HURACAN BUCEO: 2 EQUIPOS QUE INTENTAN RETORNAR A LA PRIMERA DIVISION

Los caminos de los clubes uruguayos Bella Vista y Huracán Buceo se cruzaron el 13 de octubre de 1968. Hasta entonces, sus trayectorias habían sido muy diferentes. Los llamados papales eran un club con prosapia (identificados con un campeón de 1930, el "Mariscal" José Nasazzi) pero llevaban casi dos décadas de destierro en la “B”. Los conocidos como tricoplayeros compitieron años como equipo de barrio, hasta que iniciaron un ascenso imparable en lo deportivo y lo popular.


Aquel domingo de mañana de 1968 definieron el ascenso en una final que llenó el Estadio Centenario. Con 53.583 entradas vendidas, fue el partido entre dos clubes menores que convocó más gente en la historia. Ganó Bella Vista, subió a la “A” y apenas un año después lo siguió Huracán.

Con el tiempo, el boom de Huracán Buceo se fue apagando, aunque por años fue un fuerte competidor en primera. Bella Vista tuvo sus altibajos, pero se dio el gusto de ser campeón uruguayo en 1990 y participar seis veces en la Copa Libertadores. En el siglo XXI sus destinos se volvieron a unir, primero en el infortunio y ahora en la esperanza: después de haber dejado de competir profesionalmente por problemas económicos, ambas instituciones regresarán en 2017.

Y competirán en la nueva Segunda División Nacional, el tercer escalón en la estructura de la Asociación Uruguaya de Fútbol, lo que antes era conocida como Liga Metropolitana Amateur y mucho antes la “C”. Además, ya está acordado un partido entre ambos, a fines de marzo o comienzos a abril, que remitirá inevitablemente a aquella final del ’68.

Si ambas instituciones dejaron de competir por las deudas, la forma de volver fue diferente: mientras Huracán Buceo apuesta al completo gerenciamiento privado de su sede y del equipo de fútbol, Bella Vista está a cargo de sus directivos y el papel de empresarios es lateral.

El Hura.

Huracán Buceo fue el primero que abandonó el fútbol oficial. Fue en 2008, luego de un descenso y un fallido gerenciamiento. Hoy, una solución similar busca devolverlo a la actividad. Por un convenio firmado en octubre de 2016, por cinco años con opción a prórroga, la empresa Artefútbol realiza toda la inversión y obtendrá todos los beneficios. Después de los cinco años, su porcentaje comenzará a decrecer y el club recibirá una parte.

Según informa el presidente de Huracán Mario Míguez, la deuda del club es de 68.000 dólares con los exjugadores, más una cifra menor con la AUF. La empresa gerenciadora anunció que depositará esos montos antes de comenzar el torneo.

Desde enero, el plantel trabaja con el entrenador Ramiro Roascia. “Le tengo confianza. Juega con el estilo de Marcelo Bielsa”, comenta Míguez. El plantel se formó con llamados realizados por el club o por contactos del cuerpo técnico. También se trabaja en la cancha del Parque Huracán, luego de años de abandono (no se usa desde 2007). Se removió la tierra y pronto se sembrará. La expectativa es volver a utilizarlo en breve, aunque el entorno de asentamientos no ayuda.

Otro inversor, Leonardo Fernández, maneja la sede social. “Ahora está presentable. En una época si tenía una reunión proponía hacerla en un bar porque me daba vergüenza”, asegura Míguez. Tiene una piscina abierta y dos gimnasios. Se busca techar la piscina para usarla todo el año. Esas instalaciones son utilizadas por unos 550 socios. Además de los vitalicios, hay otros 200 asociados, “pero no se les cobra nada hasta que no vuelva el fútbol”, aclara el dirigente.

“Huracán Buceo se fundó como un club de fútbol y si no practica fútbol no tiene razón de ser. La actividad social es un servicio importante para la zona, pero con eso solo no alcanza”, dice Míguez, quien fue presidente entre 1973 a 1984, de 2005 a 2007 y ahora desde 2014.

El Bella.

“La idea no es apuntar ya al campeonato, sino devolver a Bella Vista a la cancha, capitalizar el club, sanearlo, que la gente vuelva a creer en Bella Vista, porque golpeábamos puertas y no nos atendían”, afirma Juan Paulo Núñez, presidente de Bella Vista desde 2013. Asumió justo cuando el club no pudo seguir compitiendo.

“Cuando llegamos solo faltaba cerrar el club, no había nada. Le habían cortado el agua y la luz. Fue un largo proceso de malas administraciones. Al equipo le iba bien pero la economía era un desastre. Nadie agarraba , por lo que armamos una lista de hinchas, ninguno con capital ni oficio de dirigentes, solo honestidad”, asegura.

De los 1.200 socios que había en 2013, quedan 550, que siguieron pagando pese a quedarse sin fútbol.

Cuando Núñez se hizo cargo, la deuda superaba los 3 millones de dólares, con el BPS como principal acreedor. Hoy es de algo más de dos millones. El pasivo comenzó a reducirse, por ejemplo, con un acuerdo de arriendo del Parque Nasazzi para que entrenen los árbitros. También se lograron cobrar derechos de formación de exjugadores, un aspecto que se había descuidado. Ahí estaban los pases de Brian Lozano, Pablo Cepellini, Federico Rodríguez, incluso Egidio Arévalo Ríos.

Bajo la dirección técnica de Erardo Cóccaro, el plantel se prepara desde enero. Se trata de un equipo joven, formado en el club, cuya actividad en juveniles nunca cesó. La idea es hacerle contratos, aunque la “C” sea oficialmente amateur. “Si los formamos tanto tiempo y cuando llega la hora de hacerles contrato no lo hacemos, todo el esfuerzo se perderá porque se llevarán a los jugadores”, explica Núñez.

“Cuando juguemos será una gran alegría -comenta Míguez-. Hoy tengo 82 años y quiero volver a ver al equipo saliendo por el túnel del Centenario. Me dijeron que me quedara tranquilo, que así será”. Núñez también tiene su ilusión: “Apostamos que en el primer partido de Bella Vista irán 5.000 personas. Capaz que somos locos, pero pensamos en eso”.

C. Prats
Fuente: El País

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