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lunes, 16 de mayo de 2016

JAMALA: ASI EXTERMINO STALIN A MI PUEBLO

Jamala, la ganadora de Eurovisión, se llama en realidad Susana Jamaladinova. Las explicaciones se complican cuando se aborda su origen, tanto como el difícil puzzle territorial al oeste de la antigua Unión Soviética. La representante ucraniana nació en Osh, Kirguistán, de padre tártaro y madre armenia, pero cuando era una niña se mudó a Ucrania, en concreto "a Melitópol y luego a Crimea", "A la localidad de Kuchuk Uzen, donde mis antepasados vivieron cientos de años atrás", detalla. El encaje de esta artista resulta pertinente, puesto que con la canción '1944' ha recuperado la deportación genocida de los tártaros de Crimea en ese año.

En un Festival en el que queda prohibido cualquier mensaje con intenciones políticas, Ucrania batió el pasado sábado en Estocolmo a la nación favorita, Rusia, precisamente la vecina que recientemente le arrebató el control de Crimea. Mediante el televoto y el veredicto del jurado -quién sabe si el karma también intervino-, el Festival determinó una restitución. Los ucranianos ni siquiera participaron en el certamen del pasado año, mientras vigilaban sus fronteras.

Un festival supuestamente frívolo proclamó vencedora con 534 puntos a Jamala, inspirada en el Sürgün sufrido por su bisabuela. Preguntada por este diario, escarba en las grietas abiertas entre estrofa y estrofa: "Cinco días antes de la deportación, los soldados habían llegado a Crimea, a los que se le dio la bienvenida por parte de la población tártara local, además de comida y camas en las propias casas familiares, felices de honrar y acoger a compañeros que habían luchado en la guerra. 

Mi bisabuela le dijo esto a mi padre: "Todo el mundo estaba contento por ver a los soldados del frente, porque eso significaba que nuestros hijos y maridos regresarían pronto. Los entretuvimos como pudimos, también con música. Nadie imaginaba lo que nos iban a hacer poco después", recrea Jamala. "Los deportados dispusieron sólo de 15 minutos para reunir sus bienes personales. Después, se les cargó en trenes de ganado y se les sacó de Crimea. Entre estas personas estaba mi bisabuela -por aquella época, mi bisabuelo estaba luchando en la II Guerra Mundial-. Era una joven con cinco niños a su cargo, la menor de todos, una niña de nueve meses; los otros cuatro, chicos. Así que se montaron en los trenes sin aire fresco, agua o comida durante tres o cuatro semanas. No sabían dónde los llevaban. Fue un viaje inhumano y muy largo. La mayoría, sobre todo la gente débil y enferma, murió en el tren", concreta.

Jamala asimiló con tal firmeza ese episodio del terror estalinista que compuso una canción al respecto (Cuando los extraños vienen/ vienen a tu casa./ Os matan a todos/ y dicen/ no somos culpables, tal y como se pudo oír en el escenario del Globe Arena, alto y claro gracias al chorro de voz de la artista). Además de la derrota, Rusia se llevó de la gala un recado a propósito de su Historia. "La política ha batido al arte", clamaba este domingo en Rusia el senador Frantz Klintsevitch, tal y como recogieron las agencias de ese país.

La Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del evento, había analizado previamente la letra de 1944 sin hallar mensaje alguno que requiriera censura. "No estoy de acuerdo con cualquiera que considere mi canción una declaración política. ¿Es La lista de Schindler una película política? Todo esto tiene que ver con la memoria histórica. Quiero que la gente recuerde y piense. No hay rastro de política", recalca la artista.

En otras ocasiones, Rusia también ha quedado a merced de la letra de otras candidatas eurovisivas. Georgia, en la edición de 2009, presentó We don't wanna put in (No queremos meternos), título y estribillo en inglés que suena exactamente igual que No queremos a Putin. La UER reclamó a la candidatura modificaciones, pero Georgia se negó hasta el punto de abandonar el concurso. España también tiene constancia de esas reglas del Festival, por las que el chiki chiki de Rodolfo de Chiquilicuatre tuvo que renunciar en 2008 a las menciones a Zapatero y Rajoy.

Jamala, que dotó a su letra de una música entre el jazz, la ópera, la tradición armenia e incluso el minimal techno, señala a este diario su principal inspiración: la banda indiebritánica Radiohead. El final, para ella, ha sido feliz, aunque no está de más cerrar el de otros, sus antepasados: "Mi bisabuela le contó también a mi padre: 'La gente sostenía en brazos a sus familiares muertos, llorando, en lugar de dárselos a los soldados. Los soldados tiraban los cuerpos desde el tren, en movimiento; y los de los niños por las ventanas'. Fue horrible. Y le ocurrió a mi bisabuela. Su bebé murió en el tren, de lo pequeña que era; entonces, le pidió a los soldados que le dejaran enterrarla, pero se negaron y tiraron el cadáver desde el tren en marcha, como si se tratase de basura. Mi bisabuela tuvo que asumirlo, porque tenía otros cuatro críos. Gracias a Dios, mi abuelo sobrevivió a ese horrible viaje, por lo que puedo estar aquí. Cuando el tren paró, esa pobre gente pensó que su pesadilla había terminado, pero no fue así. Se les llevó a Uzbekistán, sin dinero ni un lugar donde vivir, por lo que incluso las personas de allí los evitaban". 

Eurovisión, después de todo, los ha acogido.




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