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miércoles, 12 de octubre de 2016

ARGENTINA - URUGUAY: LUEGO DE AÑOS DE TENSION KIRCHNERISTA, AHORA CON EL NUEVO GOBIERNO SE BUSCA CAMINAR JUNTOS

Después de más de 5 años y tras la acumulación de 65 informes de monitoreo de la calidad de agua alrededor de la planta de celulosa UPM, el feliz cambio de gobierno en Argentina, facilitó que se lograra un acuerdo con Uruguay para publicar, en forma retroactiva y con conclusiones avaladas por los dos países, los documentos que indican si la pastera cumple o no con los requisitos medioambientales y si otras industrias en ambos países no provocan contaminación.


Este es solo uno de los muchos temas que quedaron pendientes de las administraciones pasadas, pero marca un paso clave para el avance de la agenda bilateral, coincidieron varias fuentes consultadas por El País. Además, ayudará a atar uno de los cabos sueltos que dejó el largo conflicto que llegó a la Corte Internacional de Justicia en la Haya.

Más aún, fuentes uruguayas vinculadas a la negociación explicaron que los dos países preparan un plan de monitoreo ambiental "integral" que extenderá la medición que hoy se concentra en 30 kilómetros alrededor de la ex Botnia a todo el río de cauce compartido, incluidas zonas de influencia argentina. Es decir que no solo se tomarán muestras en áreas vinculadas a UPM. También se trabajará en otros sitios propuestos por científicos argentinos y uruguayos.

Aunque la publicación de los resultados de monitoreo y el control de todo el río forman parte de un mandato establecido por cartas reversales (notas diplomáticas), a partir del fallo que laudó el diferendo originado en 2005 por la instalación de la pastera, en los hechos las delegaciones nunca se pusieron de acuerdo —hasta ahora— en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU). El punto central en el que diferían eran las conclusiones de esos informes, que solo pueden hacerse públicas si existe consenso.

Según el relato compartido a lo largo de los años por distintos miembros de la delegación uruguaya (oficialistas y de oposición), en esa comisión binacional se evidenció durante años que aunque la relación bilateral supuestamente se restableció cuando el expresidente José Mujica asumió su mandato, en los hechos es recién ahora, con una comitiva argentina que responde al gobierno de Mauricio Macri, que se percibe un sincero deshielo.

¿Contamina o no?

"Se van a publicar (los datos de monitoreo ambiental a UPM) en cuestión de semanas. Se están ordenando los resultados para ver cómo se presentan esos datos", confirmó a El País el presidente de la representación uruguaya en CARU, Gastón Silberman, quien marcó que aunque aún no se llegó al final del proceso, el cambio sustancial es que ahora están "de acuerdo las dos delegaciones".

Por su parte, el integrante de la comitiva en representación del Partido Independiente, Roberto Pérez Rodino, contó que en este momento el comité científico integrado por representantes argentinos y uruguayos se encuentra en el proceso de carga de una base de datos que será el soporte en el que se publicarán estos resultados. Con la delegación argentina anterior incluso se "bloqueaba" esta tarea.

El jefe de gabinete argentino, Marcos Peña, habló de este tema en el Senado de su país la semana pasada. Ante una consulta del legislador entrerriano del opositor Frente para la Victoria, Pedro Guastavino, el jerarca informó que el comité científico "se encuentra en la etapa final de carga de datos ya validados para su pertinente publicación, de lo recabado durante todos los años de medición", informó Radio Máxima, medio local de Gualeguaychú.

La Cancillería uruguaya insiste desde el período pasado, con el entonces ministro Luis Almagro a la cabeza, en la necesidad de publicar los resultados del monitoreo conjunto. Según informaron fuentes de CARU, existe tranquilidad del lado uruguayo respecto a que los resultados muestran que UPM realmente no contamina más allá de los estándares permitidos. Esa seguridad surge del hecho de que la Dirección Nacional de Medio Ambiente recoge muestras en los mismos puntos que lo hace el comité científico y publica semestralmente informes.

¿Por qué la delegación argentina anterior no permitía un acuerdo para que se hicieran públicos los datos? El punto es complejo de entender, porque en los comunicados se afirmaba que ese era el objetivo, e incluso se llegó a culpar a Uruguay por ser el responsable de esa falta de transparencia y por avalar el "retaceo" de información que daba UPM sobre su verdadera conducta. Pero luego, los orientales se enfrentaban a constantes cuestionamientos, bloqueos, ingresos a último momento de largos documentos para enlentecer las definiciones y nuevas consultas que, en los hechos, retrasaban todo el proceso e impedían el consenso, coincidieron diversas fuentes consultadas por El País. Hasta el 2015 "era una comisión bloqueada", consideró Pérez Rodino.
Del "bloqueo" a la "racionalidad".

Pese a que teóricamente el Frente Amplio tenía afinidad ideológica con el kirchnerismo, el conflicto que mantuvo el puente General San Martín cortado por años dejó heridas que provocaron que los temas bilaterales sin resolver se apilaran. Durante el gobierno de Mujica, varias medidas tomadas por la administración de Cristina Fernández —como las trabas a las importaciones que afectaron a los exportadores uruguayos o su falta de interés por mejorar la navegabilidad en canales de administración conjunta — no hicieron más que sumarse a la lista interminable de reproches mutuos.

La situación se complicó aún más cuando en 2013 Mujica resolvió ampliar el tope de producción de UPM, a pedido de la empresa. Para Argentina, aquello fue inaceptable y de hecho, en la previa, las dos delegaciones en CARU intercambiaron comunicados subidos de tono para el lenguaje diplomático habitual.

En línea con eso, el gobierno anterior reprendió al entonces representante opositor en la comisión, el exvicepresidente Luis Hierro, por denunciar públicamente que Argentina daba "argumentos y explicaciones" que no abonaban "una imposibilidad de publicar los informes". "(El monitoreo conjunto) tiene datos matemáticos y números que no se pueden rebatir", consideró Hierro en ese entonces, y se refirió al "bloqueo" argentino. Pese a eso, nunca se llegó a la publicación.

Cuando Tabaré Vázquez reasumió la Presidencia en 2015, no se reunió con Fernández ni ella participó de su asunción. Tal vez por eso, la llegada de Mauricio Macri a la Presidencia argentina fue tomada con expectativa por el gobierno uruguayo. El nuevo mandatario buscó diferenciarse de su antecesora, y en ese contexto, el 7 de enero pasado se reunió con Vázquez en Anchorena y prometió avanzar en superar la larga lista de temas postergados en la relación bilateral.

Ahora comienzan a verse avances concretos. Tanto Silberman como Pérez Rodino coincidieron en que hoy existe un "muy buen clima" de trabajo en la CARU, y destacan la "racionalidad" de la delegación argentina que permite avanzar en resolver asuntos pendientes.

Publicar los informes sobre UPM es un punto central, pero no el único. También es importante la ampliación del monitoreo a todo el río. Los científicos del comité binacional trabajan en definir ocho puntos a lo largo de todo el cauce —no solo en los 30 kilómetros a la redonda de la pastera— en los que se comenzará en los próximos meses a tomar muestras de agua. En la comisión se le llama a eso un "monitoreo integral" y deberá ser refrendado por las dos delegaciones en próximas reuniones plenarias. Según explicó Silberman, se podrán testear zonas vinculadas a industrias y ciudades de los dos países, así como puntos que sean de interés exclusivo de uno y otro Estado. Y si se detecta un incumplimiento, se habilitará a hacer la denuncia en los organismos correspondientes.

Por su parte, el jefe de gabinete argentino informó que "se trabaja en el digesto de la CARU para una medición estandarizada del agua entre los dos países".

En el encuentro de mandatarios de enero también se anunció la creación de un "laboratorio binacional" que se encargaría de todo el proceso de cuidado del río. Según informó Silberman, por estos días se está evaluando, primero, una ampliación de las instalaciones que ya existen. A mediano plazo, se evalúa cómo desarrollar un centro que pueda encargarse de testear todo el proceso de las muestras de agua sin que participen como hasta ahora laboratorios internacionales.

Marcos Peña señaló en el Senado de su país que la ampliación del laboratorio "conllevará una carga dineraria no calculada aún". "Se trabajó sobre dos opciones: reforzar la infraestructura existente en Fray Bentos, o establecer un laboratorio en Paysandú y otro en Fray Bentos trabajando en conjunto", dijo Peña.

Silberman destacó que en los últimos meses se ha avanzado más que en cinco años. "En CARU prácticamente no se habla más de UPM. Se habla del río Uruguay y de su monitoreo, se habla de otra cosa. No es despreocupación, simplemente se le está dando el trámite normal de cualquier otra industria", señaló.

Sin embargo, hasta que cambió la delegación de "lo único" que se hablaba era de UPM. Según el relato de las fuentes consultadas, los argentinos llegaron al extremo de oponerse al dragado del río porque decían que se iban a mover los barros y de esa manera se iban a perder los rastros de la contaminación de la pastera. También se llegó a incluir una consulta argentina en el orden del día de la comisión que preguntaba por el ahora descartado proyecto de minería a cielo abierto, Aratirí, porque consideraban que podía tener alguna consecuencia en la calidad del agua en el río Uruguay, pese a que ese emprendimiento iba a estar ubicado a más de 800 kilómetros.

Según una fuente uruguaya, hoy existe "una diferencia abismal", y de hecho, no se ha realizado allí ningún planteo formal respecto a una eventual segunda planta de celulosa de capitales finlandeses, que se proyecta en el centro del país.
El desafío ahora: ir hacia una agenda conjunta ”más ambiciosa”.

El director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración, Ignacio Bartesaghi, considera que “existe muy buena voluntad del gobierno argentino” y que eso se vio cuando en la primera reunión conjunta, Macri anunció la eliminación de medidas que complicaban a Uruguay. Para el analista de temas internacionales el “gran desafío” es, a partir de que se superen todos los temas pendientes, definir “cómo implementar una agenda más ambiciosa” que profundice la integración de los países.
Acuerdan más dragado en otras zonas comprometidas.

El otro tema que importa a Uruguay y que tuvo avances en los últimos meses refiere al dragado del cauce compartido. En los últimos días de septiembre se oficializó la concesión a la empresa belga dragadora Jan de Nul, para la apertura de los pasos Montaña —ubicado entre los kilómetros 167 y 170— y Casa Blanca —ubicado en el tramo que va del kilómetro 196 al 200— del río Uruguay. Este fue el resultado de la licitación internacional a la que llamó la CARU.

El objetivo es mejorar la navegación en zonas que en la actualidad están comprometidas. Se trata de "fondos duros" que permitirían descongestionar la ruta y mejorar las posibilidades del puerto de Paysandú de recibir barcazas con mayor carga. En el período pasado esto también se había trancado.

De todas maneras, hay otras zonas en las que el dragado depende de equipamiento estatal de los dos países, que si bien avanza enfrenta ciertas dilaciones. Sin embargo, existe expectativa en la delegación uruguaya para que este y otros temas sean resueltos en el corto plazo. "Estamos cumpliendo con el mandato encomendado por las cancillerías", remató Silberman.
Avanza un nuevo intento por profundizar el Martín García.

"En Uruguay los reyes magos llegaron el 7 de enero de este año", dijo un operador portuario que prefirió no ser mencionado, cuando El País le consultó por el cambio de gobierno en Argentina y las consecuencias que eso trajo para sus negocios. El sector fue uno de los más afectados por las desavenencias que marcaron la relación entre argentinos y uruguayos durante las administraciones kirchneristas.

Por eso, el anuncio realizado en la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP) de que están avanzados los pliegos para lanzar a la brevedad un llamado a licitación internacional para profundizar a 34 pies y 38 pies en fondos duros el canal Martín García, es recibido con expectativa.

De igual manera fue recibida la decisión tomada por la CARP de contratar en forma directa y por un plazo de seis meses a la empresa Boskalis, para que regrese al río a encargarse de poner en condiciones óptimas el canal a 32 pies.

El Martín García perdió buena parte de su diseño y la navegabilidad se vio seriamente comprometida como consecuencia de varios desencuentros entre los gobiernos, proyectos fallidos, y un escándalo por un supuesto soborno a cargo de esta misma empresa, que terminó en las Justicias de Uruguay y Argentina y nunca se probó.

El presidente de la delegación uruguaya en CARP, Felipe Michelini, explicó a El País que "los pliegos para la licitación internacional están muy avanzados" y solo faltan "las notas reversales entre ambos Estados para actuar de acuerdo a derecho".

Se ofrecerá una contratación por cinco años con posibilidad de una prórroga de otros cinco años más. "Es un llamado transparente y competitivo, en que luego de pasados los requisitos técnicos se competirá por precio", explicó Michelini.

Llevar a 34 pies el canal es una vieja ambición uruguaya, que permitiría que embarcaciones más grandes o con mayor cantidad de carga puedan moverse por los puertos del país. La profundización es especialmente importante para la operativa en Nueva Palmira, explicaron fuentes portuarias.

En la actualidad, se estima que los empresarios están pagando fletes más caros, ya que por falta de profundidad las bodegas no se pueden cargar en su totalidad, y lucro cesante por no poder ampliar su capacidad de negocios. Todo esto provoca desventajas competitivas en relación a otros puertos de la región.

Esta no es la primera vez que se avanza en una licitación por la profundización del canal Martín García. En 2011, con los cancilleres Luis Almagro y Héctor Timerman liderando las negociaciones, un acuerdo determinó avanzar en el dragado a 34 pies, la misma profundidad que tenía en ese entonces el canal argentino Emilio Mitre. Pero las obras nunca se concretaron porque hubo varias postergaciones en CARP y denuncias de corrupción en torno a la empresa que realizaba el mantenimiento en aquel momento, Riovía (cuyo propietario era Boskalis).

En ese momento se conoció un supuesto intento de soborno para mantenerse en el río por parte de un directivo de la compañía al entonces presidente de la delegación uruguaya, el diplomático Francisco Bustillo, que también involucraba a un diplomático argentino. El caso terminó siendo investigado por la Justicia de Crimen Organizado de Uruguay y también por su par argentina. Finalmente Bustillo declaró ante el juez Néstor Valetti que no llegaron a hacerle el ofrecimiento de coima porque se retiró antes de la reunión y el caso se archivó, según informó El Observador. Pero para entonces, la tensión diplomática ya había frenado las negociaciones.

Luego de eso, Argentina y Uruguay decidieron ocuparse del mantenimiento con dragas estatales y conformar una empresa dragadora estatal para la profundización, extremo que nunca se concretó.

El resultado de todo esto fue que por algunos meses nadie dragara el río o que el mismo se hiciera en condiciones menos eficientes, al punto tal que llegaron a encallar embarcaciones y se perdieron pies de profundidad.

En 2015 se hizo un llamado para recuperar el canal. Lo ganó la empresa china Servimagnus SA. Pero según explicó Michelini, la CARP y la empresa rescindieron el contrato de mutuo acuerdo y en los hechos el canal nunca se recuperó.

Ahora se vuelve a contratar a Boskalis, cosa que "no significa revisar en un sentido u otro el lazo contractual que la CARP tuvo en el pasado con la empresa, ni desandar el camino que llevó a la finalización del mismo, como tampoco genera ningún privilegio futuro para el eventual llamado a licitación de profundización del canal Martín García", aseguró Michelini.
"Hay un cambio fuerte" en el vínculo.

La relación diplomática entre Uruguay y Argentina "pasa por un muy buen momento" porque existe "voluntad política" de avanzar en todos los temas, dijo a El País el embajador uruguayo en el país vecino, Héctor Lescano.

Esto quedará de manifiesto en la reunión que mantendrán este mes los mandatarios, cuando Tabaré Vázquez visite a su par Mauricio Macri en Buenos Aires, el próximo 24 de octubre. Esa jornada servirá para "hacer un balance" de los logros concretos que se produjeron desde que el 7 de enero se concretó el primer encuentro bilateral.

"Existe un diálogo franco entre los presidentes. Yo estoy acompañando en todas las reuniones que tienen los ministros" con las autoridades espejo de Argentina, dijo el diplomático, que enumeró el "impulso que hubo en todas las comisiones, en particular en los temas marítimos y portuarios".

Lescano reconoció que en el pasado se perdió tiempo al trancarse varios temas por diferencias políticas, y añadió que en los últimos meses se evidenció un "cambio fuerte en el relacionamiento y en un clima que nunca se debió perder".

Como ejemplos, el embajador señaló los avances en CARU y CARP, así como también en las comisiones técnicas mixtas de Salto Grande y el Frente Marítimo. Por otra parte, dijo que se está dando impulso a trabajos conjuntos en la hidrovía Paraná-Paraguay y la definición de una política binacional de cruceros.

En una entrevista en El Espectador, el embajador argentino en Montevideo, Guillermo Montenegro, dijo que acelerar trámites migratorios, acuerdos por la regasificadora, por UPM, y reuniones entre comités de frontera que hace 10 años no se hacían, forman parte de los puntos que ambos mandatarios evaluarán en la reunión" del 24. También se hablará de los asuntos comerciales.



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